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Un mes después.

—¡Entra rápido Hoseok!

Luego, el ruido de las balas de la pistola siendo disparadas resonaron haciendo un eco por toda la calle.

Jung entró corriendo a la tienda, y junto a Jackson, movieron un estante para bloquear la entrada. Ya todos dentro, pudieron respirar en calma recuperando el aire perdido tras huir de un grupo considerablemente grande de caminantes.

Los cinco hombres dejaron caer las mochilas al piso para descansar un poco mejor.

Se sentían como haber corrido un maratón, hace tiempo que no experimentaban esa adrenalina por las venas cuando escapaban de los caminantes. Si corrieron, fue por la gran cantidad de infectados en la calle principal que los siguieron hasta que por fin lograron perderlos.

Las cortinas metálicas de los escaparates estaban abajo, pero la de la puerta no alcanzó a ser bajada.

—Jungkook —llamó Jung—, ayúdame a bajar la cortina.

El azabache junto al castaño tomaron con cuidado desde abajo y bajaron la cortina sin hacer tanto ruido. Después, cerraron la puerta quedando escondidos dentro de la tienda.

Min por su parte fue a la parte de atrás de tienda que estaba toda desordenada con cajas y cajas tiradas en el suelo. Con su cuchillo en alto fue caminando lento buscando si es que había un caminante para matarlo. Cuando fue hasta la bodega, oyó un gruñido débil y con precaución abrió la puerta en donde se topo con una mujer ya convertida.

Su rostro cadavérico, su ropa hecha un desastres y la zona de la mordida completamente podrida. Al parecer se estaba escondido y huyendo de su cruel destino. Ya sin esperar más enterró el filo del arma hasta atrás, rematando al caminante.

—Solo había uno en la bodega —dijo volviendo con los demás.

—Perfecto, comencemos a buscar lo que hace falta —habló Namjoon tomando la mochila.

Los demás le siguieron y comenzaron a ver entre la gran cantidad de ropa de había en la tienda. Ahora esa era su necesidad, hacía un poco más de frio y no podían seguir andando con pocas capas de ropa.

Había pasado ya harto tiempo desde que el calor infernal había durado casi una semana completa, luego, sin aviso, un aguacero cayó sobre la ciudad. Era una señal de que el verano ya casi llegaba a su fin para dar paso al otoño.

La calle principal era como ver un rio de fuertes corrientes. Las gotas de lluvia que chocaban contra las ventanas, sonaban como si lanzarán piedras. La lluvia paraba cada cierta hora, pero luego volvía y más intensa.

Y sin darse cuenta, el otoño llegó.

Consigo nuevos problemas, como la poca ropa que el grupo tenía para abrigarse. En el hospital hacía frío y la calefacción no estaba funcionando del todo. Luego de que Jackson y Hoseok intentarán horas arreglar el aparato, no obtenían ni un buen resultado. Todos estaban preocupados, sobre todo por Sunwoo y Yeonjun, los más pequeños que eran propensos a enfermarse.

Todo eso los trajo hasta aquí. A una tienda de ropa abandonada en medio de la calle en donde sus vidas corrieron riesgo, pero era para ellos y para el grupo.

—Revisemos en la bodega, atrás deben tener más ropa —acotó Hoseok.

Los otros asintieron y siguieron a Hoseok hasta la parte trasera de la tienda, exactamente en donde estaba el cuerpo de la caminante que Yoongi mató. Jung lo arrastró hasta dejarlo afuera de la bodega.

Namjoon fue el primero en ver una caja que tenía rotulado "Otoño: Mujer". Bajó la caja que estaba arriba del estante hasta que cayó haciendo un fuerte ruido. Con su cuchillo rompió la cinta y vio que dentro habían camisetas de manga larga de varias tallas y colores. De la misma forma, bajó otras dos cajas más, una de ropa para hombre y de niño.

Outlast ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora