El cielo estaba gris esa mañana. Hacía un poco de frio por la llovizna de la madrugada. Fue una semana con el clima más molesto que pudo presenciar, llovía, hacia calor, lloviznaba o simplemente se nublaba.
No había ruido, el silencio gobernaba en el pueblo.
A cualquier persona le hubiera dado miedo andar en pueblo abandonado con una cantidad considerable de muertos vivientes vagandando por ahí en busca de carne fresca, pero a Yoongi no le asustaba. Ya perdió la cuenta, no sabía cuantos días o semanas llevaba en esa situación de supervivencia, en donde su vida era la más importante y la de su hermana. Mató varios caminantes, vio morir a alguien que lo ayudo. El nuevo ambiente ya lo preparó para seguir y esperar a ver que sucedía más adelante.
Mentía si decía que esperaba que alguien los ayudase, nadie vendría, nadie ayudaría. Los de poder se preocupan por los de poder y ya está, no exite más.
Estaba sentado en la baldosa de las afuera de la casa donde el nuevo grupo se refugiaba. Había paz por un momento, sin ruidos, sin escuchar el grito desgarrador de personas muriendo a causa de caminates. Podía estar un momento tranquilo sin preocuparse.
El humo de su cigarrillo se apoderó de sus fosas nasales, la nicotina lo ayudó a relajarse un poco más, cada calada era como quitarse un peso de encima. No había fumado durante esa semana que llegó el grupo, quizás la gente nueva y ver a su hermana no vio como una necesidad hacerlo, pero en fondo lo quería. No soporto más y allí estaba otra vez.
Oyó la puerta de la casa ser abierta, pero simplemente lo ignoró y siguio fumando.
—Buenos días.
Escuchó a sus espaldas, era la voz de Taehyung que se oía aun con sueño.
Min se volteó y se lo encontró de pie en el marco de la puerta apoyado, mientras sobre sus hombros descansaba una manta gruesa para cubrirse un poco del frío. Sin quierer su vista bajo hasta su mano que estaba puesta sobre su vientre y la otra una taza.
—Buenos días —le respondió de vuelta—, deberías entrar, según mi hermana el cigarillo del hace mal a las personas embarazadas.
—Lo sé... Quería simplemente salir un rato, además estoy lejos.
A pesar de aquello, Yoongi apagó el cigarro pisandolo con su bota.
—¿Quieres café? —le preguntó Taehyung con amabilidad. —Yo... yo lo hice para ti.
Kim se acercó a Min y le extendió la taza con cafe caliente.
—Gracias, probablemente me muera por fumar y tomar café a la vez —dijo con broma, provocando una risa en Taehyung—, pero no te puedo rechazar un café en la mañana.
—Suran los trajo cuando fue con Eunwoo a la tienda.
El de tez pálida le dio un sorbo al café dejando que el calor de apoderándose de cuerpo. Amaba el café en las mañanas, si no se tomaba uno, no rendía al cien o eso era lo que él decia, a su madre nunca le gusto que fumase y tomará tanto café. Si ella estuviera ahí de seguro lo regañaria.
Mientras estaban allí afuera, un grupo de caminates llamó su atención.
—Creo que tenemos unas cuantas visitas —habló Yoongi de repente, viendo a unos metros al grupo—, entra y cierra las cortinas.
Kim asintió y entró rápido, detrás de él le siguió Yoongi cerrando la puerta con cuidado antes de que alcanzarán a escuchar, si llegaban a la muerta harían más ruidos y atraerían a más caminates.
Al entrar se encontraron con los demás del grupo comiendo y conversando.
—Vienen caminates —le contó el castaño, y todos se quedaron callados.
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Outlast ¹
FanfictionKim Taehyung y Jeon Jungkook son dos jovenes que se conocen en un tren camino a Daegu. Los planes de ambos muchachos se ven detenidos cuando un horrible suceso en la ciudad les obliga sobrevivir y luchar por sus vidas. ▫️Yoontae | Kookmin. ▫️La hist...