Infiel TOM HOLLAND © T1 Y T2

Malas Noticias

Desperté...

Me costaba abrir pode abrir los ojos, sentí que tenía una máscara de oxígeno en el rostro, un suero en el brazo izquierdo, un monitor que marcaba mis pulsaciones a mi derecha, esto a medida que iba recuperando la conciencia.

Sentí que tenía una venda en la cabeza, mi pierna estaba enyesada, mi brazo igual, me moví ligeramente y sentí un dolor terrible en mi costado derecho, asumí que tenía una costilla fracturada.

- ¡Doctor! - escuche a lo lejos la voz de Tom
- Yo lo llamaré - pude distinguir otra voz en la sala, era de Nicky
- Cariño, ¿estás bien?  - dijo mi marido acercándose a mi
- Tom... - mi voz era débil - ¿y el bebé? ¿Está bien? - en aquellos momentos fue lo primero que vino a mi mente y era mi mayor preocupación saber sobre el estado de la indefensa criatura que llevaba en el vientre - ¿lo perdí? - él se quedó callado - Tom...¿Lo perdí?
- El doctor ya viene, necesitas descansar un poco.
- Solo dime si lo perdí - mis ojos se llenaron de lágrimas - Por favor te lo ruego, por favor.
- Sí... - dijo con su voz quebrándose, sé que a él también le dolía la pérdida de nuestro pequeño.

El dolor que tenía en todo mi cuerpo, no se comparaba en nada con el que sentía al oír aquella noticias, perdí a mi bebé, a mi criaturita indefensa que ni siquiera pude conocer y al cual se le arrebató repentinamente la vida, una que aún no había empezado y todo a causa de Tamara.

Rompí en llanto, el llanto más amargo que jamás había llorado, el dolor viajaba por todo mi cuerpo, me dolía llorar. Tom no sabía qué hacer, no sabía cómo consolarme, pero digan lo digan y quien sea que lo diga, no hay nada que pueda consolarme en estos momentos.

El doctor entró a la sala y ordenó que me pusieran un tranquilizante, porque aún no había forma de que alguien hablará conmigo, estaba muy alterada.

- No - dije casi gritando a la enfermera que me miraba con lastima.
- Es por su bien señora Holland
- Quiero oír qué pasó. Quiero saber qué le pasó a mi bebé  - dije secando mis lágrimas con la mano que no estaba enyesada, el doctor dirigió su mirada hacia Tom buscando aprobación para compartir aquellos datos conmigo y mi marido asintió.
- Tuviste un accidente de auto, te atropellaron, tienes una fractura en el radio de tu brazo izquierdo y en la pierna derecha es del fémur, también dos costillas del lado derecho, tienes un fuerte golpe en la cabeza, más no se formó ningún coágulo, eso es bueno nos alegro mucho que no tuvieras ningún traumatismo grave en la cavidad craneal, luego cuentas con múltiples hematomas en el cuerpo, lo que es de suponerse al tomar en cuenta un accidente de esta magnitud, hematomas ubicados especialmente en tu rostro y torso, y tuviste un aborto espontáneo producido por el accidente. Lo lamento mucho.

No dije nada luego de que el doctor se callará, no sabía qué decir, me limite a fijar mi mirada en un cuadro que había al frente mío, era de un paisaje hermoso y se notaba que este era tranquilo.

- Estuvo dormida por 3 días, más quizás aún quiera descansar, le aconsejaría que se recueste e intente dormir un poco.
- Solo póngame esa droga ahora - dije como un balbuceo. 
- ¿Disculpe?
- El tranquilizante o cianuro o lo que esa cosa sea, póngalo a mi suero ahora.
- ¿Está usted segura?
- Por favor... - dije suplicando y con lágrimas en los ojos - Quiero poder evitar pensar en todo esto. Quería dármela hace rato, demela ahora, por favor.

Todos salieron de la sala, todos menos Tom, unos dos minutos más tarde la enfermera trajo un líquido distinto en una jeringa y lo inyectó en el suero que tenía al lado, su mirada mientras lo hacía era de compasión y tristeza.

Yo solo me concentraba en mirar aquel cuadro que tenía adelante y pensaba ¿quién lo habrá pintado? , ¿cómo lo habrá hecho? , ¿cuánto habrá costado? , ¿qué estaba pensando cuando lo hacía? , ¿lo habrá hecho para alguien?.