Explicaciones

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N/A: Hola a todos los que siguen la historia! Espero que los capítulos anteriores les hayan gustado. 

Esta vez realizo esta nota para hacer la siguiente aclaración: ¨Los personajes que creo distan de ser perfectos, de hecho, son totalmente lo opuesto¨. Hago la aclaración porque me gusta que mis personajes se equivoquen y actúen de la manera más humana posible; así que les pido que conozcan a fondo sus razones antes de hacer un juicio. 

Gracias por todo su apoyo y sus comentarios, realmente me hacen muy feliz y me motivan a seguir mejorando. Si les gusta la historia voten y compartan. 

Un abrazo. 


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Sakura avanzó con su amiga por el pasillo hacia el comedor y la miró de reojo sin decir nada, con las mejillas coloradas.

—No es lo que piensas, solo...

Su amiga se detuvo, se puso en jarras y se giró para mirarla con rostro extrañado.

—¿Pero qué demonios hacías en su habitación? —preguntó la joven de cabellos cortos con molestia.

—Bue... bueno, es que yo... fui a pedirle un favor.

—¿Un favor? 

—Me encontré con Shaoran por la noche.

La mirada alarmada de Tomoyo se lo dijo todo. Sujetó a su prima de la mano y se introdujo con ella en una habitación vacía, que resultó ser una pequeña salita de té.

—¿Qué tan mal fue? 

—Terriblemente mal —explicó la de ojos verdes y comenzó a relatarle las cosas a detalle. Tomoyo se llevó las manos a los labios cuando Sakura le contó acerca de la intromisión de Touya.

—Por los cielos.

—Shaoran estaba tan enojado; nada salió como hubiera querido... y durmió afuera de mi habitación toda la noche. Por la mañana tuve que mentirle y no le dije nada sobre la carta. Usé el plan ¨b¨.

—¿Mei Ling? 

Sakura asintió y se llevó una mano al cabello que colgaba de la coleta para enrollarlo en su dedo. 

—Necesitaba decirle a Eriol lo que había sucedido y le pedí que no dijera nada acerca de la carta.  

—¿Y eso explica la razón por la que prácticamente estaba sobre ti? —preguntó la otra de buen humor y Sakura sonrió avergonzada.

—Dijo que él también quería pedirme un favor.

—Sí, claro —susurró la muchacha y suspiró con molestia. Sakura observó a su prima con preocupación y puso la mano sobre el dorso de la de ella.

—Tomoyo... nunca intenté saber nada de lo que había sucedido entre ustedes porque respeto tu privacidad y tampoco creo que debamos contarnos todo, pero... me preocupa que, por como reaccionaste, haya sido algo grave. ¿Eriol...? 

La de ojos amatista miró hacia otro lado y se sentó con la espalda recta contra el respaldo.

—Sakura... si no te lo dije no es porque no confíe en ti. La verdad es que no te lo dije porque me avergonzaba mucho contarlo. 

—No voy a juzgarte. 

La de ojos azules asintió y se tomó su tiempo antes de proseguir:

—Sabes que vine a acompañar a mi madre en uno de sus viajes de negocios, pero lo que nunca te dije es que ella tenía la intención de presentarme en sociedad. Tenía quince años y ella deseaba que todo mundo me conociera; tenía buenas amigas con hijos que heredarían compañías y que... bien... ya sabes... se interesaba en conseguirme un novio.

El lobo contra la florDonde viven las historias. Descúbrelo ahora