Recuerdos

5.3K 271 20
                                    

Hay situaciones en la vida que parecen forjar el rumbo que debemos seguir, no será necesariamente fácil, eso está dicho, pero un buen capitán no se hace experto en aguas tranquilas, siempre necesita un poco de tempestad para perfeccionar la técnica.

Solía creer que mi vida estaba en el camino correcto, que todo era perfecto, de hecho se puede decir que yo me hice la idea de que lo era, todo aquello que creía tener y por lo que luchaba, era solo una ilusión.

Una ilusión que por varios años ayude a crecer, una que cuando se desvaneció y dejó relucir la verdad, destrozó mi corazón en mil pedazos.

Él era mi ilusión, un tiempo atrás creía que sin él, mi vida se terminaría que después de él ya no había nada, es curioso pensar que sin él pude alcanzar finalmente a cumplir todos mis sueños. Es preciso decir que las ilusiones, nos opacan de la realidad y por tanto de nuestras metas, al menos así me paso a mi.

Aún recuerdo la última vez que sentí mi corazón palpitar con tal fuerza que parecía que se saldría de mi pecho, que sentí que flotaba en un espacio infinito con solo mirarlo, ese par de segundos en donde me olvide hasta de mi nombre.

No pienso en aquello muy a menudo, además me cuesta aceptar que aquel día yo esperaba que él dejará todo y olvidara las formalidades de la boda, que le quite el protagonismo a esos dos jóvenes enamorados y que corriera hasta mi, abrazandome y levantándome por los aires, diciéndome lo mucho que me amaba y que me extrañaba.

Pero aún no me explico si fue su orgullo o su cobardía, lo que no le permitió hacerlo.

Luego de aquel fugaz momento de felicidad, todo se torno tan aburrido que me lamente por estar ahí. Así es, me lamenté de estar presente en la boda de mi hermana.

No porque en realidad estuviera aburrida, ese no era el caso, estaba bastante entretenida, especialmente al momento del primer baile de la pareja, cuando Harrison se puso tan nervioso que pisó varias veces a mi hermana y a su vestido, el largo del vestido no fue un factor conveniente, pues terminó completamente sucio al final de la noche, parecía un trapo para limpiar pisos, ni siquiera en la tintorería pudieron quitar tales manchas, además que parte de la cola se rompió y tenía huecos por todas partes.

Otro momento gracioso fue cuando partieron el pastel y Melanie embarró la cara de Harrison en crema, mas cuando él quiso hacer lo mismo, ella empezó a gritar que no se atreviera, hasta que metió todo su codo en un lado del pastel y luego dando un tremendo grito. Fue una situación muy incómoda, parecía una niña chiquita haciendo berrinche.

No pude parar de reír mientras la ayudaba a limpiarse en el baño, pues ni bien entramos David lamió los restos de crema de su codo, haciendo que esta se ponga más nerviosa.

Volviendo a lo anterior, antes de que nos divorciaremos, Tom, me dijo cosas que jamás había dicho antes, sentí que le salían del corazón, pero lastimosamente él no tuvo el coraje para llevarlas a cabo, a pesar de tener la oportunidad y no una, sino varias.

Recuerdo que años atrás, más o menos cuando tenía como 15 o 16 años, un activista dijo por la televisión: "El ser humano busca la forma de autodestruirse, pues se acostumbró a decir cosas para salvar su situación, pero jamás las acata, por tanto, la palabra ya no tiene importancia".

El contexto en que esa frase fue dicha, no tiene relación alguna con mi situación, pues estaba dirigida a un público que buscaba defender su posición acerca de un problema político, pero yo le hallé sentido, nosotros decimos que haremos esto y aquello, pero llegado el momento, no lo hacemos, preferimos perder la oportunidad por pura cobardía.

Han pasado ya dos años desde la última vez que tuve esa conexión con Tom.

Y son exactamente dos años, pues hoy se recuerda el aniversario de Melanie y Harrison, están organizando una pequeña reunión en la tarde a donde asistirán todos sus amigos, menos uno, Tom. Se supone que está en un viaje de negocios en Argentina, para concretar la firma de un convenio que favorecerá a su empresa.

Durante los primeros seis meses luego de la boda, Melanie intentó que volviera con Tom, impulsada por lo que le conté, pero yo jamás puse de mi parte y no logró obtener nada. Además sus esperanzas murieron cuando pudo evidenciar que él logró superarme más rápido de lo que cualquiera pudiera pensar (aunque yo si me lo veía venir), pues los medios de comunicación hicieron públicas varias fotos de él, con una chica distinta cada noche. Haciéndole fama de ser el nuevo soltero más codiciado y actualmente sigue manteniendo esa reputación, algo que según imagino debe ser para él, un gran placer.

Pero digamos que aún no lo supero por completo, cuando viene a recoger a los niños (ahora lo hace él mismo), me gusta verlo desde la ventana mientras les sonríe y los abraza, aún me vuelve loca esa sonrisa que tiene, esa maldita sonrisa que hace que cualquiera se derrita, aún me pone nerviosa su presencia, es por eso que no salgo a despedirlos y evito todo contacto posible. Me siento una acosadora cuando hago eso.

En cuanto a las relaciones, yo no suelo salir mucho, estoy concentrada en mi trabajo, pero si hay alguien que me llama la atención.

Es un inversionista de mi galería, desde hace unos cuatro meses y medio, es un gran partido, como lo llama mi hermana, tiene bastante dinero, le gusta el arte, es muy bien parecido y todo un caballero. Cuando salí con él pude ver que nos entendíamos perfectamente y somos muy parecidos, solo que yo no planeo llegar más lejos, ya experimente lo que era estar en una relación y no terminó bien, sé que eso no quiere decir que las demás también vayan a salir mal, pero no tengo la estabilidad mental, ni las ganas para arriesgarme.

Infiel    TOM HOLLAND ©   T1 Y T2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora