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Capítulo 23.

Si pudiera quedarme todo el día viendo las largas pestañas de Niall, lo haría. Me encantan sus terminaciones, como se elevan en la punta mirando hacia el cielo y en lo bellas que son cuando algunos rayos de sol se filtran por las persianas y golpean directamente en su rostro.
Se supone que debería estar leyendo mi libro, habíamos quedado en que podía arrastrar la silla de mi habitación hasta la suya para estudiar.
Pero aquí me encuentro, apoyada en mis codos sobre su escritorio, mirándolo a él.

-¿En qué página estás?.—Me pregunta rompiendo el silencio, sin alzar su vista mientras su mano continúa con el bolígrafo en las hojas que tiene esparcidas por todas partes.

-Prólogo.—Respondo apenas en un susurro, quizás un poco avergonzada. Él alza su rostro y me mira.

-¿Es más interesante ver lo que estoy haciendo?.—Me pregunta provocando un sonrojo en mis mejillas.

-Es que este libro es aburrido.—Me defiendo.

-¿Lo habías leído antes?.

-No. Pero me dijeron que...—

-¿Como sabes que es aburrido si nunca lo has leído?.—Me pregunta sin dejarme terminar la frase.—No puedes dejarte llevar por lo que diga el resto. Recuerda que cada ser humano es diferente, lo que me gusta a mi puede que no te guste a ti, y está bien.

¿Porque debe sonar como si fuera mi padre?. Él extiende su mano y le entrego el libro.
Sus dedos pasan entre las páginas y lee algunas líneas al azar y luego mira la portada.

-¿Lo habías leído tú?.—Le pregunto.

-Sí. Y no es aburrido, léelo.—me devuelve el libro y comienza a escribir nuevamente en sus hojas.

-¿Y si me ayudas con un resumen?.—Le pido con la esperanza que me diga que sí.

-No. Es tu tarea, además tengo mucho que hacer todavía.—Me dice sin alzar su vista.

-Entonces tendré que consultar con el señor Google.—Susurro. Niall deja de escribir y vuelve a mirarme.

-Me sorprende que siendo amante de la lectura, tengas que recurrir a algo tan básico como la Internet, allí hay un montón de información falsa.—Me dice pareciendo repentinamente enfadado.

-Tú también buscas información allí.—Le recuerdo un poco perpleja por su estado de ánimo.

-Sí, pero en páginas específicas que nos dan los profesores. Lo demás lo sacó de aquí.—Me dice alzando un libro.

Joder. Si hubiera sabido que le molestaba tanto, mejor no hubiera dicho nada. Desde ayer por la noche que ha estado un poco extraño, distante y como si pareciera que algo le molestara. He intentado no darle importancia porque a veces él es así, pero enojarse por esto, ya es demasiado.

-¿Quieres que te deje solo?.—Le pregunto sonando bastante deprimente.

Él vuelve a mirarme mientras deja el lápiz sobre el escritorio.

-No. Solo quiero que intentes hacer las cosas por ti misma.—Me pide y abre la boca para decir algo más pero se detiene.

-Ya, solo escupelo.—Digo cruzandome de brazos.

-Bien.—Murmura.—Si quizás hubieras empezado ayer tu lectura, no estarías en el prólogo todavía, pero como hablar por teléfono con Oliver es mucho más importante, estás aquí sin haber echo nada aún, pidiendo mi ayuda cuando estoy sumamente ocupado.

No puedo creer que este sea el motivo por el cual a estado comportándose así conmigo desde anoche. ¿Porque esperó hasta ahora para decírmelo? Podríamos haber arreglado este asunto anoche cuando le pregunté si estaba bien y él solo me pidió que durmiera en mi habitación.

𝐒𝐈𝐄𝐌𝐏𝐑𝐄 𝐇𝐀𝐒 𝐒𝐈𝐃𝐎 𝐓Ú - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora