Sospechas

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Desde que Nate y Bitia se fueron juntos aquel día, muchas cosas han cambiado, estos sucesos levantaron mis sospechas de que algo está sucediendo entre ellos, no quiero pensar mal, tampoco puedo evitarlo, pero creo que podrían estar juntos en una relación más allá de únicamente lo laboral.

Es curioso que después de eso Nate y yo nos volvimos más cercanos, lo siento igual que a mi hermana en versión masculina y eso me agrada, especialmente ahora que mi hermana anda irritable y detestable.

Otro cambio importante es el de Tom, ahora es más atento con los niños, los recoge de la escuela, los lleva de paseo, siento que ahora ha mejorado un montón como padre y eso me alegra, desde aquella incómoda reunión en la escuela de los niños creo que ambos recapacitamos acerca del daño que nuestras estupideces provocaban en nuestros hijos. Nos llevamos bien y estoy orgullosa de poner un alto a cualquier cosa que él quisiera intentar conmigo, él lo entendió (muy bien de hecho), me da mi espacio y se comporta respetuoso, eso me gusta, nos llevamos mejor y los cambios se notan tanto que ya no tengo susceptibilidad de verlo o sentirlo al lado mío.

En cuanto a mí, me siento feliz de ver a mis hijos felices, de tener a Nate cerca, de poder contar con Bitia siempre, del futuro de mi hermana, mi aún no nacida sobrina,  de saber que todo está tranquilo con Tom, ahora más que nunca entiendo el significado de esa frase que dice que después de la tormenta sólo queda esperar el arcoíris. Creo que finalmente ha llegado mi arcoíris, mi paz, mi premio por sacrificarme y esperar pacientemente, sólo me pregunto cuánto durará.

Hoy tengo que quedarme en la casa de Bitia, mejor dicho esta noche, por suerte ahora ya puedo contar con Tom para que cuide a los niños, tenemos que poner los viejos documentos de Bitia en orden, hay unos formularios que necesitamos con urgencia y están perdidos. No entiendo porqué esta mujer es tan desordenada con las cosas importantes y peor aún no entiendo porqué debo ser yo quien la ayude a buscar todo esto.

Básicamente son años de papeleos que debemos leer y seleccionar, no dormiremos ni un poco, de eso estoy segura.

Bitia me recibe sonriente y con una copa de vino en la mano, subimos a la habitación, su habitación es hermosa, toda en color guindo, con una cama con dosel que parece de la mismísima Reina de Inglaterra, sus joyas en vitrinas de cristal cerca de su peinador, es una habitación de ensueño, en el techo tiene dibujos estilo gótico, hechos por ella misma, su piso está alfombrado con gamuza morada que genera un contraste hermoso con la pared y todo huele a rosas.

Esta experiencia en su habitación sería mejor si los papeles no estuvieran esparcidos por toda la cama, el suelo y sobre algunos muebles.

- Creo que también necesitaré una copa de vino - le digo a Bitia.
- Necesitarás café, cielo. ¡Matheo! - grita desde la puerta de la lujosa habitación.
- Dios, ¿está aquí?. No lo saludé.
- Deja de ser con descendiente, no te queda.
- ¡Matheo, podrías decirle a Nigel que traiga café y muffins!¡Gracias!.
- Sonó como una orden - digo sentándome en un espacio que encuentro en la cama.
- Eso es, cuando está aquí sólo come, duerme y me molesta mientras lo hace, se ha vuelto insoportable, creo que lo echaré de aquí a la campiña de Bradbury, dice que quiere vacaciones, que vaya a vacacionar cazando y sembrando y deje de molestarme - dice en tono autoritario y me limito a negar - Estuve marcando con resaltadores las fechas, ¿puedes ir leyendo que dicen mientras voy traer el café?¿Puedes creer que tengo que hacerlo todo yo? - protesta.
- Claro, ¿los separo por fechas?
- Lo que sirve, ponlo en una de esas cajas - señala - El resto en estas bolsas - extiende un par de bolsas plomas.
- Bien, eso haré.
- Viejo verde, no sirve para nada - protesta y sale de la habitación.

Aunque llevan varios años casados, pelean igual que Tom y yo en nuestro primer año de pareja, aún así, Matheo y Bitia, se demuestran cariño con besos tiernos, miradas dulces, regalos hermosos, bailes en su hermoso salón y bromas personales, espero que mis sospechas no sean ciertas, no podría soportar en mi corazón ver a Nate romper un matrimonio como el de estos dos, sería una tragedia, ojalá este equivocada y sólo malinterprete las cosas que sucedieron. Ojalá.

Algunos papeles están arrugados y poco legibles, entre ellos hay recortes de periódico, fotos de ella y entrevistas; entre las fotos veo una de Tom, Matheo y Bitia, mi mente viaja a ese momento, aquel terrible año, aunque para mí también significó un triunfo personal, vendí algunas obras y finalmente cumplí mis sueños de ser artista.

Encuentro unas cuantas facturas, de mis pinturas, al ver la foto del registro puedo identificar que son las primeras que Bitia vendió por mí en su galería, esas me hicieron darme cuenta de que tenía talento y de que podría salir adelante sin necesidad de esperar a Tom, gracias al apoyo de Bitia y mis pinturas es que puedo disfrutar de quién soy ahora y en quién me voy convirtiendo.

La curiosidad de saber quién compró las obras que me dieron esta vida es inmensa y me consume, me gustaría poder llamarle y agradecerle por comprar mis cuadros. Me pone sentimental un recuerdo como este, creo que jamás tuve la oportunidad de agradecer a nadie personalmente por adquirir alguna de mis obras, pues es Bitia quién siempre se encarga de eso, pero quizás ya sea el momento de permitirme tal lujo, aunque sea por única vez y qué mejor forma de empezar que agradeciendo a mi primer comprador.

Con los ojos algo llorosos y una sonrisa en mi rostro, leo el contenido de la hoja que tengo en frente.

Vuelvo a leer la hoja detenidamente y veo el nombre del comprador varias veces sin poder creer lo que mis ojos ven

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Vuelvo a leer la hoja detenidamente y veo el nombre del comprador varias veces sin poder creer lo que mis ojos ven.

Mi tormenta reinicia hoy, aquí y ahora. Duró menos de lo que esperaba.

Infiel    TOM HOLLAND ©   T1 Y T2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora