El lobo contra la flor

Rendición

N/A: Hola de nuevo. Lamento mucho haber tardado tanto en hacer la actualización. La situación familiar por la que estoy pasando no ha mejorado y eso me ha afectado mucho; espero puedan entenderlo. Gracias a todos por sus mensajes; si no contesté es porque estoy muy sensible y no sabía qué decirles, pero les agradezco a todos los que se tomaron el tiempo de hacerme saber que me apoyan. Yo también los quiero; en estos momentos difíciles, leer sus mensajes me hace sentir mejor. Gracias de corazón. 

Solo podré subir dos capítulos hoy y probablemente por la misma situación tarde un poco en actualizar, pero seguiré subiéndola aunque sea un poco más lento que de costumbre. 

Me parece que quedó por ahí una duda acerca de la razón por la que Shaoran le pide el anillo a Sakura. Solo para aclarar, él lo hace porque sabe que hay una gran posibilidad de que a él le suceda algo en la batalla final y no quiere que ella sufra, ya que los dos están conectados y si la magia de Shaoran se ve afectada de alguna manera, ella puede sentirlo también. Si tienen alguna duda pueden comentarla y con gusto la responderé. 

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Sakura rio divertida y decidió atacar primero; lo haría creer que no era tan buena y, al final, cuando estuviera cansado y confiado, lo daría todo. Suponía que iba a tardar menos de una hora en derribarlo, pero por si las dudas se había dado más tiempo. Avanzó hacia él rápidamente y atacó con una combinación de brazos y piernas que no parecían salir de lo normal y lo único que él hizo fue esquivar y proteger, pero se abstuvo de atacarla. 

Sakura intentó hacerlo caer con una patada en la tibia, pero Shaoran brincó hacia atrás y pudo evitarlo sin ninguna dificultad. Ella se incorporó y corrió de nuevo hacia él; porque mientras Shaoran mantuviera distancia, sería imposible derribarlo, tenía que estar cerca. 

—¿Por qué solo te defiendes y evades? —le preguntó ella con gesto molesto, luego de unos minutos.

—No quiero lastimarte —le dijo él con simpleza y eso la enfadó.

—No soy tan débil como crees.

—No creo que seas débil. 

—Entonces deja de huir.

Shaoran la tomó por sorpresa y cuando ella corrió hacia él, en vez de alejarse, se acercó. Fue rápido, tan rápido que ella ni siquiera notó cómo sucedió. Con movimientos diestros le aplicó una llave y, de pronto, ella estaba en el suelo con él encima. Le había protegido la parte de atrás de la cabeza al caer y sonreía divertido. 

—¿No quieres que huya porque deseas que esté cerca de ti? —preguntó con esa mirada intensa que brillaba al verla. Sakura, con la respiración entrecortada, llevó sus manos a los costados del cuello de él, lo atrajo y lo besó. 

Shaoran sonrió contra sus labios y le respondió profundamente. La respiración de ella se aceleró mucho más que con el enfrentamiento y aventuró una de sus manos por el pecho desnudo de él. Su piel era caliente, suave y dura al mismo tiempo; él la dejó explorarlo e introdujo la lengua en su boca, ella gimió contra sus labios y se arqueó contra él. Shaoran estuvo a nada de ponerle las manos encima; sin embargo, cuando iba a hacerlo, notó que ella había sujetado su antebrazo derecho con su mano derecha y supo que tenía pensado algo para tirarlo hacia un lado.

—Tramposa —susurró contra sus labios y se alejó de ella justo en el momento en el que la joven intentó derribarlo hacia el lado. 

Sakura se incorporó en sus codos y bufó molesta, él, ya de pie, se acercó y le prestó su mano para ayudarla a pararse.