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El tiempo avanzó. Y el verano seguía haciendo de las suyas generando un calor húmedo y agobiante. Las lluvias eran cuando el sol estaba en lo más alto, generando cierta incomodidad. Así como avanzaba la estación, avanzaron los días convirtiéndose en ya cuatro semanas en donde todos convivían de mejor manera en el hospital. No había tantas riñas entre Min y Wang, ahora solo se decían cosas a modo de juerga.

Hoseok, quien era algo callado comenzó a acercarse más, y específicamente, a la hermana de Yoongi, generando buena relación de amistad. Claro que Min como buen hermano mayor que era, no le agradaba del todo esta cercanía, pero que le iba a hacer, Suran estaba a gusto y eso no podía impedirlo.

Eunwoo y Yeri, estaban cada día mejor, extrañando a Jehyunk como siempre, pero su recuerdo se fue haciendo algo bonito de que hablar. Recordar aquellos momentos de felicidad las mantenía en pie y siendo ellas misma; madre e hija juntas, unidas sin que nadie las separe.

No solo ellos mejoraban sentimentalmente, del mismo modo, Namjoon ya estaba en un estado más óptimo. Ya se podía agachar sin dolores abdominales, no usaba la muleta, su herida había sanado por completo. Soobin estaba más que feliz al ver que su hyung ya estaba como nuevo y podía por fin tomar un respiro y dejar las preocupaciones en un último plano.

Taehyung estaba maravillado con su hijo. Lo amaba cada segundo que pasaba. Tener a ese pequeño ser entre sus brazos mirándole y sujetando su meñique le llenaba el alma de paz y su corazón estaba a gusto. Todos amaba al pequeño Yeonjun, era adorable hasta decir basta. Sunwoo era el más emocionado, muchas veces pedía cargarlo y le contaba sus historias que alguna vez escucho de sus padres, sabía que le bebé no le entendía mucho, pero tenía alguien con quien hablar y eso le entretenía.

Los únicos que se quedaban estancados, eran Jungkook, Jimin, e incluso Seokjin y Namjoon.

Jeon se acercaba a Park, pero el rubio sentía miedo de seguir arruinando más las cosas, y no sabía que aquellas actitudes hacían que Jungkook dudara de todo lo que sentía. No sabía si solo ese beso fue un desliz. Jimin no le daba señales si de intentarlo o simplemente ya dejarlo.

Por parte de Namjoon, él miraba cada día como Seokjin se ponía triste, claro que eso le dolía de cierta manera. Pero aún no se sentía capaz de entablar una conversación más allá del "buenos días" y "buenas noches". Jin lo intentaba, pero sus recuerdos atacaban su mente de la peor manera haciéndolo quedarse donde mismo. Tenía un problema y era que no podía salir del pasado y le frustraba el no saber cómo salir. Quería a Namjoon, tanto así, que le quemaba el pecho, era agobiante. Desde que lo volvió a ver sus ganas de abrazarlo había crecido de sobremanera y solo por un momento anhelaba poder estar entro los brazos del hombre que aun amaba. Porque claro, Seokjin se pudo a ver ido, pero jamás dejo de amar a Namjoon, pensó que lo que hizo fue por el bien de ambos incluso por el de Soobin, pero se equivocó.

Lo que creyó que podía arreglar, lo termino por deteriorar.

Ya eran, por lo visto, medio día. El grupo estaba sentando en la mesa compartiendo anécdotas de sus vidas antes de que caos se hiciera presente en el país. Era agradable el poder conversar de cualquier tema, ya no se preocupaba de provisiones, Yeonjun había nacido bien, Namjoon estaba mejor y todas esas angustias quedaron semanas atrás. Era un grupo más fuerte, faltaban Jehyunk y la señora Hyejin, y todo hubiese sido perfecto.

—¿Así que eras enfermera Suran? —preguntó la doctora.

—Estudiaba en realidad.

—Eso es bueno tenemos más apoyo. Seremos tres —ánimo Seokjin.

—Pero aún no termino la carrera —respondió cabizbaja.

—Aun así, eres fundamental, te puedo enseñar lo que necesites —dijo Ji-eun.

Outlast ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora