Declaraciones

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—¿Celoso?, ¿tú?

—Sí.

Sakura se quedó congelada en el mismo sitio y con la misma expresión por minutos que parecieron eternos.

—¿Qué quieres... decir con eso? ¿Quieres decir que tienes sentimientos por mí?

—Sakura...

—No —susurró ella pero su expresión determinada lo hizo callar—. No te entiendo, Shaoran. Realmente no puedo entenderte. Primero me dices que fui la única de quien te enamoraste, luego, que es algo del pasado y que no estamos destinados a estar juntos; me dices que te parezco hermosa y duermes conmigo, y después me rechazas y, ¿ahora me sales con que estás celoso? ¿Qué es lo que piensas que soy? ¿Acaso crees que no tengo sentimientos?

—No, yo nunca dije eso, Sakura.

—Bien —dijo ella con un asentimiento de cabeza—, te daré una oportunidad más de que me hables con la verdad y solo será una. Sientes algo por mí, ¿sí o no?

—Sabes que sí, tú misma me lo dijiste. No es algo que pueda esconder o evitar. Me gustas mucho, quisiera poder... —y se detuvo. Se llevó una mano al cabello otra vez y lo despeinó.

—¿Qué? —preguntó ella con un hilillo de voz insegura—, ¿qué quisieras y por qué no puedes hacerlo?

—Sakura... no lo entiendes, ¿verdad?

Ella parpadeó confundida y negó con la cabeza.

—A decir verdad, no. No entiendo nada.

Shaoran se alejó para poner más espacio entre ambos y la miró fijamente.

—No sé con exactitud qué es lo que siento por ti. Son... muchas emociones mezcladas que nunca había tenido; ni siquiera cuando éramos niños... esto es diferente. Siento como si me quemara por dentro cuando estoy lejos de ti y cuando estoy cerca solo quiero estar más cerca... quiero... quiero estar contigo a cada segundo y escuchar tu voz, ser al único al que le des esa sonrisa que siempre deseé para mí. Quiero acostarme contigo en esa cama y hacerte perder el sentido; darte todo lo que quieras de mí y tomar todo de ti.

Su confesión la dejó anonadada y por unos segundos olvido todo lo que no fuera el rostro del muchacho frente a ella.

—Pero no puedo hacerlo, Sakura...

—¿Por qué no? —dijo ella en un susurro sin dejar de mirarlo con la misma intensidad con la que él la miraba.

—Porque no puedo darme el lujo de tener distracciones cuando regrese el tiempo. Si hacemos esto, si tomo lo que quiero de ti, te entregaré todo también... y me quedaré sin nada porque cuando el tiempo retroceda... yo seré el único que recuerde este momento; seré el único que sepa lo que hicimos y querré morir cada día porque no podré volver a estar de ese modo contigo ya que el volver a buscarte significaría ponerte en riesgo. Si hago esto... si tomo estos sentimientos y los convierto en acción, me volveré loco. Tengo miedo de querer olvidarme de todo solo por permanecer contigo; no necesito una razón para tirar lo que he hecho por la borda... no me des esa razón, Sakura.

Ante sus palabras ella se quedó sin aliento. Tragó con dificultad y también retrocedió hasta que su espalda chocó contra una de las paredes de cristal de la caja. Su respiración estaba agitada y por algún motivo que desconocía no podía controlarla, repentinamente los ojos se le llenaron de lágrimas y sus mejillas se humedecieron al dejarlas caer.

—Sakura... entiéndelo, por favor.

—No puedo... y tampoco quiero entenderlo. Has eliminado todas las esperanzas que tenía de vernos juntos, ahora, en el pasado y en el futuro y... eres... eres muy egoísta, Shaoran.

—¿A qué te refieres con eso?

—¿A qué me refiero? —repitió ella con gesto confundido—. Me refiero a que has decidido todo por mí. Has decidido que no me buscarás porque no quieres preocuparte por mí porque eso afectaría el que cumplas con tu objetivo, y porque tienes miedo de que me pase algo. Pero yo soy una persona que puede decidir acerca de lo que desea hacer con su vida. ¿Por qué crees que tienes el derecho a decidir por mí?

—Sakura...

—¡No! —gritó ella y negó con la cabeza—. ¡Si quiero o no arriesgar mi vida, es mi decisión!

—¡Ese es el punto! ¡Que sé que si tuvieras que hacerlo lo harías como ahora! ¡Crees que para mí es fácil aceptar que no puedo hacer nada para salvarte! ¡Que tengo que dejar que sufras de este modo! ¡Puedo aceptar perderte una vez pero definitivamente no soportaría perderte de nuevo!

El lobo contra la florDonde viven las historias. Descúbrelo ahora