Outlast ¹

112

Camino por el pasillo observando a su alrededor. El cuerpo recién asesinado por los hermanos y Kai, más la sangre de la pared. Comenzó a silbar una melodía, mientras caminaba y balanceaba la katana de lado a lado. Aquel sonido, Min lo reconocía de aquella vez que los retuvieron en la bodega junto a su padre.

—Sé que tú y el viejo están aquí, Yoongi... —habló. —Luego de meses encontré el escondite tuyo y del grupo de debiluchos que tras a la espalda, espero que les haya gustado mi regalo.

Yoongi sabia que refería a los caminantes de granero. Apretó su puño de rabia, si fuera por él, acabaría con todo ahí mismo con escopetazo al líder, pero desataría un desastre mayor.

Con la ayuda del reflejo de la ventana en el pasillo, Kai logro ver al temible sujeto Profeta que hablaba.

—Pero más me gusta el regalo que me dejaron en su granero.

Uno de los tipos tiro de unas sogas que traía en las manos atrayendo así a las dos chicas desaparecidas. Tenia un trapo en su boca que les impedía gritar y las manos afiatadas entre si con respectivas cuerdas haciendo fuerza. Huening gracias al reflejo, vio a Bahiyyih, su hermana tenía una expresión de terror puro que emanaba de su semblante. Su cabello estaba desordenado, y sangre seca en su cuello, sobre todo y lo que más le dolía era ver sus ojos vidriosos por las lágrimas.

Como acto de reflejo y por su desesperación de tener a su hermana, salió del escondite, corriendo y quedando helado en el pasillo al ver las armas filosas, machetes y Junwoo con su katana.

—¡Hiyyih, no!

La menor negó desesperada al ver como su hermano quería llegar a ella. Junwoo se percato de esto y la agarró del cabello colocando la katana en el cuello de modo que Bahiyyih no intento moverse más.

—Mocoso... Acércate y pinto el piso con la sangre de ella —dijo con voz amenazante. —O mejor... —titubeo pensativo. —Mejor tráeme al hijo de perra que se atrevió a huir de mi castigo. Seguro lo conoces niñito...

El menor se quedo en su lugar y comenzó a llorar al ver como su hermana sufría en silencio.

Yoongi hizo la cabeza hacia atrás chocando con el muro del pasillo donde estaban todos escondidos. Min suspiro y agarro fuerte su arma, conto hasta tres y dio un paso para dejarse ver. Avanzo hasta Kai con la escopeta levantada en dirección de Junwoo y los demás Profetas que tenia a su lado. El líder sonrió satisfecho al ver que Yoongi aparecía por voluntad propia.

—Baja eso Yoongi, no te hagas el listo cuando sabes que estás con el agua hasta el cuello.

—Déjalas ir, Junwoo —ordeno.

—¿Qué me das tú?

—¿Me quieres? ¿No? —pregunto acercándose poco a poco. —Ella por mi, es un trato justo.

—Si, pero quiero al viejo que iba contigo, dos por otras dos. Eso si es justo.

Yoongi vio de reojo a su padre y este quería salir para cubrir sus espaldas, pero el chico se negaba a poner a su familia en riesgo. Estaba perdido el tiempo con Junwoo allí abajo, no tenia ni idea si había Profetas en otras plantas que pudieron llegar por otras entradas o quizás caminantes que todavía andaban merodeando. El tiempo era oro en ese momento.

—N-No vino... —mintió y bajo el arma alzando sus manos. —Yo iré por los tres.

El hijo del ex líder de los Profetas bufo molesto.

—Como quieras... Tarde o temprano asesinare igual al grupo de debiluchos, pero como hiciste enojar bastante, no te las daré fácil, Yoongi.

—¿Qué quieres? —pregunto molesto.