Sakura entró en la enorme sala y una energía negativa la invadió; supo, con extrema facilidad, que se trataba del lugar en el que muchos hechiceros habían muerto. La sala tenía una forma circular dividida en dos zonas. Un círculo mediano dentro de uno mucho más amplio, separados por un vidrio grueso y que parecía ser sumamente resistente. En el círculo de afuera había una gran cantidad de asientos y ella pudo darse cuenta de que eran para los espectadores... se sintió como en un maldito circo.
Al centro del círculo mediano, había una plataforma circular también, que era de cristal, separada del piso por unas escaleras. La llevaron hasta allí y la colocaron al centro. Repentinamente, los grilletes de sus tobillos se volvieron cadenas que se anclaron al suelo justo en el momento en el que las puertas del círculo más grande se abrían y entraban por ellas un grupo de hombres y mujeres que avanzaron por los asientos de los espectadores, hasta las puertas de vidrio que daban hacia el círculo central.
Sakura identificó a varias de las personas que se enocontraban presentes, como el tipo pelirrojo, el rubio con acento francés, el mismo Shuji que lideraba al grupo, y otros hombres y mujeres cuyos rostros no recordaba del día anterior.
Unos sujetos con unas batas blancas se acercaron a ella y comenzaron a revisarla. Sakura no hizo nada para impedirlo y simplemente cooperó con ellos con gesto lleno de molestia; sin embargo, observó unos tubos delgados que en los extremos tenían unas agujas largas y anchas, y tragó grueso; el miedo la recorrió y no pudo quitar los ojos de los objetos, ni siquiera cuando la exclamación de Shuji, se alzó en el lugar.
—¿En dónde demonios está Lord You? —preguntó confundido al ver que el tipo alto hacía falta en la ceremonia.
Estuvo a punto de mandarlo a buscar, cuando el sujeto apareció por las puertas del círculo más grande, atravesó los asientos como habían hecho los demás y se dirigió a la zona central con cara de pocos amigos.
Shuji lo observó con una expresión confundida.
—¿Qué demonios te sucede?
—Estoy bien. Solo... un poco indispuesto —le dijo el hombre con el sudor cayendo por su frente y le dio una mortal mirada al pelirrojo que sonrió divertido.
Shuji se acercó a él y alzó una ceja en señal de desconcierto, e iba a decir algo, justo cuando el tipo vomitó frente a todos, manchándole los zapatos.
—¡Qué...!
—Todo... todo me da vueltas —susurró el hombre y se dejó caer en el suelo con expresión mareada.
Shuji se hincó junto a él y le golpeó la mejilla sudorosa con unas palmaditas para ver si podía hacerlo reaccionar.
—Lo mejor será que regreses a tu habitación.
—Eso no me parece justo —se quejó de inmediato—. Parte de sus poderes me pertenecen —susurró molesto y Shuji chasqueó la lengua en señal de fastidio.
—Sabes que no los necesitas. Ya eres muy poderoso y te recompensaré para la siguiente. Solo... regresa a tu habitación y pídele a alguien que te examine. Podrías tener algo grave.
El sujeto no tuvo oportunidad de negarse, porque dos guardias llegaron y lo sacaron de la sala casi a rastras. Shuji se volvió hacia su sobrino y lo señaló:
—Más te vale que no hayas tenido nada que ver con esto.
Tom se encogió de hombros y le restó importancia para luego volver su mirada a la expresión perdida de la muchacha. Tenía miedo... lo podía sentir y lo podía oler... y eso... le gustaba.
Los sujetos con batas se acercaron a la muchacha mientras sotenían los delgados tubos con las agujas y ella se quedó pretificada. Quiso correr y esconderse en algún lugar, pero sabía que no podía... que no debía. Se dejó caer en el suelo con la respiración entrecortada y se llevó una mano al pecho.
—Vamos, Sakura... tranquila —se rependió con los ojos llenos de lágrimas.
En cuanto los tipos la rodearon supo lo que iba a suceder. Todo pasó muy rápido y, de pronto, uno de los sujetos le tomó del brazo y ella se movió para soltarse.
—Coopera o será más difícil.
Pero ella siguió moviéndose, para dar pelea con la intención de otorgarle más tiempo a Shaoran. Pasaron unos minutos en los que no pudo controlarla y entre tres la sujetaron. Sakura cerró los ojos con fuerza y un grito de dolor le raspó la garganta cuando el sujeto le enterró la aguja que, como si tuviese vida propia, se curvó dentro de ella y se ancló en su músculo justo como un gancho. Las lágrimas brotaron de sus ojos ante el dolor y tuvo que morderse el labio inferior. La zona lastimada le punzaba y le ardía, como si tuviese un infiernillo por dentro. Creyó que solo sería una... pero, asustada, observó que serían muchas... muchas más.
No rogó ni pidió que parasen. Los individuos que fueron multiplicándose hasta que tanto la zona del círculo externo como la del interno, quedaron repletas de gente que, con sonrisas macabras la observaban y murmuraban cosas, la hacían sentir náuseas.
—¡Cómo puedes hacerle esto a la gente! —le gritó la muchacha al anciano, que la observaba con una sonrisa interesada. Ni siquiera se tomó la molesia de contestarle y ella soltó una exclamación de dolor cuando, después de haberle introducido las agujas en las piernas y los brazos, comenzaron a hacerlo en el abdomen y en la espalda.
Gimió por el dolor que eso le causó y tuvo ganas de vomitar. Estuvo casi segura de que se desmayaría, pero justo cuando estaba por perder el conocimiento, sintió un pinchazo en el cuello y volvió a abrir los ojos.
—Te necesitamos despierta —dijo uno de los tipos.
—Malditos —susurró ella como pudo y negó con la cabeza.
El dolor era insoportable y no quiso contar cuántas de esas cosas le habían puesto.
Cuando finalizaron se dejó caer al suelo hecha un ovillo. Sentía el pecho adolorido por las rápidas respiraciones que estaba tomando; así que se obligó a respirar más lento y a concentrarse en alguna otra cosa. Todo el cuerpo le temblaba, y la sangre, caliente, chorreaba por su piel.
Con los ojos entrecerrados pudo observar que todos los sujetos que estaban en el círculo central, la rodearon y sujetaron cada quien uno de los tubos que se conectaban a ella y que tenían las mismas agujas del otro lado.
A un mismo tiempo todos clavaron las agujas en sus brazos y unas desagradables sonrisas cruzaron los labios de los presentes.
De pronto, cerró los ojos con fuerza cuando un dolor desgarrador se abrió paso a través de su cuerpo.
Sakura se dio cuenta de que... las agujas que tenía ancladas, le producían un dolor leve a comparación de lo que sentía en ese momento. Arqueó la espalda y ni siquiera se fijó que las agujas se clavaban más en su cuerpo con los movimientos. Las lágrimas llenaron su rostro y un charco de sangre debajo de ella le transmitió un olor a hierro que le provocó arcadas.
Soltó un grito que atravesó las paredes de vidrio gruesas que dividían ambos círculos y que hizo que los sujetos que admiraban el ritual en el círculo externo, aplaudieran emocionados. Los temblores en su cuerpo eran cada vez más y más fuertes... y supo que no aguantaría mucho más.
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El lobo contra la flor
FanficCapítulos cortos. Advertencia contenido adulto. Shaoran Li (Lang) ha logrado ganar el honor de ser el transportista de una preciada carga perteneciente a la zona siete de los ¨Cazadores de hechiceros¨, y él cumplirá con su palabra y tomará el pape...