𝐒𝐈𝐄𝐌𝐏𝐑𝐄 𝐇𝐀𝐒 𝐒𝐈𝐃𝐎 𝐓Ú - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇 🥀

17.

Capítulo 17.

La luz del sol se filtra a través de las persianas y el calor inunda la habitación de esta pequeña cabaña. Es como si fuera un día soleado de verano, pero ya es otoño.
El cuerpo desnudo de Grace está adherido al mío como una enredadera. Siempre duerme así cuando estamos juntos, si siente mi ausencia durante la noche, estira su mano y me alcanza aunque esté medio dormida.

Deslizo las yemas de mis dedos por su pómulo rosado, por su mentón y su labio inferior que esta medio abierto. Verla dormir profundamente me relaja, sentir el olor de su perfume y toda su esencia me hace sentir en casa, mi casa.
Quisiera quedarme más tiempo junto a ella, pero quiero preparar el desayuno. Así que con una habilidad increíble, salgo de la cama.

Toda nuestra ropa está esparcida por la alfombra y sonrío. Tomándola, la dejo sobre la única silla de madera.
Mis dedos acarician la tela del corsé negro y mi miembro se remueve en respuesta.
Lo que pasó anoche, fue increíble. No me sorprende que mi linda chica todavía esté dormida, fui un total salvaje con ella.

Deslizando mi pantalón de chándal salgo de la habitación y me pongo manos a la obra.
Preparo algunos huevos revueltos con tocino, café con leche para Grace porque es su favorito, zumo de manzana, tostadas y pastel de cumpleaños.
Agradezco el haber venido muy abastecidos con alimentos.
Dejando todo en la bandeja de madera, vuelvo a la habitación.

Y para mi gran sorpresa, está despierta.

-Buenos días, preciosa —La saludo y ella me regala aquella sonrisa que tanto me gusta.

-Buenos días, mi amor. Me preguntaba donde estabas —Su voz perezosa me hace sonreír —Huele muy bien.

-Quería traer el desayuno para ti, has sido muy buena conmigo —Digo y ella se ríe mientras se se sienta en la cama para recibir la bandeja.

Sus pechos desnudos son una enorme distracción para mí, así que le entrego mi camiseta.

-Eres muy lindo, ven conmigo.

-Tú eres preciosa —Me subo a la cama y me siento con las piernas cruzadas —Come.

-¿Que haremos el día de hoy? —Pregunta llevándose unas tostadas a la boca.

-Ir al lago ¿Te parece bien?

-También podríamos quedarnos bajo las sábanas —Sugiere haciéndome reír.

-Es una idea muy tentadora —Ella sonríe —Come, Grace.

-¡Lo hago, mírame! —Dice llevándose un trozo de pastel —Hoy amanecí con mucha hambre.

-Yo también ¿Porqué será? —Pregunto con inocencia mientras bebo de mi café —Quizás la actividad física de anoche... —Alzo una cena y ella ríe otra vez.

-Puede ser —Murmura —Oh ¿Es zumo de manzana?

-Sí, sé que te gusta.

-Eres tan atento —Sus dedos acarician mi mentón con cariño —Hace días que estuve buscado este sabor, es uno de mis favoritos.

La observo beberse todo el vaso y luego vuelve a comer pastel con entusiasmo.

-Con calma, preciosa —Comento con diversión pero feliz de verla comer tanto, está muy delgada y me preocupa su estado de salud.

-Lo haré, tú también come.

Acercándome, dejo un beso en su frente y comienzo a devorar mi desayuno.

[...]

El lago Lough Owel  está a solo un par de minutos de nuestra cabaña. Durante el verano es un lugar concurrido, pero estando en otoño los visitantes disminuyen considerablemente. Grace sostiene mi mano mientras en la otra cargo la canasta de mimbre con nuestro picnic y la manta de cuadros que mamá nos facilitó.