La muchacha sonrió por dentro y agradeció que el hechicero sacara el tema a colación.
—¿Un sello?
—Sí; eres más poderosa de lo que piensas, Sakura. La verdad es que poder como el tuyo no se ha visto en siglos. Ni siquiera los poderes del mago Clow se comparan.
La muchacha estaba al tanto del dato del sello, pero jamás creyó que podría ser tan poderosa como él acababa de decir. Un escalofrío le recorrió la espalda.
—¿Por qué sellaste mis poderes?
—Hay muchas razones, de hecho. El sellarlos te protegía; te dejaba fuera de la vista de todos los hechiceros de magia oscura que podrían querer tus poderes. Fue un modo de ayudarte a tener una vida menos anormal hasta cierto punto... pero la razón más importante es que ninguna persona puede poseer un poder tan grande si no ha demostrado que lo merece.
Todos permanecieron en silencio y el muchacho de gafas permaneció un momento sin decir nada y luego continuó:
—El sello se destruirá cuando tú le demuestres que tus intenciones son loables y que estás lista para manejar esa cantidad de magia. El problema es que ese momento podría llegar mañana o no llegar nunca.
Shaoran, que hasta ese momento había tenido la intención de conocer esa información pero no había preguntado nada, observó a Eriol con interés.
—Eso quiere decir que no pueden arriesgarse a trabajar con alguien que no sabe qué es lo que puede brindar realmente —interrumpió Touya y miró a su hermana con ambas cejas alzadas.
—Entonces soy yo la única que puede romper ese sello, ¿no?
—Así es.
Sakura asintió con lentitud y todos se quedaron callados. Era como si estuviesen atorados en un punto muerto. Entendía, y hasta cierto punto sabía, que sería arriesgado que la aceptaran por esa razón, y ella no quería ser un estorbo ni causarles problemas. Shaoran la miró fijamente y ella le mantuvo la mirada con la misma intensidad.
Poco después, la joven se puso en pie y observó a todos en la mesa.
—Bien. Hagamos un trato. Sé que aún falta tiempo para que comience la batalla... si en un mes... no logró romper el sello; me iré, pero si lo hago... deben dejar que me quede y los ayude.
Shaoran paseó sus ojos por el rostro decidido de la muchacha... la amaba tanto. Admiraba su decisión y su empeño; siempre había alabado interiormente el modo en el que se esforzaba tanto para lograr lo que se proponía... y ahora, el sentimiento crecía porque ella había comprendido que era algo arriesgado y había tomado en cuenta la posibilidad de no participar. Eso lo dejaba un poco más tranquilo.
Sakura lo miraba a él, casi como si no tuviese que convencer a nadie más acerca de su idea. Shaoran sonrió y asintió; los ojos de ella brillaron y él tuvo unas ganas locas de abrazarla.
—Gracias —susurró ella y lo observó con alegría en tanto que volvía a sentarse. Shaoran desvío la mirada antes de cometer alguna estupidez; como besarla frente a todos.
Al mismo tiempo y, con la mano izquierda, ambos sujetaron sus propios cuchillos; él para colocar mantequilla en un pan y ella para cortar un bollito. Los ojos dorados se fijaron por primera vez en el anillo que brillaba en el dedo anular de ella. El solo saber que ese anillo era la prueba de su tiempo juntos... la prueba de que ella le pertenecía como él a ella, le brindó cierto conforte; porque el hecho de que ella no lo supiera o no lo recordase... no quería decir que no había sucedido.
ESTÁS LEYENDO
El lobo contra la flor
FanfictionCapítulos cortos. Advertencia contenido adulto. Shaoran Li (Lang) ha logrado ganar el honor de ser el transportista de una preciada carga perteneciente a la zona siete de los ¨Cazadores de hechiceros¨, y él cumplirá con su palabra y tomará el pape...