Mal humor

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- ¿Todo bien? - preguntó Nate
- Mi padre murió
- Yo... llamaré a Bitia y le diré que te tomarás el día libre.
- No, vamos. Melanie está con su esposo, estará bien.
- No lo digo por ella...
- Le afectó mucho, pero estará bien
- Diana...
- No fue el mejor de los padres, así que...
- Pero después de todo era tu padre
- Sí, como sea, andando
- Di... si quieres podemos...
- ¡Pon el auto en marcha!

Me sentí mal por gritarle, pero odio que a veces sea insistente. Además, ¿quién carajos te pregunta si está todo bien? Luego de escuchar una conversación como esa. Es todo un idiota.

En el camino inevitablemente se vienen a mi cabeza imágenes de mi padre. Su carácter entusiasta y enérgico como el de mi hermana, al menos cuando estaba sobrio. Las canciones que nos cantaba cuando aún éramos pequeñas, antes de perder a nuestra madre. Pero luego, recuerdo a ese tipo que destrozaba todo, nos abandonaba bajo el efecto del alcohol.

No sé qué fue de él, cómo murió o cómo fueron sus últimos días. Aunque tampoco siento remordimiento por eso, siento una mezcla de enojo e indiferencia, que me da una sensación de culpabilidad por sentirme de esa forma.

Al llegar al lugar, Nate estaciona el auto y baja sin decirme nada. Bajo después de él y entramos al edificio. Claudia se acerca con unos portafolios en la mano y le da un discreto beso a Nate, para luego alcanzarle unos papeles. Me saluda y me entrega otra copia de los mismos.

Por alguna razón, no puedo articular un "buenos días" como respuesta, por lo que ella me mira con el ceño fruncido, más preocupada que molesta. Nate la toma del brazo y se aleja con ella unos cuantos pasos, susurra algo en su oído, seguro le cuenta lo que pasó. Ella asiente y se aleja de nosotros.

- Ven, siéntate - Nate me agarra de los hombros y me lleva a unos sillones de cuero elegantes al lado de la recepción.

Me siento y abro el portafolio mirando los papeles, ni siquiera los leo, simplemente finjo hacerlo para no mirar a Nate.

Claudia aparece de vuelta con un vaso de agua, me lo extiende y se sienta al lado de su prometido.

- Siento mucho su pérdida - dice mirándome.

No entiendo cómo puede tratarme de usted algunas veces y otras me trata de tú. Me molesta que haga eso. Aunque todo parece molestarme hoy, más que nunca.

- Claro, gracias - asiento y tomó un poco de agua - Necesito que hagas algo por mi
- Por supuesto, estoy a sus órdenes.
- Llama a mi ex esposo y dile que pase por nuestros hijos a la escuela, indícale que los lleve directamente a la residencia de los Osterfield - ordené como una tirana
- Lo hago enseguida - se levantó y tomó su teléfono alejándose de nosotros.
- Sutil - observa Nate algo incómodo
- No porque vaya a ser tu esposa deja de ser mi asistente - respondí a la defensiva.
- ¿Quieres hablar sobre tu padre?
- Es lo último que quiero hacer por ahora, pero tendré que hacerlo con mi hermana, guardaré mi paciencia para ello.
- Fingir que no te duele la perdida de tu padre no es...
- Nate, basta. No quiero ser grosera contigo pero tú no lo entiendes, no hablemos de esto.

Nate levantó ambas manos como si probara su inocencia y fue detrás de su prometida. Podía ver que estaba actuando como una idiota pero no sabía cómo reaccionar, estaba muy incómoda.

Luego de 20 minutos ahí sentados, nos llamaron para decirnos que la junta se suspenderá hasta la próxima semana. Esa no fue una buena noticia, esperaba tardar lo más posible antes de encontrarme con mi hermana y el espectro del recuerdo de mi padre.

Nate se ofreció a llevarme hasta la casa de mi Harry y Melanie, pero lo rechacé y tomé un taxi, no quería seguir tratándolo como si tuviese la culpa de algo. Bendito sean Nate y su bendita paciencia inagotable conmigo.

Al llegar, llamé a la puerta y Harry me dejó entrar, mi hermana estaba sollozando sentada en el sofá. Cuando me senté a su lado se aferró a mi con un fuerte abrazo, hasta donde su prominente estómago le permitió.

- Tranquila, todo estará bien - susurré.
- ¿Cómo un ser humano puede morir de forma tan miserable? - dijo entre lágrimas.

En un profundo suspiro llené de aire mis pulmones para prepararme. Harry nos miraba en silencio desde el sofá del frente.

- ¿Cómo pasó?
- Lo encontraron inconsciente en la puerta de un bar de mala muerte Diana, tirado entre orines y basura - sollozo más fuerte aún.

Siempre pensé que no había otra forma en que acabará mi padre, pero aún así no esperaba que fuera de esa forma como falleciera, es una verdadera lástima. Mi hermana se separó de mi y fijó su mirada al frente.

- Somos unas terribles hijas - dijo finalmente

"Unas terribles hijas para un terrible padre", pensé. Pero no podía salir de mi boca si no quería pelearme con mi hermana.

- Sus decisiones lo llevaron ahí, Mel. No puedes culparte por algo así.
- Eres una insensible de mierda - se levantó - ¡Apuesto a que te alegra que esté muerto!
- Melanie... - dijo Harry levantándose y acercándose a su esposa.

Aquí vamos...

Suspiré y me levanté, no estaba dispuesta a pelear con mi hormonal hermana embarazada y tampoco a soportar su ataque de nervios.

- ¿No es así? Te alegra mucho que esté muerto
- No sabes lo que dices, es mejor que cierres la boca.

Cuando estaba a punto de decir algo más, el timbre de la casa sonó. Harry fue a abrir mientras mi hermana me miraba con los brazos cruzados y una expresión molesta.

- ¿Tan siquiera lo querías?
- Sabes mi respuesta
- No lo hacías - negó con la cabeza.
- No me era posible hacerlo Mel...
- ¿Lo perdonaste?

Bien, me quedé sin palabras.

- Diana - la voz de Tom sonó a un lado del salón - Vine a ver cómo estaban...
- ¿Sabías que estaba aquí?
- No, sólo lo asumí - se encogió de hombros - Melanie - dirigió su mirada a esta - Lamento tu pérdida, igualmente la tuya - volvió a mirarme.

- No fue una perdida para ella - dijo mi hermana y caminó hacia las escaleras con su esposo por detrás siguiéndola.

Suspiré profundo y froté mi frente con la mano, estaba a poco de tener una migraña.

- Se nota que es un momento difícil para ella - comentó Tom.
- Lo es, iré a ver cómo sacarlo de la morgue del hospital y hacer los papeleos.
- Sí quieres te acompaño, luego iré por James y David a la escuela.
- Bien, sí, gracias Tom.

Infiel    TOM HOLLAND ©   T1 Y T2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora