El lobo al que todos temen

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N/A: Esta historia es una continuación de Sakura Card Captors; en este universo no existe la secuela de Clear Card. 

Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece, pero la obra es mía, adaptada a fanfic de una historia original propia. Favor de no adaptar ni copiar. Gracias. 


Sintió el sudor resbalar poco a poco, de su sien por su mejilla hasta llegar a su cuello y perderse en su pecho. Se aferró con la parte interna de las rodillas al tubo de metal y aceleró los movimientos hasta el punto de sentir que su corazón iba a salírsele del pecho. Le gustaba esa sensación, le gustaba saber que, aunque parecía tener un límite, siempre lo superaba. Estaba decidido a superar cualquier cosa que tuviese que hacer para lograr su objetivo.

Su abdomen comenzó a arder y el calor se mezcló con la adrenalina dentro de su cuerpo. Su mente estaba completamente aislada de la realidad; sus ojos color miel, cerrados en su totalidad pero no privados de vista porque podía ver claramente las imágenes de su pasado que lo asediaban día y noche y noche y día. El odio que atravesaba sus venas y martirizaba su corazón y su cabeza, le provocaba una sensación de sordera que no podía manejar en ese estado y que tampoco quería. Le habría gustado poder quedarse sin sus sentidos y dejar de percibir el modo en el que el mundo funcionaba alrededor de él a pesar de que el había dejado de funcionar en el mundo.

Con un suspiro acompañado de un ligero gemido, se dejó caer en la plancha tras sí, con la respiración entrecortada y el corazón palpitante. Tenía la impresión de que entrenando era la única manera en la que podía sentir su corazón, en la que recordaba que tenía uno.

Se pasó las manos por el rostro y acarició la cicatriz debajo de su ojo izquierdo; una línea fina pero lo bastante larga para que cualquiera pudiera verla a distancia. Se incorporó de la plancha y, abatido, tomó su toalla para limpiarse el pecho y el torso desnudos.

La puerta de la sala de entrenamiento se abrió y él se volvió rápidamente ante el chirrido de las bisagras que le anunció que, por desgracia, tenía compañía. Miró hacia la puerta entre sus espesas pestañas e intentó identificar con la poca luz a la persona que estaba debajo del marco. Le gustaba entrenar solo y en la oscuridad... nunca había sido una persona social y ahora lo era mucho menos.

—Te buscan —dijo la voz que él reconoció de inmediato.

Asintió con expresión decidida y se movió con paso lento a donde estaba el individuo. Se colocó frente a él mientras se limpiaba el cabello húmedo que ahora tenía un poco más largo que antes. El sujeto frente a él, que era unos cinco años más joven, observó sus cicatrices con gesto sorprendido, pero casi de inmediato recobró la seriedad y la indiferencia con la que lo había mirado antes, comprendiendo en el acto, la razón por la que su líder hacía ejercicio siempre solo.

—¿Te dijeron qué es lo que quieren? —preguntó el mayor y el joven negó con la cabeza.

—No, señor... mas por lo que escuché, parece que es algo muy importante.

El de cabello color chocolate asintió con lentitud y frunció el ceño como si pensase en algo de suma relevancia.

—Diles que iré de inmediato, Zheng.

—Sí, señor —aseguró el otro con gesto serio, se movió de la puerta y miró salir al mayor; sus ojos se llenaron de admiración. "El lobo" como todos lo conocían, había logrado muchas cosas en poco tiempo. Zheng lo admiraba, así como todos los que conformaban el grupo que el de ojos miel lideraba. Llevaba solo cuatro años en la organización y había subido de puesto con la velocidad de una ráfaga de viento y la fuerza de un trueno; y, a sus veintitrés años, era el líder más joven de un grupo desde que la organización se había fundado. Lo miró alejarse y sonrió por lo bajo, porque todos imaginaban que sería él quien haría la diferencia. Él sería el elegido para acabar con los pocos descendientes que quedaban con magia elemental y se erigiría como candidato para la supremacía dentro de la organización. Zheng estaba seguro de que nunca podría existir nadie como él y, justamente por eso... también le temía. 




Título original: ¨El lobo contra la flor¨.

2021 por Viviana M. Sánchez.


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