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El castaño abrió sus ojos con pesadez en ellos. El efecto de la anestesia se estaba disipando cada vez más, sentía algunos dolores en la parte baja de cuerpo, específicos, su abdomen. Al abrir mejor los ojos se encontró con Seokjin quien estaba cargando a Yeonjun, mientras le daban de su biberón.

Taehyung sintió su boca seca, suplicante de agua. Intento moverse, pero no podía ya que los puntos en la herida le tiraban un poco su piel. Se quejó de dolor y con eso capto la atención de Jin.

Este sonrió al verlo despierto. Llevo la bebé junto con él y lo extendió para que Taehyung lo tomase ya más despierto.

El chico miró asustado. Recuerda que colocaron a Yeonjun en su pecho cuando apenas nació, pensó que sería raro, incluso incómodo, pero no. Apenas sintió el calor de su bebé, su alma estuvo en paz, intento abrazarlo, pero debían terminan la operación, ya después no despertó hasta ahora.

Al estar más consciente, tomo mejor a su hijo y pudo ver lo bonito que era.

Yeonjun tenía su piel de color canela, como él, pero un tanto más clara. Su cabello de un tono achocolatado. Su boca era tan pequeña y rosada que le causaba gran ternura; tenía rastro de su fórmula para bebé. Además, tenía ese aroma a natilla que comúnmente los recién nacido adquirían por la leche. Extendió su mano y acaricio con el dorso de esta la mejilla colorada de su bebé.

Su hijo estaba con él.

—Hola bebé... —Le saludo en voz baja para no despertarlo. —Eres lo más lindo que he visto en mi vida.

Dejo un beso en la frente de su bebé. Unas lágrimas amenazaron en caer. Después de todo el dolor emocional y físico Yeonjun estaba con él, en sus brazos siendo arropado con total amor. Sabía que debía luchar para darle una vida digna, a pesar de todo lo que sucedía en el exterior. Ahora era su motor.

Acompañado de esto, vino aquel sentimiento de culpa y arrepiento. Se culpaba por haber pensado en algún momento darlo en adopción, se iba perder de sus primeras palabras, primeros pasos y travesuras, ahora Taehyung quería ser el principal exportador de la vida de su criatura. La cual lo acompaño nueve largos meses.

—Perdóname por todo Yeonjun. —Le dijo como melancolía. —Siento haber pensado en dejarte, en no darte un padre o abuelos que te amarán. Pero estoy yo mi vida, solo tú y yo.

El pequeño se quejó bajo. Estaba despertando de su diminuta siesta. Al abrir sus ojos Taehyung observo esos orbes grises, le buscaron con la mirada hasta que dio con la de su padre.

Ellos dos estaban destinado a amarse cada segundo de sus vidas.

Seokjin contemplada esta escena. Era difícil ser el que observaba y jamás sentía. Sabía que aquel sueño había muerto hace años, o eso creyó hasta que oyó el llanto de Yeonjun, pensó en todo el pasado y vaya que le había dolido. Respiro profundo y dejando sus penas de lado le sirvió un vaso de agua a Kim. Con una bombilla se la llevó a sus labios para que bebiera más cómodo.

—Gracias por ayudar a mi hijo hyung. En serio que te lo agradezco.

—Está sano gracias a ti. No te rendiste, ahora está aquí y todos están en esa sala hablando de Yeonjun que lo quieren ver.

Taehyung rio mientras miraba a Yeonjun.

En ese instante sintió como golpeaban la puerta. Seokjin la abrió y era nada más y nada menos que Min Yoongi, con una bandeja con el desayuno pata Taehyung. El de tez pálida se quedó quieto al ver que estaba el cuarto ocupado.

—Te dejaré...

—Yo ya me iba. Ji-eun vendrá a verte los puntos en un rato más —dijo Jin dejando a los dos jóvenes solos con el bebé.

Outlast ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora