El lobo contra la flor

Preguntas

El de ojos miel se sorprendió ante la petición y se masajeó la nuca antes de asentir con la cabeza.

—Intentaré responderlas.

—¿Cómo... cómo fue que aprendiste magia oscura? —quiso saber la muchacha y se cruzó de piernas mientras lo contemplaba con interés.

No era algo de lo que Shaoran se sintiera orgulloso, pero él modo en el que ella lo miraba lo animó a contárselo.

—Fue idea de Eriol, de hecho. Como te dije antes, a veces se comunica con Nakuru, otras veces con Spinel y otras veces conmigo. Nakuru fue la que me dio el mensaje. Para poder cubrirme necesitaba aprender magia oscura porque era el tipo de magia que los cazadores usaban. Eriol tenía un antiguo conocido en Islandia que sabía de artes oscuras así que me mandó con él. Entrené por un año entero antes de enlistarme.

—Si usabas magia elemental, se habrían dado cuenta. Entiendo.

Shaoran asintió.

—¿Fue difícil aprenderla?

—Tuve un excelente maestro, así que si me pareció difícil ciertamente no lo recuerdo. Ahora... es mi turno —dijo con sencillez y ella sonrió burlona.

—¿No dijiste que no te interesaba nada sobre mí?

—Me interesa todo sobre ti —contestó él con una honestidad que le provocó un sonrojo involuntario—; solo que no me creía merecedor de saberlo.

—¿Y qué quieres saber?

Shaoran se sintió un poco inseguro de preguntar, pero necesitaba saberlo.

—Cuando luché contigo aquella vez... sentí que habías avanzado y que las cartas parecían diferentes; como si hubiesen evolucionado.

Sakura asintió y le sonrió al recordar sus cartas.

—Bueno... tal vez no aprendí todo lo que tú, pero estuve trabajando con ellas y... algunas cartas nuevas aparecieron.

—¿Nuevas? —prreguntó sorprendido y ella dijo que sí con la cabeza.

—Seguro que Eriol las mandó —dijo haciendo memoria—. Gracias a eso mis cartas más antiguas tuvieron la oportunidad de mejorar y de crecer, supongo; y las nuevas son incréibles.

Shaoran sonrió animado pues eso no lo sabía.

—Mi turno —dijo ella antes de que él pudiese preguntar algo más en relación con las nuevas cartas.

—Bien.

—Dijiste que Nakuru, Spinel y tú... pueden comunicarse con Eriol, ¿no?

—Sí —contestó él sin saber por dónde iba la pregunta de la muchacha.

—Y si tú... tienes ahora la mayor parte de los poderes de Clow... ¿eso quiere decir que ahora ellos son... tus guardianes?

Shaoran suspiró sin saber qué contestar ante eso.

—Podría decirse que sí. Mi turno.

—Pero no he terminado...

—¿Quien te enseñó a pelear como lo haces? He querido saberlo desde que intentaste golpearme en la caja. No recordaba que fueras así de buena en artes marciales.

Sakura apretó los labios y se dijo que de todas las preguntas era la que menos le apetecía contestar.

—Mi... ex-novio.

Shaoran la observó sin decir nada más y asintió con lentitud para esperar a que ella continuara.

—Era muy bueno en artes marciales... es decir, lo es.

—Ah... ¿aún están...

—No —dijo ella rápidamente sin siquiera saber porqué se sentía incómoda por hablar del tema—. Íbamos a casarnos, pero... me engañó. Medio año después de que le confesé quien era yo realmente; dijo que no supo cómo lidiar con eso y... bueno... puedes imaginar el resto. Fue hace poco más de un año.

—Lo siento mucho.

—No importa, ya lo superé. Y me da gusto que no estuviéramos juntos cuando me secuestraron; lo hubieran asesinado a él también y por lo menos está a salvo.

Shaoran asintió, pero una extraña incomodidad abordó su pecho. Ella se recostó en la cama, de lado, sin dejar de mirarlo.

—¿Y tú?