Petición De Divorcio

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Ya lo he decidido...

Tom vuelve hoy de su viaje y he decidido presentarle los papeles de solicitud de divorcio nuevamente, no sé qué hizo con los anteriores papeles pero esta vez es definitivo y espero que se lo tome más en serio.

En la mañana aliste a mis hijos los subí a uno de los autos que tenemos y los llevé conmigo a una oficina de registro civil.

La abogada que regentaba el lugar fue muy atenta y comprensiva. Me ofreció una tarjeta con un nombre, según ella es la mejor recomendación de un abogado que me podía proporcionar.

Se trataba del Dr. Christopher Green, la tarjeta tenía un membrete serio y elegante de color gris y blanco que indicaba solo su apellido, y estaba acompañado de la palabra asociados, para mi se veía muy profesional y parecía de fiar.

Me dio los papeles y copias de la petición de divorcio y me explicó que en cuanto se las presentará a mi marido, me comunicará con él si no bien antes, para que él pudiera hablar con sus amigos del juzgado y programar una cita inmediata para que asistamos a la sesión obligatoria de conciliación familiar.

El resto de la mañana lleve a mis hijos por helado, y les explique la decisión que había tomado, use palabras simples pero claras para que ellos pudieran entender lo que pasaba.

Los ojitos de mis hijos se llenaron de lágrimas, se me rompió el corazón al ver como el menor de ellos lloraba desconsoladamente, sabía que ellos amaban con el alma a su padre y su padre también a ellos, Tom en realidad lo hacía los amaba mucho.

Les explique que nada de lo que ocurría entre su padre y yo era culpa suya, pero que era algo bueno para todos y que jamás dejarían de ver a su padre, que estarían siempre con él.

Mi hijo mayor reaccionó mal, hizo un gran berrinche, jamás había hecho uno en su vida, más hoy golpeó y lanzó todo a su alcance y repitió mil veces que me odiaba por ello y que prefería quedarse con su padre. Todos en el restaurante miraban el tremendo berrinche que este armo.

Sin saber cómo controlar la situación, los agarré a ambos de la mano y los metí al auto, fuimos a casa, ambos se durmieron en el trayecto.

Llegamos bastante tarde a casa, había mucho tráfico, estacione el auto y tuve el presentimiento de que Tom ya había llegado, no era en sí un presentimiento sino que vi su auto estacionado afuera.

Y era así, él estaba sentado en el sofá, le pedí que me ayudar a cargar a los niños hasta sus habitaciones.

Mientras lo hacia yo me armaba de valor para decirle que había decidido.

Agarré la solicitud y la acomode en la mesa de su escritorio, junto a un vaso de agua y esperé sentada en los costosos y elegantes sillas que había comprado, La compre y elegí yo, se las regalé en su cumpleaños.

Mi manos sudaban mucho y yo movía mi pie desesperadamente, en un cierto punto quería levantar los papeles y volver a la rutina de siempre, de mirarlo feo y luego pelear de algo tonto y sin importancia, pero no.

Él entró a la oficina y se sentó frente mío, en su mirada noté que no entendía nada de lo que ocurría y supongo que tampoco predecía lo que le iba a decir.

- Ya no podemos seguir así, ya no puedo, estoy haciéndole daño a nuestra familia y todo a causa tuya y... - empecé a sollozar y olvidé lo que debía de decir, mejor dicho lo que había practicado la noche anterior frente al espejo, cuando tomé mi decisión.
- No entiendo qué quieres decir... Mira aún podemos arreglar esto, solo hay que poner de nuestra parte... - se levantó dirigiéndose delante del escritorio y se apoyó en el borde, mirándome.
- ¡No, no podemos! ¡Ya no puedo!
- Cálmate, no debes de tomar decisiones apresuradas sin gastar primero todas las opciones y alternativas, hasta las más improbables.. Y quizás tomándolo con calma podremos cambiar y volver a como era an..
- Quiero el divorcio y esta vez en serio - lo mire fijamente a los ojos, él tenía una expresión de sorpresa.

No dijo nada solo se limitó a hacer un ruido que parecía más una especie de gruñido, miro su escritorio, agarro el papel y se fue de la oficina, dando un fuerte portazo.

En la oficina reinó el silencio, hasta pude oír cómo subió las escaleras enfurecido y cerró la puerta, note que trato de no hacerla sonar a pesar de su enojo, pues mis hijos aún dormían.

Me impresionó que haya tenido el coraje suficiente como para parar de llorar y sollozar como una niña chiquita, para poder decirle aquello a Tom, finalmente poder decírselo ...

Pues ya era hora de acabar con lo nuestro, lo que sea que fuera lo nuestro a estas alturas, porque ya no sé qué es y tampoco veo que se pueda convertir en algo más o en algo mejor. Ya es tiempo...

Supongo que es lo correcto y espero que en serio lo sea.

Infiel    TOM HOLLAND ©   T1 Y T2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora