Preguntas hipotéticas

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—¿Por qué te vestiste? Tenía ganas de verte desnuda por más tiempo. ¿Te da vergüenza? 

—No es eso —dijo ella con las mejillas rojas—, solo no tengo tanta confianza.

Shaoran se giró para quedar frente a ella y le alzó el mentón.

—Eres la mujer más hermosa del mundo, Sakura, ¿y aún así te falta confianza? Tendré que trabajar en elevarla. 

Y se inclinó para abrazarla y pasar sus manos por la espalda y el trasero femeninos. Sakura se sonrojó con una sonrisa y se pegó a su pecho. 

—¿Te... te gustó lo de anoche? —quiso saber, sin verlo. 

Ella lo había disfrutado muchísimo, pero la verdad era que tenía miedo de que a él no le hubiera pasado lo mismo. Sakura no tenía mucha práctica en ese tipo de cosas; se sentía un poco insegura sobre lo que había hecho y pensó que quizá habría podido haber hecho algo más para él.

Shaoran besó su cuello y la apretó contra él.

—Fue... la mejor noche de mi vida, Sakura. Te juro que si no estuvieras muriéndote de hambre... no te habría dejado salir de la cama en todo el día.

Ella rio nerviosa y gimió un poco cuando él mordió la base de su cuello. La soltó a regañadientes y se giró para seguir cocinando mientras ella ponía la pequeña mesa y los banquitos; se sentó en uno y lo miró hacer con interés. Cuando él terminó dejó los platos frente a ambos y tomó asiento encarándola.

Comenzaron a comer, pero él no dejó de mirarla ni un segundo.

—¿Por qué me miras tanto? —preguntó ella con una sonrisa avergonzada.

—Estoy haciendo una foto de ti en mi mente, así te recordaré estos días hasta cuando esté dormido.

Sakura lo observó sorprendida y se llevó a la boca un pedazo de pan masticándolo lentamente; entendió lo que él no deseaba sentir. Si hubiese estado en su lugar... probablemente ella se habría sentido igual de mal por recordar todo eso sin que él supiese siquiera lo que había sucedido. Entendió ahora el porqué de que él quisiese olvidarlo.

Saber que habían estado juntos y que no volverían a estarlo... la llenaría de tristeza y desesperación. 

Tragó con algo de dificultad y se llevó la taza de café a los labios, bebió un sorbo y ambos comieron un poco. Sakura se aclaró la garganta y él alzó la vista como si supiese que ella hablaría.

—Shaoran... y si yo... —no terminó porque tuvo miedo de saber la respuesta.

—¿Si tú qué, Sakura? 

—Y si a pesar de no recordar nada... te buscara y decidiera ayudarlos, ¿me lo permitirías? 

Los ojos dorados brillaron extrañamente y él bajó la mirada al plato.

—No tenemos que hablar de esto...

—Quiero saber.

Él la observó tan fijamente que ella se sintió como si se hubiese puesto de nuevo la máscara.

—¿Para qué quieres saber la respuesta de un caso hipotético? Tú... no recordarás nada, Sakura, ¿por qué habrías de buscarme si no lo hiciste antes? Seguro estarás en la etapa de enamoramiento con tu novio cuando regreses y no te interesará nada más que él.

—Sé que es un caso hipotético, pero quiero saberlo.

Él pareció incómodo ante la insistencia de la muchacha y tomó un sorbo de su café antes de contestar.

—No te lo permitiría. El sujeto al que debemos enfrentarnos, ahora es tremendamente poderoso por la cantidad de magia qué ha podido extraer de los hechiceros, pero eso no significa que no lo fuera antes. Tenía contactos y protección... el acabar con él cuando vuelva no será algo fácil, Sakura, y mientras menos gente esté involucrada será mejor. Nunca me perdonaría si te sucediera algo.

—¿Y si me empeñara en hacerlo? 

—Intentaría convencerte de lo contrario.

—¿Y si no funciona? ¿Si sigo empeñada en ayudar? 

Shaoran respiró con intensidad y se pasó la mano por el cabello despeinado.

—Te metería a una caja de cristal y te mantendría allí hasta que todo se resolviera. 

Sakura supo que era una broma y sonrió al ver que él también lo hacía.

—No... no lo sé, Sakura. No me hagas ese tipo de preguntas. Me parece que por ti podría hacer cualquier locura —dijo y la miró con intensidad.

—Entonces en el caso hipotético de que me encerraras en una caja de cristal... ¿qué harías conmigo después de matar a ese sujeto y salvar al mundo? 

Shaoran se mordió el labio inferior y esperó un poco antes de contestar.

—Me casaría contigo.

Ella sintió que por un segundo su corazón dejaba de latir o latía tan rápido que no lo sentía.

—Pero... seguro que me odiarías por encerrarte y decidirías regresar con tu novio —susurró con la mirada fija en la cuchara dentro de su taza a la cual le daba vueltas. Sakura sonrió inevitablemente.

—Jamás podría odiarte. Me molestaría mucho quizá... pero... nunca podría odiarte. Yo te... —y se quedó callada al notar lo que iba a decir. Se congeló y sus mejillas se tornaron totalmente rojas. Se preguntó una y otra vez, por qué demonios iba a confesar algo así. ¿Iba a decirle que lo amaba?, ¿cómo podía ser eso? Shaoran la miró con el ceño fruncido y estuvo a punto de preguntarle qué iba a decir, pero ella se adelantó—: te perdonaría.

Su corazón latía desesperado contra su pecho y no pudo comprender esas emociones desconocidas; le daba la impresión de que... parecía que su corazón ya no era suyo. Shaoran sonrió, ajeno a los pensamientos de la muchacha. 

El lobo contra la florDonde viven las historias. Descúbrelo ahora