57.

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Capítulo 57.

Diciembre 17.

No puedo respirar.

Me despierto en mitad de la noche sintiendo aquella presión en el pecho. Me quema por dentro, siento que voy a morirme.
No puedo soportarlo, no importa que haya pasado más de un mes, no puedo lidiar con la tristeza en mi corazón, es un dolor constante, un recordatorio diario de que juntos nunca fuimos fuertes.

Estiro mi brazo y enciendo la luz de la lámpara. Durante varios minutos miro el blanco techo, no existe nada especial en el, pero mi mirada está perdida, ya no encuentro el enfoque, el brillo en mis ojos a desaparecido, me siento vacía, fría y con una angustia permanente que se niega a dejarme.

Mentiría si dijera que he hecho hasta lo imposible para que este dolor desaparezca, mentiría si dijera que he intentado continuar con mi vida, que he intentado aceptar las citas de Oliver, las salidas de Lily y que he dejado que mis padres me mimen a pesar de mi deplorable estado.
Porque no es así, he permitido que el dolor me cale hasta los huesos, he permitido hundirme en este pozo negro y profundo del cuál ya no tengo las fuerzas para salir.

Así es como se siente el abandono.

Lágrimas brotan de mis ojos mientras me giro en la cama, adoptando una posición más cómoda. Es increíble que después de un tiempo el cuerpo humano ya se sienta acostumbrado a ese sentimiento de desesperación y vulnerabilidad.
Las lágrimas continúa deslizándose por mi mejilla, empapando las sábanas.

Así es cada noche. La única manera de calmar el dolor es continuar imaginando la vida que nunca tendré. Un mundo donde él y yo podemos estar juntos, podemos amarnos y tener hijos. Podemos ser felices.
Siempre encuentro el consuelo y logro quedarme dormida con esta última imagen. Él rodeando mi cuerpo, besándome y haciéndome sentir amada.

[...]

Cuando despierto siento el viento golpeando la ventana con fuerza. Mis párpados están pesados, se niegan abrirse, pero lamentablemente debo enfrentar otro día.
La luz de mi lámpara está apagada, sé que fue mamá. No es que olvide que debo apagarla, es solamente que me ayuda a poder conciliar el sueño, un poco de luz en medio de la oscuridad nunca esta demás.

-Grace. —La voz de Papá me hace despertar completamente. Él entra en la habitación y se sienta a mi lado. —Feliz cumpleaños preciosa. —Él sonríe.

Fuerzo una sonrisa para él mientras me siento y acepto sus brazos. Él me sostiene por varios minutos hasta que mamá entra en la habitación y decide que ya es su turno para abrazarme. Ella también me sostiene, me acaricia el cabello mientras mece mi cuerpo como solía hacerlo cuando era pequeña.
Ya no peleamos, no discutimos. Ella conoce mi secreto, y yo conozco el suyo.

-Te amo. —Me dice.

-Y yo a ti mamá. —Respondo.

-Ven con nosotros a la cocina. —Me pide y yo asiento.

Ambos abandonan mi habitación para darme unos minutos de privacidad. Mi teléfono comienza a sonar y veo el número de Lily, cuando contesto ella grita al otro lado de la línea mientras canta el feliz cumpleaños  para mi. Me hace reír, porque es desastrosa. Ambas prometemos vernos más tarde y luego corto la llamada.
Me alisto para salir de la habitación buscando una liga para el cabello en mi velador.

Mis ojos se detienen brevemente en el corazón plateado y la cadena que lo envuelve, también en la fotografía, observo su rostro y su pequeña sonrisa. Ahora no, quizás más tarde si, me digo mientras siento el nudo en la garganta. Cierro el cajón con fuerza e intento dispersar mis pensamientos mientras salgo de la habitación.
Como esperaba, mis padres han preparado una pequeña celebración para mi.

𝐒𝐈𝐄𝐌𝐏𝐑𝐄 𝐇𝐀𝐒 𝐒𝐈𝐃𝐎 𝐓Ú - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora