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Tres años atrás.

Con el paso del tiempo, los días se habían convirtieron en ya tres meses desde que se entraron que tendrían un bebé.

La noticia había sido más que bien recibida. Aun recuerda la noche en la que preparó una cena especial para su novio y cuñado. Extrañados ellos, por esa cena hecha sin aviso, no dejaban de preguntar que ocurría y ya en el postre Seokjin les entregó una pequeña caja de tono blanco con una lazo celeste y morado, los colores favoritos de Namjoon y Seokjin.

A Soobin le picaban las manos y solo quería abrír esa caja y ver que traía dentro.

Apenas la tapa de la caja fue levantada Soobin vio su contenido y se puso a llorar tapándose el rostro, no le gustaba que lo vieran llorar, Jin lo abrazo fuerte, pero ver el rostro de su pareja fue lo más hermoso de su vida.

Namjoon no dijo nada solo se limitó a sonreír ampliamente y miró a Seokjin con todo el amor que sentía. Con ese amor, cariño, admiración; en una sola mirada se reflejó lo que Namjoon sentía por ese chico que lo era todo para él. Después se levantó de la mesa y lo abrazo dejando un beso en sus carnosos labios.

Había sido una noche perfecta. Saber que venía un bebé a esa pequeña familia de tres era emocionante. Soobin no dejaba de acariciar el vientre, en ese entonces, plano de Seokjin, y lo hacía cada mañana antes de irse se despedía de su hyung y con una caricia sobre el vientre un poco más crecido.

Por parte de Kim, él cada noche dejaba su cabeza sutilmente apoyada sobre el vientre de su novio, esa sensación de calor que transmitía ese pequeño momento llenaba el corazón de ambos jóvenes.

Ahora comenzaba otra semana, Seokjin se preparaba para ir a su trabajo en el hospital, aun no pedía la licencia, pero ya pronto lo haría, pues creía que podía trabajar un poco más, aunque Namjoon le insistía que debería hacerlo pronto.

Esa mañana Soobin se había ya ido a la escuela, pues era semana de exámenes debía estar más que cargado. Namjoon estaba por irse al trabajo junto con Jin, ya que el moreno lo pasaba a dejar a su trabajo y lo iba a buscar.

-¿Estás listo Jinnie? -preguntó el chico tomando su teléfono y billetera.

Al instante, salio del baño el muchacho, arreglado para tomar su mochila que llevaba al trabajo. Y tomó su bata que estaba bien planchada. El moreno le sonrió y depositó un beso en su frente, luego dio una caricia en el vientre.

—Recuerda lo que hablamos anoche. Ya sabes que...

—“Ya sabes que debes pedir tu licencia médica para que este en casa”. —Repitió las mismas palabras que Namjoon le ha venido diciendo desde que se entero que sería padre.

Seokjin le tomó el rostro con parsimonia.

—Namie, ya sé que lo debo hacer y te prometí que lo haría este viernes. Trabajaré esta última semana y pediré mi licencia.

—Está bien. Te amo Jinie.

—Yo igual Namie.

El más alto dejó un beso tierno en los labios de su novio.

Posteriormente, ambos salieron de su hogar para subirse al auto y emprender camino a sus trabajos.

Era lunes por la mañana y las calles, como típico lunes, con gente rebosando cada parte de la ciudad de Daegu. Corriendo de aquí para allá con tal de llegar a sus trabajos.

Outlast ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora