Por la mañana se despertó con la respiración entrecortada y giró el rostro. Ella ya no estaba en el sillón y un sentimiento de vacío lo hizo incorporarse tan rápido que se mareó. Se dijo que había sido un estúpido por fiarse y creer que ella se quedaría, y, justo cuando estaba por levantarse, escuchó ruidos en la cocina y un suspiró de alivio salió de su pecho involuntariamente.
Se puso de pie con cuidado y se sintió más animado al notar que casi no le molestaba la herida; para ese punto ya tendría que estar casi cerrada. Con el pulso acelerado llegó hasta la cocina y se reprendió por estar tan nervioso; se recordó que ya no era un niño y que tenía que enfrentar las cosas, así que abrió la puerta y se encontró con la muchacha que, sentada en el banquito, movía la cuchara dentro de su taza de café, con la mirada perdida.
Cuando sus ojos se encontraron, ambos permanecieron en silencio como estudiándose mutuamente; ella con incomodidad y él con una extraña vergüenza que hacía mucho no sentía, pero que no dejó que ella notara.
—Miren a quién tenemos aquí —susurró la muchacha sin dejar de mirarlo fijamente—, el más grande mentiroso de todos los tiempos. Podría decirte que es un gusto verte de nuevo, Shaoran Li, pero estaría mintiendo.
El de ojos miel se pasó una mano por el cabello desarreglado, se aclaró la garganta y asintió.
—Vamos a hablar.
Sakura se incorporó lentamente y lo señaló con el dedo índice.—Ni se te ocurra volver a usar ese tonito conmigo. Ya no soy tu prisionera.
—Lo eres si es lo que yo quiero.
Sakura avanzó a él y con un movimiento rápido golpeó la mejilla del chico con la palma de su mano, con tanta fuerza, que Shaoran sintió que la piel le escocía. Sakura gimió y se apretó la mano que había usado para golpearlo. Shaoran se relamió los labios y la miró de nuevo.—Si crees que eso te sirve para sentirte mejor, hazlo las veces que quieras.
—Idiota —susurró la muchacha y se alejó de él—. Me parece que, tomando en cuenta que primero me rompería la mano antes de infligirte dolor, creo que pasaré.
—Sakura... —comenzó él y ella negó con la cabeza.
—¿Cómo pudiste hacerme esto? ¿Te divertiste a mi costa? ¿Te pareció gracioso verme la cara?
—Por supuesto que no.
La joven lo pasó de largo y regresó a la habitación, él fue tras ella, sujetó su mano y la obligó a girarse.—No me toques —le dijo ella con voz tan grave que él obedeció de inmediato—. Escúchame y escúchame muy bien, Shaoran. Pude irme de aquí, pude tomar mis cosas, salir y dejarte a tu suerte... pero no lo hice. Me quedé e incluso te ayudé y lo único que espero es que me des una explicación de todo esto, y la quiero ahora.
Shaoran la observó con mirada crítica y segundos después asintió. Le señaló la cama para que se sentara y él tomó asiento en el sillón. Cruzó los dedos de sus manos y esperó algunos minutos para poder organizar todas sus ideas mientras ella lo estudiaba con sus ojos verdes repletos de emociones mezcladas.
—Te dije que hay algo que estoy buscando, ¿cierto?
—Sí. Dijiste algo acerca de tiempo... ¿es eso a lo que te refieres?
Shaoran asintió, se mordió el labio inferior y continuó poco después.
—Hace seis años comenzó la cacería de hechiceros. Imagino que... estás enterada, ¿verdad?
Sakura se sonrojó y bajó la mirada. Shaoran sonrió burlón.
—Supongo que no.
—Me enteré solo hace unos meses —dijo ella rápidamente.
—Entiendo. Nunca tuviste contacto con ningún hechicero o mago aparte de Eriol o de mí; es lógico que no lo supieras porque no estabas en el medio y además... me parece que Eriol evitó que te enteraras.
—¿De qué hablas? No he hablado con él desde hace mucho tiempo y...
—Hay una razón —siguió él interrumpiéndola y Sakura guardó silencio—. Hace cinco años atacaron a mi familia. Mi clan fue de los primeros que fueron atacados; la organización actuó repentinamente, nadie sabía de su existencia y... todos murieron.
Sakura sintió un nudo en la garganta y tragó con dificultad en cuanto la imagen de la joven de ojos marrón rojizo llegó a su mente.
—Mei Ling...
—También murió.
Sakura viró la mirada llena de angustia y de lágrimas, y después de poco lo enfrentó para seguir escuchando.
—Tuve... heridas severas, perdí una pierna y tenía una abertura en mi cabeza de más de treinta centímetros. Creí que moriría como todos y perdí el conocimiento; sin embargo, a diferencia de lo que pensé, desperté. Estaba... como si no me hubiera sucedido nada, a excepción de algunas cicatrices.
—¿Cómo...?
—Fue Hiraguizawa —se detuvo, exhaló ruidosamente y continuó—: Me llevó con él y... me transfirió sus poderes.
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El lobo contra la flor
FanfictionCapítulos cortos. Advertencia contenido adulto. Shaoran Li (Lang) ha logrado ganar el honor de ser el transportista de una preciada carga perteneciente a la zona siete de los ¨Cazadores de hechiceros¨, y él cumplirá con su palabra y tomará el pape...