2.

1.6K 121 154
                                    

Capítulo 2.

Conduzco en silencio mientras nos dirigimos al restaurante chino. Grace está apagada, después de enfrentarse con Megan en el campus su estado de ánimo calló.
No importa cuantas veces le dije —Y he dicho— que solo se trata de una chiquilla insignificante con las enormes ganas de llamar la atención, ella continúa triste.

-Podrías quedarte conmigo esta noche. —Le digo, sabiendo que eso la haría sentir feliz.

Aparco en el estacionamiento del local y ella me observa con una pequeña sonrisa en los labios.

-¿Puedo? —Me pregunta.

-Claro que puedes. Solo debo llamar a papá y decirle. —Su sonrisa se hace mucho más grande. —Me gusta verte sonreír, preciosa.

Ella extiende su mano y me acaricia la mejilla.

-Solo tú me haces sonreír. —Me asegura.

-Me siento completamente privilegiado. —Respondo. —Vamos, tengo hambre y sé que tú también.

Juntos ingresamos al lugar y hacemos la fila para comprar. Grace está delante de mi y yo abrazo sus hombros mientras apoyo mi mentón en su cabeza.
Estar así me gusta, no me escondo y ella tampoco. De vez en cuando me acerco y beso su mejilla, haciéndola sonreír.
Después de pedir y recibir nuestra orden, nos vamos al apartamento.

Mientras ella se mete en la pequeña cocina, yo llamo a papá. Al principio está un poco reacio a que Grace se quede conmigo, habíamos quedado en que lo haría los fin de semana, siempre y cuando ella tuviera un buen rendimiento en el instituto y ahora que está en la universidad.
Pero después de explicarle brevemente que no tuvo un buen día inventando una historia, él acepta.

-¿Está muy enojado? —Me pregunta mientras entro en la cocina.

-No, solamente un poco preocupado. Debí inventar una excusa. —Le explico mientras me siento en el taburete que está frente a ella.

Por algunos segundos ella se dedica a poner la comida en los platos, pero luego suelta un profundo suspiro.

-¿Deberíamos decirle la verdad? —Ella me observa con preocupación.

-No lo creo, Grace. —Digo. —Tú sabes lo que piensan ellos, nos aceptan. Pero no están tan seguros si mostrar nuestros sentimientos en público sea lo correcto todavía.

-Lo sé. —Ella vuelve a enfocarse en lo que está haciendo.

-Le dije que un profesor había sido un tanto desagradable y estabas desanimada. —Le explico. —Él querrá saber los detalles.

-No te preocupes, sé mentir. —Ella me sonríe.

Le sonrío.

-Voy a poner lo que falta. El olor me esta volviendo loco, siento que voy a morir.

Ella se ríe de mi.

-Exagerado.

-Lo sé, solo quería escuchar tu risa.

Ella vuelve a reírse.

[...]

Lo bueno de haberme independizado es que nadie esta a nuestro alrededor observando y escuchando nuestras conversaciones.
Después de comer decidimos acostarnos en el sofá y ver una película. Grace está utilizando una de mis tantas sudaderas, ésta le cubre apenas sus muslos.
Acostada delante de mí, acaricia mi mano que está en su estómago.
Nuestras piernas están entrelazadas y no puedo sentirme más relajado.
Mitad despierto y mitad casi dormido la escucho hablarme.

𝐒𝐈𝐄𝐌𝐏𝐑𝐄 𝐇𝐀𝐒 𝐒𝐈𝐃𝐎 𝐓Ú - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora