𝐒𝐈𝐄𝐌𝐏𝐑𝐄 𝐇𝐀𝐒 𝐒𝐈𝐃𝐎 𝐓Ú - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇 🥀

44.

Capítulo 44.

Durante horas me quedo en la habitación de Niall escondida bajo las sábanas de su cama. Mi llanto se ha convertido en sollozos, mientras que lágrimas secas están esparcidas por mi rostro.
Me siento seca por dentro, vacía, mi otra mitad no está a mi lado, me siento incompleta.
Lo único que puedo preguntarme es porqué, porqué porqué porqué tenemos que pasar por todo esto, porqué no puedo amar libremente a Niall, porqué el no puede amarme de la misma manera.

El dolor y la tristeza me arrastran a un pozo profundo donde no puedo escapar, no puedo y no quiero salir de mi estado si él no está aquí, si no son sus brazos los que me rodean.
Él me hace tan feliz, mi vida es perfecta si él está cerca y me han quitado la posibilidad de tenerlo aquí, ella lo ha alejado, a destruido esta familia.

-Grace, déjame entrar. —Es papá, lleva horas queriendo hablar conmigo, pero me siento tan mal que no puedo verle a la cara. —Vamos princesa, dejame entrar, estoy solo yo.

Dudo. No quiero escucharlo decir que está bien que Niall se haya marchado, pero también deseo su contención, es por eso que me levanto y abro la puerta y luego vuelvo a mi escondite bajo las mantas.
Él cierra la puerta y luego se sienta en la cama a mi lado.

-Déjame verte. —Me pide.

-No. —Mi voz vuelve a quebrarse. Él suspira.

-Entonces escúchame. —Me pide. —Tu madre... —

-¡Ella no es mi madre! —Le digo enfurecida.

-Lo es Grace, ella a sido tu madre desde el día en que naciste, no importa que no hayas estado en su vientre. —Me dice. —Ella no está pasando por un buen momento, a cometido errores, y está sufriendo.

-No quiero hablar de ella, si has venido a eso Papá, es mejor que me dejes sola.

-Sólo escúchame. —Vuelve a pedirme. —Necesito saber que pasó con Niall, porqué ella cree algo así, dímelo.

No puedo, no puedo decirle, si lo hago empeorare todo, no puedo permitir que sus suaves palabras me hagan decirle la verdad.
Él retira lentamente el edredón de mi rostro y me mira a la cara, sus intensos ojos azules se topan con los míos.

-No ocurre nada. —Miento.

-Sé honesta conmigo, aunque sea una vez en la vida, dime que está pasando, no es normal tu comportamiento. —Algo dentro de mi me dice que él también lo sabe.

-Es mi hermano ¿Porque no estaría mal? —Le digo y desvío la vista.

El suspira ruidosamente mientras acerca su mano a mi cuello y toma la cadena que Niall me regaló. Mi piel se enfría, y mi rostro palidece.

-¿Quién te lo dio? —Me pregunta y rápidamente alejo su mano volviendo a ocultarlo debajo de mi suéter.

-Un chico que conocí. —Susurro.

-¿Es el mismo chico con el que has estado manteniendo relaciones sexuales? —Su voz es firme, aunque quisiera desviar la vista sus ojos me observan atentamente.

-Sí. —Digo sintiendo mucha vergüenza. Un nudo se forma en mi garganta, mi corazón late tan fuerte que siento que podría morir de un paro cardíaco.

-¿Cómo se llama? Dímelo. —Su voz es calmada, él no ha venido a discutir o a interrogarme de una mala manera, aún así soy esquiva y reacia a hablar.

-No quiero hablar de él. —Digo. —Ya se terminó.

-Grace. —Susurra. —Dímelo.

-Papá por favor. —Le ruego. No puedo hablar, entiéndelo.