Argolla

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Todos observaron sorprendidos a Eriol.

—¿Dices que el padre de Kaho asesinó a su madre? 

—Sí —contestó él a la pregunta de la de ojos amatista—. Kaho acababa de cumplir ocho años cuando eso sucedió. Shuji fue directo al concilio y pidió ayuda... pensaba que debía haber alguna manera de regresarla a la vida, pero el concilio no pudo hacer nada por él. Él tomó a la pequeña bajo su tutela, pero... la muerte de Rinie lo enloqueció. Dejó el concilio de hechiceros y, al parecer, la ayuda le llegó del lado opuesto. El clan Xi lo reclutó hablándole acerca de un objeto que podía regresar el tiempo así que se dedicó a aprender artes oscuras con el objetivo... 

—De encontrar las aguas del tiempo, activarlas y salvar a Rinie —dijo Touya con gesto perdido.
Tanto Eriol como Shaoran asintieron. 

—Lo logró, entonces —dijo Sakura.

—Sí. El problema vino luego de que las aguas del tiempo se activaron; Rinie regresó a la vida... Shuji la salvó de ser asesinada por Namura; éste escapó y Shuji fue a decírselo al concilio. La cosa era que Namura era uno de los hombres más importantes del concilio, amigo cercano de uno de los hombres que mi abuelo nunca consideró digno del puesto... éste se encargó de hacer pasar a Shuji por alguien mentalmente inestable y nadie le creyó... la única que podía dar fe de que todo era cierto, era la madre de Kaho... pero ella lo negó. 

Sakura sintió una molestia en el pecho. No entendía cómo la madre de Kaho había hecho eso. 

—El amor que le tenía a Namura, la cegó y, desde ese momento, Shuji le declaró internamente batalla a los hechiceros de magia elemental. Tenía, además, una deuda con el clan Xi, con el que se unió y se convirtió finalmente en la cabeza. Actualmente vive en China... con el hijo de su hermana que es mitad japonés y mitad inglés. Su hermana murió de una extraña e incurable enfermedad —explicó Eriol lentamente—. Y tiene bajo su poder las aguas del tiempo aún. Si logra conocer nuestros planes y se entera de todo antes de que se las robemos... será nuestro fin.

—¿Kaho sabía de todo esto? —preguntó Touya con tono inseguro.

Eriol asintió y cruzó los brazos, apoyando la espalda contra pared.

—Afortunada o desafortunadamente para ella... Shuji siguió en contacto. Kaho siempre lo vio como un padre y le estuvo agradecida por muchos años. Él le dijo todo lo que había hecho... lo de las aguas del tiempo para regresar a su madre a la vida y parece que incluso se lo demostró. Kaho se sentía en deuda con él... pero cuando se enteró de la cacería, intentó detenerlo; quería protegerme porque yo soy hechicero de magia elemental. Shuji le dijo... que si ella lograba mantenerme fuera de esto... no me harían daño. 

—Entonces... —comenzó Sakura con un gesto que revelaba que comprendía todo ahora—, solo... solo quería protegerte.

—Prácticamente; pero eso no le perdona lo que hizo. Hace un mes, Shaoran y yo la abordamos y fue que... lo aceptó todo. Se sentía tan mal de que yo hubiese descubierto su engaño, que... se hizo daño a sí misma. 

No entró en detalle y nadie preguntó. Tomoyo era la única que sabía lo que había sucedido y la verdad era que se sentía terriblemente mal por la mujer. 

—¿Cómo piensan recuperar las aguas del tiempo? —preguntó Kero después del repentino e incómodo silencio que llenó la sala.

Esta vez fue Shaoran el que habló:

—Establecimos que sería yo quien me encargaría de eso mientras Eriol lidera a los demás para atacar la sede. Es por eso que debemos hacerlo todo al mismo tiempo. Evitar el ataque a los clanes, robar las aguas del tiempo y atacar la sede... todo... el mismo día. 

El lobo contra la florDonde viven las historias. Descúbrelo ahora