Infiel TOM HOLLAND © T1 Y T2

Me Voy

Sabía que Tom debía quedarse en la fiesta, eso aproveche para poder huir del lugar, al salir de aquel salón tomé un taxi que me llevó hasta mi casa.

Cuando llegué subí rápidamente a mi santuario, el baño, me mire al espejo, tenía el maquillaje corrido, mi cabello estaba completamente deshecho,me veía horrible y me sentía así.

Finalmente Tom y yo hablamos con honestidad, no me gustó oírlo, pero lo hicimos.

En mi cabeza pasaba una y otra vez lo que me dijo sobre Miranda, la razón por la que me fue infiel con ella.

Estaba llorando cuando tocan la puerta, era Melanie, preocupada me pedía que abra la puerta y me preguntaba qué había pasado.

- Hola - abrí la puerta.
- ¿Qué pasó? ¿Te encuentras bien?
- Peleamos
- ¿Qué te dijo?
- Ya no importa, sólo dijimos la verdad.
- ¿Ella estaba ahí? - asentí - ¿Le dijiste algo, verdad? - volví a asentir - ¿Y él la defendió? - asentí una vez más.
- Eso no fue lo que más me disgusto.
- ¿Entonces?
- Me he dado cuenta de lo patética que he sido, todos sus colegas y socios no estaban ni enterados de la existencia de nuestros hijos y peor de la mía.
- ¿Qué quieres decir?
- Quiero decir que él tuvo que presentarme a sus socios como su esposa y eso los sorprendió mucho, sólo Harry sabía sobre mi, pero sin embargo todos los presentes o al menos una mitad como él me dijo, veían a Miranda como su típica acompañante. No te imaginas la vergüenza que pase cuando uno de ellos me dijo que creía que no tenía esposa, porque siempre lo veía asistir con aquella abogada que trabajaba con él.
- Cariño... Lo siento mucho.
- No me compadezcas
- No intento hacerlo
- Ya no quiero recibir más lástima de nadie esta noche.
- ¿Y ahora qué vas a hacer?
- Nos vamos - dije firme - Ayúdame a alistar las cosas de los niños, tú debes conocer a alguien que nos pueda acoger.
- Sí, pero no sé si es seguro ir, es casi media noche.
- Mel ya no sé que puedo hacer, no quiero verlo llegar hoy, no quiero verlo caminar por aquí en la mañana, no quiero que intente hablar conmigo, no quiero recordar las cosas que hicimos aquí.
- Diana... - dijo con lágrimas en los ojos - Hermana tu no te mereces esto.
- Ya no sé ni que merezco.
- Te mereces lo mejor...
- Solo ayúdame a huir, por favor - dije interrumpiendo.
- ¿Dónde iremos?
- No lo sé, no me diste opciones.
- Tengo una idea que quizás sea de ayuda.
- ¿Quién?
- Harry...
- Él se lo dirá a Tom.
- Te aseguro que no lo hará.
- ¿Cómo puedes hacerlo?
- Porque el 4 Julio, él y yo vimos a Tom con esa mujer, Harry se molestó con él, no le parece correcto lo que está haciendo y no lo apoya, al contrario se alejo de él. Diana, Tom está lidiando con esto solo, nadie lo apoya - yo pensaba que Harry siempre se pondría del lado de su amigo, pero esto cambia las cosas.
- Pero él está en la fiesta, ninguno de los dos puede irse antes de tiempo.
- Déjame ver que hago, solo lo llamaré y veré que me dice, ¿bien?
- Bien - suspiré - Traeré las maletas.

En el sótano de la casa, guardaba las maletas de los niños y las mías, hacía un tiempo que no viajabamos.

Las maletas las compramos para ir de viaje a Madrid, cuando James tenía 3 años y David apenas tenía 1 añito. Fue nuestro primer y último viaje familiar, desde aquella vez solo Tom viajaba, nosotros no volvimos a pisar un aeropuerto más que sólo para despedirlo.

En dos maletas puse las cosas de los niños, su ropa y algunos juguetes; en la mía puse algunas camisetas y pantalones, ropa interior como para una semana y todo el dinero que tenía guardado en mi armario.

Tom mensualmente me daba una cierta cantidad de dinero para que pueda comprar las cosas que hacían falta para alimentar a los niños, no siempre gastaba todo, entonces guardaba lo que sobrara en una cajita en mi armario, por si alguna vez necesitaba algo de dinero extra.

En un bolso de mano, puse galletas y jugo, además de algunos medicamentos, como aspirinas y paracetamol.

- Diana - bajo Melanie.
- ¿Si?
- Aceptó, debemos ir hasta ahí, la señora que limpia la casa nos recibirá.
- Ya tengo las cosas de los niños listas.
- Mi maleta también lo está - dijo nerviosa - ¿Estás segura que quieres hacerlo?
- Sí
- Despierta a los niños, yo llevaré las cosas al auto - dijo Melanie saliendo con paso apresurado y llevado una de las maletas.

Subí hasta el segundo piso e hice que los niños se levantarán con mucho cuidado.

- Niños, iremos de paseo, ¿bien?
- ¿A dónde? - dijo David frotándose los ojitos.
- Es una sorpresa
- ¿Y papá? - dijo James.
- Él no vendrá, porque tiene que trabajar. Pueden seguir durmiendo en el auto, vamos - dije tomando la mano de ambos.
- Mami espera, me olvido de Bolt - dijo David corriendo de vuelta a la habitación - Siempre lo llevo conmigo porque me recuerda a papá.

Tom le compró Bolt a David, hace unos 2 años cuando esté se enfermó y tuvimos que llevarlo al hospital, le dijo que sí tenía al peluche este siempre lo cuidaría, como él lo hace estando a su lado.

- Vamos cariño - dije soltando algunas lágrimas al oírlo.

Acomodamos a mis hijos en el asiento trasero de auto y arranqué el auto con rumbo a la casa de Harry, al llegar tocamos el timbre y una señora mayor nos abrió la puerta muy atenta.

Cuando entramos, nos guió hasta dos habitaciones en el piso superior de la casa. Imagino que como Harry vive solo, usa las habitaciones sobrantes por si recibe invitados.

En una acomodamos a los niños quienes aún tenían sueño, la señora había dejado en una mesita, chocolate caliente acompañado de sandwiches de jamón.

En la otra habitación había lo mismo, mi hermana y yo nos sentamos en la cama y suspiramos profundo.

- Espera - dijo luego de un largo silencio.
- ¿Qué?
- Tom se dará cuenta que el auto no está en la casa y si viene por aquí, verá que está estacionado afuera.
- Maldita sea, ¿debería llevarlo de vuelta?
- Supongo eso, lo llevaré yo y vendré de allá en taxi, ¿vale?
- Bueno - le alcance las llaves del auto - Ten cuidado.
- Lo tendré, no estoy llevando mi teléfono.

Mire por la ventana como mi hermana subía al auto y este desaparecía dando la vuelta a la esquina.