Capítulo 34, final.
Tres meses después...
Sus intensos ojos verdes no dejan de mirarme mientras sostengo el biberón. Y yo no dejo de mirarla a ella, porque es la bebé más bonita que existe en la faz de la tierra.
Han pasado tres meses, tres meses desde que nació y continúa viéndose tan pequeña en mis brazos. Es como si el tiempo no avanzara, o quizás soy yo quién siempre la verá como mi pequeña princesa.
A su lado he aprendido a vivir una vida diferente, una vida que no conocía. Desde lo más simple a lo más difícil. Y cuando hablo de difícil me refiero a la enorme tarea de cambiarle un pañal, preparar un biberón o darle un baño de tina. Todavía soy torpe, pero estoy aprendiendo a ser un buen papá.No puedo negar que me asusta equivocarme y terminar siendo un fracaso. Pero las palabras de papá y mamá, me ayudan a superar esos miedos que me embargan durante las noches. Sobre todo cuando lleno mi mente de preguntas sin respuestas.
Lo único que deseo, es poder ser un padre el cuál su hija se sienta orgullosa de tener. Así como yo me siento de los míos, quiénes se han encargado de enseñarme las cosas buenas que la vida nos entrega.Acercándome a la ventana, veo a mi madre en el jardín. Está cultivando verduras, ella piensa que es bueno para Liliane comer alimentos sacados de una huerta y no aquellos que son procesados. Aún falta mucho para que eso suceda, pero Maura Gallagher está emocionada por ver los resultados que la huerta le dará.
Y a mí me emociona verla tan feliz después de todo lo que hemos tenido que vivir.
Abandonar la casa donde siempre viví no fue fácil, ese lugar está lleno de recuerdos. Recuerdos felices, recuerdos agrios y recuerdos dolorosos, pero recuerdos después de todo. Y dejarlo atrás nunca será fácil.Cuando vuelvo a mirar a mi hija, noto que su biberón está vacío y ella duerme, pero sin dejar de mover su boca de pez al succionar. Lentamente retiro el biberón y me quedo mirándola. Es imposible no perderme en sus facciones, en sus largas pestañas, en su piel casi translúcida, en sus mejillas ruborizadas, y esa cabellera castaña que posee. Definitivamente, ninguno de estos increíbles atributos los ha heredado de mí. Y es el mismo motivo por el cuál no puedo dejar de maravillarme por lo bonita que es y de quién me acuerdo cuando la observo.
Acercándome a su cunita, intento dejarla allí, pero ella se queja y tanto su nariz como su frente se fruncen, lista para hacer funcionar sus increíbles y poderosos pulmones.
Me hace sonreír, porque es culpa mía que ella no se acostumbre a dormir sola. Y es que su calidez contra mi pecho me hace saber y sentir que todo estará bien.
Al final, la aferro contra mí y me muevo suavemente dándole palmaditas en la espalda. Todo es muy silencioso a mi alrededor, incluso la brisa de los árboles apenas se siente.Intentar hacer dormir a Liliane es siempre una lucha, porque quién consigue quedarse dormido primero soy yo. Si estuviéramos recostados sería un hecho, pero ahora me mantengo tarareando una melodía improvisada mientras ella intenta quedarse dormida.
Mis ojos viajan por su habitación, observo las fotografías enmarcadas en las paredes blancas y sonrío, porque me lleva al pasado, a momento muy felices. Momentos que ella sabrá y conocerá cuando sea tiempo de contárselo.Por algunos segundos, me permito cerrar los ojos y disfrutar de la tranquilidad. Esta tranquilidad que sólo se vive al estar alejado de la ciudad y todo el bullicio de la gente. Pero mis ojos se abren instantes después, cuando siento unas suaves manos abrazar mi cintura desde atrás y besarme la espalda con delicadeza. Mi sonrisa es inmediata, y sosteniendo a Liliane con un brazo, guío mi mano libre a las que ahora están unidas a la altura de mi vientre.
—Creí que ya estaba dormida —Murmura Grace, con su aliento caliente sobre mi camiseta y traspasándola a mi piel.
—Lo está.
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𝐒𝐈𝐄𝐌𝐏𝐑𝐄 𝐇𝐀𝐒 𝐒𝐈𝐃𝐎 𝐓Ú - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇 🥀
FanfictionMis ojos estaban destinados a solo ver los tuyos, siempre has sido tú, solamente tú.