Juntos

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—¿Y eso es algo que quisieras arreglar? 

—No lo sé... estoy... confundido con lo que debería hacer.

Sakura esperó unos segundos más y asintió como si él pudiera verla pues ya las luces del vagón estaban apagadas. 

—Buenas noches, Shaoran.

—Buenas noches... Sakura.

Shaoran cerró sus ojos e intentó dormir, pero no pudo. Dio vueltas en la cama y después de unos minutos se incorporó y miró hacia el sillón. La muchacha parecía estar dormida; se sentó y apoyó la espalda contra la cabecera y la cabeza también, se llevó ambas manos al rostro y suspiró frustrado.

Ella le quitaba el sueño. 

La observó dormir por unos minutos más, hasta que, repentinamente la muchacha se incorporó y lo miró como si estuviera consciente de que él la había contemplado. Sus ojos brillaron en la oscuridad, se puso de pie y caminó hacia la cama. 

—Pídeme... que duerma contigo —le dijo ella al sentarse lentamente cerca y junto a él en el colchón. Shaoran permaneció impasible por fuera aunque por dentro sentía que estaba sobre arenas movedizas.

—¿Y qué ganaría con eso? —preguntó él en el mismo tono suave.

—Una compañera —susurró la muchacha y se inclinó sobre el cuerpo de él—. Sé que solo puedes dormir cuando estás muy cansado y que a veces tienes pesadillas. 

—Regresa al sillón —le ordenó cuando ella paseó sus manos sobre el torso del muchacho.

—Quiero quedarme contigo —dijo ella y con la punta de su nariz tocó la de él con suavidad—. Déjame quedarme a tu lado solo por esta noche. No haré nada, lo prometo —pidió ella y se abrazó a su torso para apoyar su mejilla en el pecho del muchacho. Escuchó el rápido latir de su corazón y sonrió—. Olvídate de todo por esta noche y solo déjame estar a tu lado. 

Shaoran inhaló profundamente y con sus brazos rodeó la figura femenina para apretarla contra él. Sakura lo vio como una señal de que la dejaría quedarse, así que se recostó sobre él y escondió el rostro en el cálido cuello del muchacho. 

—¿Shaoran? 

—¿Mmm?

—¿En todo este tiempo... pensaste alguna vez en mí?

"Siempre"

Shaoran no quiso decirle lo que sintió al despertarse en la mansión del inglés después del ataque a su familia, pues se percató, luego de que Eriol le comentó que habían muerto demasiados hechiceros, de que era probable que Sakura estuviera muerta también, y cuando había intentado preguntar por ella... ese maldito cuatro ojos lo había evadido. Eso había sido lo único que Shaoran había necesitado para creer que ella estaba muerta.

No entendía la razón por la que Eriol le había hecho creer eso y tampoco entendía por qué ella estaba con él en ese momento.

—A veces —mintió él y ella asintió.

—Yo... me obligué a no pensar en ti y aún así... estuviste en mi mente siempre. Era como si... pensara que el haberte conocido y nuestro tiempo juntos, solo hubiera sido un sueño.

La joven absorbió el calor del cuerpo de él y se acurrucó como para reafirmar que eso era la realidad y no un sueño; de pronto recordó que eso... se convertiría eventualmente en nada. Inhaló profundo y se dijo que no importaba... ahora lo tenía allí con ella y eso era suficiente.

El lobo contra la florDonde viven las historias. Descúbrelo ahora