82

202 32 13
                                    

El comedor estaba sumido a un gran alboroto que las mismas personas habían generado tras el anuncio por el altavoz. Nadie comprendía que fue lo que realmente paso, como entraron los infectados a un lugar que supuestamente era “seguro”. Además, los mismos presentes vieron a os médicos entrar con mujeres, hombres, ancianos, hasta algunos niños en las camillas manchadas de sangre. Suplicantes por ayuda y rogando por ser salvadas. Tristemente no la había, no existía alguna forma adecuada de decirle a un niño que se convertirá en un hambriento, sin conciencia, sin humanidad.

No solo eran conversaciones confusas buscando repuestas, también eran llantos de los amigos o familiares de aquella gente que fue mordida, algunos eran conscientes de que se convertirían y eso era lo más doloroso de todo.

El pasillo estaba teñido del líquido escarlata que cayó durante el traslado a la conocida cuarentena. Entre ellos pisadas que ensuciaron de tierra húmeda. Todo el lugar había sucumbido a una atmosfera desoladora y terrorífica. Recuerdos de los primeros días llegaban a la mente de muchos, casi siendo un trauma para ellos.

El grupo que llegó de Seúl no era exento a estos recuerdos. Muchos habían vivido eso de formas diferentes; campamentos, ciudad, refugio, en uno que otro lugar había visto el baño de sangre que mancho un país completo.

Jungkook miraba desmotivado a la escena. Algunos pequeños que se salvaron de caos lloraban en brazos de sus madres o padres, hasta los adultos lloraban por sus hijos. Realmente lamentable.

—¿Dónde está Sunwoo? —preguntó Jeon con preocupación.

—Lo deje en el cuarto con Bahiyyih, ella no está bien. Un poco de compañía no le vendría mal —mencionó Eunwoo que caminaba a su lado junto con Jimin.

—¿Qué fue lo paso? —volvió a preguntarle con interés.

—Sehun dijo que Hiyyih vio como un caminante atacaba a Eunbin y a un niño —contó.

—Ella era la que cuidaba de Sunwoo y Yeonie —intervinó Taehyung. —No puedo creerlo, esto es horrible.

—Se hicieron buenas amigas en el poco tiempo, pobre... —suspiró la mujer. —No merecía que su vida acabara así.

Eunwoo hablaba con aquel tono maternal que siempre ha tenido. Hablar de Bahiyyih era como si hablara de Yeri, y sabia que si su hija hubiera estado ahí y conocido a Eunbin también se hubiera deprimido por ver algo tan terrible como a una chica de su edad ser atacada por un infectado.

La conversación se detuvo allí, pues ya se encontraban dentro del comedor y los que estaban presentes en el grupo se sentaron en la mesa que acostumbraba a usar diariamente. Solo estaban ausente, Seokjin, Ji-eun, Suran y Yoongi. Los médicos que, por obvias razón y mandato de Joong-ki, estaban atendiendo a la gente, mientras que Min descansaba. Aparte de Suwnoo y la hermana de Huening, que igual estaban apartados de esto.

A la mesa se unió, Soobin y Kai, sentándose junto a Namjoon y Sehun, luego llego Hoseok, Taehyung, Jimin y Jungkook a sentarse al lado de Eunwoo.

Los murmuro llegaban a sus oídos, muchos se trataban de gente atemorizada por los caminantes o como alcanzaron a oír, "mordedores". Hablan de lo mala que fue la guardia, el despiste de la seguridad y la mala manera de controlar el ataque, pero nadie podía asumir que todo fue malo, como lo tachaban, no tenían ni la menor idea que los que salieron dieron todo para salvar a los más que pudieran.

De pronto un silencio sepulcral se instalo en el lugar. Joong-ki llegó.

Los murmuros fueron bajando de intensidad siendo ya casi sutiles. Algunos emitían un siseo para acallar a la gente y dejar a hablar al hombre.

Outlast ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora