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El día no hacía nada por mejorar, las cosas seguían igual de tensas que hace un rato.

Cuando las personas que fueron atacadas en el patio comenzaron a llegar en las camillas y todos corrían de aquí para allá para lograr ayudarlas en algo. La zona de cuarentena fue abierta por Do-hyun, quien andaba por todos lados en compañía de Seokjin, Suran y Ji-eun para atender las heridas y detener hemorragias.

Si ellos no paraban, Kim y Park menos.

Al desocuparse tras la reunión que hubo en el comedor, fueron prácticamente obligados a volver al pasillo con el trapero y el balde con agua a limpiar el desastre que la sangre había dejado en el pulcro piso del refugio. Gotas del liquido carmesí mezcladas con huellas de barro y manchas de las ruedas de las camillas. Los dos amigos querían escapar de ahí y no limpiar, porque era un verdadero desastre.

Quien los obligo a tomar las cosas de aseo fue Seulgi, la chica los interceptó en la salida del comedor para decirles que necesitaba con urgencia que limpiaran el refugio antes de la cena de ese día. Los dos se negaron, pero la mujer con una dura expresión, brazos cruzados y palabras hostiles les dijo que no era una opción negarse y que estaban para trabajar. Después de todo faltaron a las reglas.

Y ahora estaban uno por el pasillo principal, quien era Jimin el que se encargo de esa zona porque la gente herida tuvo que esperar a que más camillas se desocuparan para lograr atenderlos para irse, claro que la espera fue atroz. El lugar de la cuarentena estaba colapsado. El recibidor parecía una verdadera masacre por culpa de la sangre y tierra. Por otro lado, Taehyung fue limpiando los pasillos hasta que quedaran igual de relucientes como los dejo la noche anterior.

El castaño movía el trapeador de lado a lado mientras que unas cuantas gotas de sudor caían por su frente. Estaba cansado y aburrido siempre lo mismo. Ya era el tercer balde de agua que cambiaba porque estaba se ensuciaba con barro y sangre que acumulaba con las pasadas del trapo.

Así fue hasta que la noche cayo sobre el refugio. No se veía gente, solo encargados de la seguridad, ya que las mismas personas se habían encerrado antes del toque de queda que estableció Joong-ki, el chico no se iría hasta tomarse una ducha antes de dormir. Se apresuro hasta que acabo por limpiar los cinco pasillos transitados por la gente.

Acabada su labor, guardó todo en su lugar y fue hasta las duchas de hombres para quitarse el sudor del cuerpo. No encontraba la hora de irse a la cama y dormir hasta la mañana siguiente sin saber del mundo que ahora lo rodeaba.

Al entrar oyó los pasos de alguien más dentro. E adentro con sigilo hasta los casilleros y allí vio al verdadero intruso. Se cruzo de los brazos y bufo.

Yoongi estaba ahí, intentando sacarse la parte de arriba.

—Si que eres terco —dijo en tono de regaño.

Yoongi dio un respingo y quejándose del dolor se terminó de quitar la ropa que lo cubría por arriba.

—Solo quería ducharme, será rápido. Lo prometo —hablo Min.

El castaño cambio el rostro serio que había puesto a uno más apacible. Se acerco a Min y lo abrazo por su espalda ancha y blanquecina para darle confort. con sus dedos recorrió el torso hasta una de sus manos llegó a la zona afectada por el golpe. Min cerró los ojos al sentir una punzada al tener la mano de su novio.

—¿Dejaste a Yeonjun con quien se puede saber?

—Con Jackson, fue a ver como seguía.

Kim rió contra la espalda de Yoongi. El mayor sin saber porque reía no le quedo más que darse la vuelta y tratar de saber por qué.

Outlast ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora