El lobo contra la flor

Las aguas del tiempo

—¿Dijiste que...?

Shaoran asintió.

—Es imposible, me hubiera dado cuenta de eso —continuó ella y negó con la cabeza—, habría sabido que se trataba de la magia de Eriol.

—No pudiste darte cuenta de que se trataba de mi magia, Sakura... tampoco podrías identificar que se trataba de la de Eriol. Con tanto poder puedo ocultarlo si lo deseo justo como él lo ha hecho siempre.

—Pero... no comprendo, ¿por qué lo hizo?

Shaoran suspiró y se relamió los labios antes de seguir hablando.

—Eriol era el único que sabía de la organización, pero... Mizuki jugó con él y lo engañó. Sabes que ella era sacerdotisa y tenía poder sobre la mente y los sueños de los demás. Usó la campana lunar para hacerle creer que todo sucedía en su mente y en sus recuerdos, como si fuese en una dimensión anterior. Mizuki... era la persona en la que Eriol más confiaba y decidió creerle, pero aún así tomó sus precauciones y te protegió a ti Sakura, pero no pudo hacer lo mismo conmigo y se sentía... culpable.
—No puede ser... —susurró la muchacha sin poder creer ni una palabra—. Es decir que ahora tú tienes los poderes del mago Clow, ¿cierto?

—No todos. Una gran parte me los dio a mí, la otra la usó para protegerte y aislarte de los cazadores, esconder tu rastro... de ese modo no te encontrarían. Es la única manera en la que me explico el hecho de que no te hubieran atrapado antes; yo creía que ya estabas muerta. Imaginé que por tener tanta magia elemental como la tienes, habrían ido por ti primero.

—No. Yo no sabía nada. Yue y Kero mencionaron antes que sentían que la magia de su anterior dueño estaba dispersa, pero tampoco supieron nada de eso. Fue una sorpresa para ellos cuando los cazadores llegaron y me llevaron. Intentaron detenerlos pero... eran... eran demasiados y... —sus ojos se llenaron de lágrimas y dejó de mirarlo. Shaoran pudo compartir su dolor pues él también había perdido a personas importantes. Sakura se limpió las lagrimas y lo miró aún confundida—. ¿Qué sucedió con Eriol?

A Shaoran no le gustaba recordarlo y aún así hizo un esfuerzo para hablar de eso.

—Con lo que quedaba de su magia eliminó a la mujer a la que había amado tanto y se sumió en un sueño muy profundo. Nakuru, Spinel y yo... somos los que podemos comunicarnos con él a veces.

Sakura se llevó una mano a los labios y sintió una pena inmensa por Eriol. Shaoran suspiró una vez más y negó con la cabeza.

—El nunca me dijo que te había protegido. Fue para mí una... sorpresa enorme encontrarme contigo.

—Considero que mi sorpresa fue mucho más grande que la tuya —observó la joven con un tono ligeramente molesto—. Y ahora me dirás que yo soy lo que va a hacer posible que tú encuentres lo que buscas, ¿no es así?

El de ojos miel casi la taladró con la mirada; se llevó ambas manos al cabello, se puso de pie y comenzó a dar vueltas por la habitación. Sakura esperó con paciencia hasta que él se paró contra la puerta y se cruzó de brazos.

—Nakuru me contó una historia, a petición de Eriol. ¿Quieres conocerla?

—¿Esa historia tiene que ver con lo que está pasando?

—Sí.

—Bien... te escucho.

—Hace muchos siglos, los hechiceros más poderosos del mundo se reunieron en la cima de una montaña para sacrificar a una mujer. Su nombre era Camille —susurró—, que significa: "La que se sacrifica".

—¿Por qué querían sacrificarla?

—Porque, según la leyenda, el tiempo comenzaba a tener problemas... grietas; es decir, las dimensiones, el pasado, el futuro y el presente, comenzaron a salirse de orden. Todo eso por los hechiceros que hacían mal uso de él, y la única manera de componer el problema era sacrificando a esa mujer; quien, según se cuenta, tenía la sangre del dios del tiempo en su cuerpo.

—¿Ella era la manera en la que las cosas iban a componerse?

—No, ella solo era el instrumento por medio del cual ellos iban a obtener lo que necesitaban.

—¿Y qué era eso?

—Las aguas del tiempo.

—¿Las aguas del tiempo?, ¿qué es eso?

—Son las lagrimas y la sangre de Camille. Se creía que solo era una leyenda, pero Eriol tenía sus razones para creer que era cierto y que alguien las había encontrado. Ambos pensamos que la organización las tiene y no tenemos idea de cuántas veces las han usado.

—¿Para qué sirven esas aguas del tiempo? —preguntó ella con un hilillo de voz aunque tenía la ligera impresión de que sabía la respuesta.

Shaoran asintió.

—Los antiguos hechiceros las usaron para regresar el tiempo e intentar hacer a su aprendices más conscientes en relación al manejo del mismo.

Sakura suspiró y se abrazó a sí misma.

—Tú quieres encontrarlas para regresar en el tiempo y evitar la cacería de hechiceros, ¿no es así?

—Sí —contestó Shaoran con simpleza y Sakura se olió le peor.

—Y yo soy la manera en la que puedes conseguirlo.

—No solo eres mi pase de entrada a la sede, sino que eres lo que me permitiría vagar libremente por ese lugar y buscar lo que quiero encontrar. Tardé cuatro años para llegar a este punto, Sakura; no podía arriesgarlo todo.