Deseo (Advertencia ++18)

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Se puso en pie después de unos minutos, miró hacia la puerta cerrada de la cocina, suspiró y se dijo que le iría bien un baño. Entró en el pequeño cuartito, abrió el agua de la ducha y comenzó a quitarse la ropa interior mientras se miraba el rostro en el espejo.

Apoyó las manos en el lavabo cuando estuvo desnuda por completo y suspiró molesta. No podía arruinar sus últimos momentos con él... no quería hacerlo. Se giró con la intención de abrir la puerta, pero él fue más rápido y entró en el baño con mirada seria. Ella parpadeó confundida y se abrazó a sí misma sin saber qué hacer.

—No quiero que te cases con él —le dijo directamente y ella lo observó sorprendida y luego sonrió—. No quiero que te toque ni quiero que te mire como yo lo hago. Eso solo puedo hacerlo yo —susurró, se acercó a ella y la besó intensamente.

Sakura se perdió en los brazos y en los labios de él, tan cálidos y tan fuertes que un escalofrío le recorrió la espalda. Le ayudó a quitarse la ropa y Shaoran lanzó al suelo las prendas; la cargó y la introdujo en la ducha. El agua caliente los envolvió y ella continuó besándolo hasta que él la soltó y ella deslizó los pies hasta el suelo mojado. Las pestañas de Shaoran estaban llenas de gotitas de agua que hacían que sus ojos brillaran hermosamente hacia ella. El corazón le dio un vuelco y se apretó contra él. El joven llevó su mano a uno de sus pechos y masajeó con lentitud sin dejar de mirarla mientras ella cerraba los ojos y soltaba un suspiro de placer. Shaoran se inclinó y le lamió el costado del cuello, se detuvo en el lobulo de su oreja y succionó mientras ella temblaba en sus brazos, provocándole un sentimiento extraño de control que lo excitó. Mordió su cuello y succionó la piel suave y delicada mientras ella se movía contra él en una cadencia constante y gemía cada vez que el dolor se mezclaba con el placer. Dejó varias marcas rojizas y luego se entretuvo con sus pechos, marcando la piel extremadamente suave y mojada, con sus dientes y su lengua.

Sakura se llevó una mano a los labios para acallar las exclamaciones de placentero dolor que surgían con la boca del muchacho sobre ella. Shaoran la hizo retrodecer hacia la pared, le pegó la espalda contra ésta y la besó profundamente mientras llevaba sus manos a su trasero y apretaba la piel firme, suave y caliente, con más fuerza de lo normal, animado ante la respuesta de ella, que soltaba excalmaciones instintivas que le hacían sentir escalofríos en todo el cuerpo.

Ella tanteó entre sus cuerpos unidos, buscó con su mano la erección de él y apretó más intensamente con movimientos rápidos y precisos. Era un tipo de éxtasis más salvaje y rudo, y lo disfrutó de igual manera. Shaoran gimió contra ella y lamió la bella zona de piel entre ambos pechos de la muchacha.

En un punto, ella se deshizo de su amarre y con un movimiento rudo lo dejó contra la pared y le apresó las muñecas contra ésta; recorrió con sus labios su cuello y también lo mordió con fuerza. Shaoran se excitó con la boca de la joven sobre su piel y su erección se pronunció más. Ella dejó un camino de besos en el pecho de él y desde ese ángulo lo miró fijamente y bajó más y más hasta colocarse de rodillas en el piso de la ducha. Él la observó con expresión llena de deseo. Había visto que las veces anteriores que habían hecho el amor, ella había tenido la intención de hacer algo similar, pero él no se lo había permitido... porque el que ella hiciera eso... es decir... sentirse dentro de su boca... era algo... que le parecía demasiado intenso. Había tenido miedo de no poder superarlo o de conocer un placer que iba más allá de su propio control. Se pasó las manos por el cabello mojado y respiró entrecortadamente ante el pensamiento que cruzaba su mente. 

El lobo contra la florDonde viven las historias. Descúbrelo ahora