38.

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Capítulo 38.

Niall.

El clíma está cambiando. Las hojas de los árboles comienzan a caer, han perdido su color verdor para darle paso a las tonalidades rojizas, café y grises. Es septiembre, y el otoño inicia oficialmente. Grace está alegre porque es su estación favorita, verla disfrutar de las pequeñas cosas que la vida nos entrega me hace inmensamente feliz.
Verla pisar las hojas secas que se amontonan en el jardín me hace dar cuenta lo niña que es y que su lado infantil continúa latente dentro de ella.

No importa que por las noches me folle llevándome al mismísimo cielo. Continúa siendo una niña, y eso aunque no quiera admitirlo abiertamente con ella, me asusta.
Septiembre significa que dentro de dos semanas tendré veintidós años y ella seguirá con sus diecisiete hasta Diciembre.
No es mucho tiempo, pero es el suficiente para saber que debemos ser sumamente cuidadosos en lo que estamos haciendo. Porque ir a la cárcel, no está dentro de mis planes.

Pero todo es tan jodidamente difícil. Cuando nuestros padres no están en casa, —ya sea porque mamá tiene un doble turno en el hospital, o papá con alguna excursión  con sus estudiantes— nos comportamos como una pareja  enamorada, como dos amantes viviendo en la clandestinidad en su propio hogar.
Puedo abrazarla en la cocina, en la habitación con la puerta abierta, incluso tener una agradable tarde de sexo en el sofá. Ya ni siquiera puedo recordar las veces que nos hemos envuelto entre las sábanas, y aunque es tan espectacular, también es doloroso.

Porque cuando dejamos de estar solos, es cuando más deseo tenerla. Y sé que para ella también es una mierda difícil de soportar.
Puedo notarlo cuando extiende su pie por debajo de la mesa y acaricia mi pantorrilla, enviando una corriente eléctrica al bulto entre mis piernas. Sus toques sutiles me afectan, todo lo que ella haga tiene un impacto enorme en mi.
Incluso ahora, mientras sus grandes y preciosos ojos verdes están mirándome. Ella deja de jugar con las hojas ya destrozadas a su alrededor y me observa fijamente mientras se sienta sobre el césped.
Llevamos un rato aquí, en el jardín trasero de nuestra casa.

-Odio que estés fumando otra vez. —Sus palabras son un murmullo, ya no discute conmigo, pero no deja de recordarme lo desagradable que es para ella verme tomar un cigarrillo.

-Ayuda a sentirme mejor.

-No quiero que mueras. —Su voz está llena de tristeza.

Dejo que mis labios formen una sonrisa después de vaciar mis pulmones.

-Tengo más probabilidades de morir aplastado por un camión que de cáncer. —Intento bromear, pero ella no sonríe. —Es solo un cigarrillo Grace.

-Lo sé. Es solo que no puedo evitar sentirme culpable.

-¿Culpable porqué?

-Porque desde que estamos juntos lo estás haciendo.

Tiene razón.

-No es así. —Miento. —Desde que inicié la universidad lo estoy haciendo, tengo mucha presión sobre mis hombros, no debes sentirte culpable. Además que Louis es una maldita chimenea, verlo me hace querer fumar. —Esto último no es una mentira.

No está convencida con mi explicación, pero aún así me sonríe. Intento no sentirme mal cuando le doy la última calada al cigarrillo. Grace continúa mirándome incluso cuando suelto el humo e inconscientemente muerdo mi labio inferior.
Una pequeña sonrisa aparece en su rostro, y no entiendo porqué.

-¿Qué pasa? —Le pregunto. Ella comienza a jugar con las hojas secas otra vez.

-Debo admitir que te vez muy caliente haciendo eso. —Murmura, sus mejillas toman un color rojizo.

𝐒𝐈𝐄𝐌𝐏𝐑𝐄 𝐇𝐀𝐒 𝐒𝐈𝐃𝐎 𝐓Ú - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora