Moebius

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Shaoran sudó frío en cuanto se puso en pie lentamente. No supo de dónde sacó las energías para hacerlo, pero en cuanto estuvo parado, miró hacia las sombras de la enorme habitación.

—Wu Xi —susurró pronunciando su nombre casi como una acusación.

—Veo que me recuerdas. De algún modo... eso habla de que dejé una fuerte impresión en ti.

Shaoran sintió un poco de desesperación al no poder verlo. No tenía idea de en dónde estaba y se sentía tan débil que no lograba identificar sus poderes.

—Una negativa, desgraciadamente —susurró Shaoran con tono grave y mortal.

Wu rio y el sonido de su risa lo hizo sentirse extrañamente alerta.

—La verdad es que no puedo decir que me moleste ese hecho. Me anima el causarte alguna emoción negativa.

—¿Qué haces aquí? —quiso saber el de ojos miel sin dejar de poner sus sentidos en juego.

El sujeto tardó en contestar, pero, repentinamente, salió del lugar en el que se ocultaba. La luz de la luna le dio de lleno en el rostro y Shaoran lo miró con intensidad. Estaba sorprendido, pero no lo dijo.

Ese sujeto... parecía por lo menos cinco o seis años mayor que él. Frunció el ceño, confundido. No entendía qué sucedía. ¿Cuál era la razón por la que Wu se veía mucho mayor a pesar de que ambos tenían la misma edad?

—Noto que verme te causa conflicto —susurró el tipo y se llevó una mano a la barba crecida—. Esto es lo que me hace ver mayor —mintió con descaro.

Shaoran frunció el ceño más pronunciadamente y Wu se rio.

—Parece que a ti no puedo engañarte —dijo y se metió las manos a los bolsillos frontales de su pantalón—. Te diré la verdad porque estoy muy agradecido. Me has ahorrado el trabajo.

—¿De qué hablas? —preguntó el ambarino con tono molesto.

Wu se encogió de hombros y se acercó más a él. Shaoran se movió para interponerse entre éste y el cuerpo de Sakura.

—Tú y tu grupo han asesinado a Shuji. Me han facilitado el trabajo.

—Creía que estabas aliado con él —susurró Shaoran y pensó que quiza su idea de que ahora el sujeto estuviese allí con la intención de atacar desde adentro, era la opción real.

—Eso fue lo que le hice creer.

—¿Querías asesinarlo y quedarte como lider del clan?

—La verdad es que... va mucho más allá, Xiao Lang Li. Solo decir tu nombre me causa emoción —comentó el tipo con una sonrisa lánguida.

—Todos creían que estabas muerto.

—Sí. Esa era la idea.

—No entiendo.

Wu asintió y comenzó a caminar alrededor de él con paso lento y casi desinteresado.

—No tenía idea acerca de las aguas del tiempo. Mi padre me comentó de un objeto mágico muy poderoso que estaba bajo su poder; su deseo era que yo lo heredara; sin embargo, los ancianos de mi clan se lo dieron a Shuji al morir mi padre. Nunca supe lo que era... pero tampoco necesitaba saberlo —comenzó y Shaoran giró sobre su propio eje para seguirlo con la mirada. Fang se puso en posición de ataque y gruñó enseñando los dientes—. Linda mascota, por cierto —dijo y señaló al lobo—. Como te decía... —continuó él y entrelazó los dedos de sus manos—, antes de que mi padre falleciera, me dio otro objeto mágico. Uno que no pertenecía al clan y que él había robado.

El lobo contra la florDonde viven las historias. Descúbrelo ahora