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Jamás habían sentido tanto frío. Era como si estuviera en la Antártida con una temperatura bajo cero y si nada de ropa abrigada, además de estar más solo que nunca, inmerso en la infinita oscuridad avasalladora.

Min abrió ojos y lo primero que su cuerpo percibió fue humedad. Movió sus manos y se dio cuenta que estaba en un carcho de sangre. Se sentó de golpe con la respiración agitada, se observó las manos teñidas del rojo fluido que las pintaba. Trataba de pensar en donde es qué demonios estaba, pero no era claro.

Se puso de pie y comenzó a mirar, dándose cuenta de que no era el único allí. En el suelo, en un gran charco de sangre en donde habían más cuerpo, lo fue tocando y se sorprendió enormemente, dándole ganas de gritar. Eran todos sus compañeros de grupo; Jackson, Hoseok, los hermanos Kim y Huening, los médicos, los Park, Jimin Jungkook; Su hermana, Jae-ik; lo peor, Taehyung y Yeonjun.

Yoongi se sentía ahogado, su voz no era capaz de salir. Miraba con los ojos bien abiertos a todos lados buscando una salida de esa horrible pesadilla. Al intentarlo, en su camino tropezó con otro vuelto más, se acercó a verlo y se dio cuenta que era el mismo.

Después de tanto, por fin el grito desde el fondo de su garganta lo logró escuchar.

Abrió sus ojos y los movía inquietos por todo el cuarto, hasta que ante ellos, vio el rostro asustado de Taehyung. Al verlo su respiración se calmaba de apoco, su pecho dejaba de subir y bajar con in ritmo acelerado.

—Amor, al fin despiertas. —Kim lo abrazo con cuidado y beso ambas mejillas.

«¿Despertar? ¿Cuánto dormí? ¿Qué ha pasado?»

La mente de Yoongi estaba confundida, no tenía idea del espacio tiempo en el que estaba, solo veía a Taehyung que le daba algo de tranquilidad, pero no sabía que día era, que hora y cuanto durmió.

—¿Q-Qué me paso? ¿En dónde estoy? —El mayor se trató de sentar en la cama, pero una punzada dolorosa en su abdomen lo hizo recostarse nuevamente. Kim lo acomodó mejor y se sentó junto a él.

—Tuviste un accidente durante la ida a Suncheon, el señor Min te trajo y estabas... estabas sangrando —contó con la voz en un hilo. Solo recordarlo le hacía sentir ese miedo.

—¿Y Yeonjun? ¿Dónde está Suran y los demás?

Sus preguntas se basan en esa horrible pesadilla que acababa de tener. Tenía miedo de seguir en ella y que estaba viendo a Taehyung solo fuera un mal truco de su torturada mente.

—Yoonie, cálmate, todo están fuera y preocupados por ti.

—Necesito ir a Suncheon —dijo de pronto. —No hizo lo que tenía que hacer, no traje nada. Tengo que ir.

Min, ido aun por el sueño prolongado que tuvo, se trató de levantar de la cama, pero apenas puso un pie en el piso de madera flotante se derrumbó cayendo fuerte contra el suelo. Sintió el mismo dolor en la misma zona. Gruñó molesto. Kim fue hasta su novio y lo ayudo a regresar a la cama.

—No iras a ni un lado —regañó. —Amor, tu padre dijo que chocaron donde te enteraste un vidrio y que hubo emboscada de unos tipos contra ustedes.

La mente de Min no recordaba mucho, lo que, si era la cara de ese tipo, Junwoo.

—Fueron Profetas, el hijo de uno...

El ruido sorpresivo de la puerta se abierta se oyó, interrumpiendo la conversación.

—¡Yoongi, despertaste! —Jackson gritó emocionado. —¡Doc, Yoongi está despierto! —El militar entró y lo abrazo con delicadeza. —Maldito idiota... ¿Sabes lo mal que estamos por ti?

Outlast ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora