Un pacto con el lobo

328 35 31
                                    


Sakura se llevó una mano a los labios y ahogó un sollozo, cerró los ojos y las lágrimas siguieron cayendo mientras intentaba mantenerse en pie. Shaoran se pasó ambas manos por el cabello sintiendo cómo la frustración se hacía cada vez más grande.

—Necesitamos... necesitamos calmarnos —dijo él mientras caminaba por la habitación y sentía que el corazón se le salía del pecho. Lo único que se escuchaba en el vagón eran sus respiraciones agitadas y por unos segundos ese fue el único sonido.

—Queremos lo mismo y a la vez queremos cosas diferentes y no... no podemos tenerlo todo, Shaoran —susurró la joven sin mirarlo y él se detuvo para girarse y encararla.

—Eso parece.

—Bien... sin embargo, esto solo nos traerá infelicidad a ambos. Tenemos... tenemos que tomar una decisión y ceder en algo.

—¿De qué hablas?

—Hay... una manera en la que ambos podemos tener lo que queremos.

—¿Cuál?

Ella sabía que se estaba arriesgando mucho, pero aún así, asintió como para darse ánimos para continuar.

—Entrégate a mí por completo. Sé mío y de nadie más, solo por estos días y yo... borraré tus recuerdos de estos últimos días, la noche antes de que lleguemos a la sede. Quiero creer que también habías pensado en la posibilidad pero tienes miedo porque aún no puedes controlar todo tu poder como quisieras y no deseas olvidar más cosas de las que debes. Pero... si yo lo hago, será más fácil. Estaremos en igualdad de condiciones; si yo olvidaré lo nuestro... entonces acepto que tú también lo hagas.

Shaoran sintió sus manos crisparse cuando ella avanzó hacia él con actitud decidida. Ella sabía que estaba haciendo trampa, pero no le importó... porque si necesitaba hacerla para asegurarse de estar con él... lo haría sin importar nada; tal vez cuando se enterase, él se enojaría, pero... ya vería el modo de arreglarlo.

Los últimos pasos que dio hasta llegar a él, lo hizo despacio. Colocó sus manos en los hombros masculinos con la mirada intensa de él recorriendo todo su rostro.

—Lo dijiste antes... solo tenemos el presente en este momento, ¿no fue eso lo que me dijiste? —preguntó ella con expresión anhelante. 


Shaoran llevó sus manos hasta el rostro de ella para acunarlo entre sus dedos. Se acercó aún con sus ojos estudiando cada rasgo y cada parte del de la muchacha, y pegó su frente contra la de ella.

—Te deseo tanto —susurró contra sus labios.

Ella rozó con tanta delicadeza los de él, que los ojos dorados brillaron y luego se separó un poco para mirarlo fijamente.

—Demuéstrame qué tanto.

El lobo contra la florDonde viven las historias. Descúbrelo ahora