Él

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Era su gran entrada, su momento, camine detrás de mi hermana, con un pequeño ramillete de flores similares a las suyas y de los mismos colores en la mano, estaba algo nerviosa, tenía miedo de tropezar, caer y empujar a mi hermana, arruinando su momento lo que me resultaba una idea muy graciosa, pero que no debía pasar.

Desde la distancia en la que nos encontramos y por el fuerte sol que nos da directamente en el rostro no se puede ver bien al frente, yo solo alcanzo a ver unas manchas de color negro, con cabezas, paradas en la glorieta, imagino son Harry y Tom, ninguna de estas sombras voltearon a mirarnos.

La madre del novio es muy creyente de ciertas supersticiones sobre el matrimonio, como que no deben verse desde noche antes de la boda, porque les traería mala suerte, que él esté de espaldas a ella cuando haga su entrada, porque la imagen que reciba de ella cuando esté a su lado, será la que siempre tendrá en mente, que noche antes debemos bañarla en perfume de coco para que tenga un matrimonio dulce como lo es el coco, que debemos echarles arroz y azúcar cuando salgan, porque eso representa abundancia y fertilidad, que la novia no llevar perlas durante la boda, porque significaría que la misma llorará durante todo el matrimonio al ser las perlas una representación de las lágrimas, según los romanos creo, que la cola del vestido de la novia dirá el tiempo que el matrimonio durará (la de Melanie es una bastante larga, por petición de su suegra, la mía no lo fue, que deprimente con razón ni matrimonio terminó así ) que no se casen en martes y que este sea en fecha 13 y muchas cosas más, que a la mayoría hicimos caso, por si las moscas y porque nos obligó a hacerlo.

El camino al altar se hacía cada vez más largo, a medida que avanzabamos mi hermana reducía aún más su velocidad.

Cuándo ya estábamos a tan solo unos 5 metros de ellos y la gente estaba parada aplaudiendo, mirándonos, el paso de mi hermana empezó a ser cada vez un poco más vacilante.

- Continúa - susurre.

Se puso tensa y pude notar que todo esto la estaba abrumado, el no saber que hacer, de hecho la vi derramar unas cuantas lágrimas por debajo del velo blanco con bordados dorados, ya entiendo que es.

Le hace falta él...

Mi padre, él le hace falta, aunque no estuvo muy presente en su vida como se suponía que debía hacerlo, ella lo quiere mucho por el simple hecho de haberla traído a este mundo, incluso le perdonó todo lo malo que nos hizo, cosa que yo no pude hacer por completo, pero ella tiene un gran corazón comparado al mío, es una chica sensible aunque no lo parezca.

Sé que su sueño era que él pudiera asistir y llevarla del brazo, como todos los padres suelen hacer, pero por más que lo intenté, no pude localizarlo por ningún lado, recurrí a buscar en mis contactos a viejos amigos y familiares, pero ninguno conocía su actual paradero, cuando se lo conté a mi hermana, eso la desilusionó por completo.

Ella dio unos cuantos pasos más hacia el frente y luego se detuvo.

- Ven acá - dijo mirándome.
- ¿Qué sucede? - me acerqué a ella preocupada.

Me tomó del brazo, presionando con fuerza y sonriendo.

- Quiero que me lleves al altar, de no ser por ti jamás sería quien soy ahora, no lo necesito a él, solo a ti, por fin lo pude entender - dijo entre lágrimas.

Asentí sin decir nada, porque si lo hacía rompería en llanto ahí mismo, tomé su brazo y seguí caminando a su paso (tan lento que desesperaba).

La noche anterior, en la entrada de la glorieta, acomode una alfombra aterciopelada de color rojo, misma en la cual Harry me hizo esparcir pétalos de rosas, un detalle muy lindo a mi parecer, mis hijos fueron los encargados de hacerlo, estuvieron casi toda la noche poniendo pétalos en el suelo, de uno en uno, les dije que lo hicieran así para que dejaran de molestar por un buen rato y yo pudiera hacer lo demás, verlos tan concentrados en eso me mató de risa.

Cuando dimos unos pasos más desde nuestra posición anterior, pudimos pisar aquella cama de pétalos aterciopelados, en donde mi tacón se hundió haciendo que tambaleara hasta equilibrarme de nuevo.

Pude escuchar los "oh" de sorpresa y miedo de los invitados cuando esto pasó, además que algunos se acercaron a mí disimuladamente por si caía, me sonroje por la vergüenza que eso provocó en mí y sin dejar de caminar levanté la vista, me encontré con él.

Con él...
En sí con su mirada...

Él volteó a mirar, nuestras miradas se cruzaron por ese pequeño intervalo de tiempo, hasta que mire a otro lado, cortando esa conexión que nació de inmediato entre nosotros.

Quiero decir, en cuanto su mirada se topó con la mía, fue como si todo desapareciera, absolutamente todo, solo estábamos él y yo, dentro de un espacio infinito.

De nuevo éramos nosotros dos...
Los de antes, los que se amaban incondicionalmente...

Por alguna razón mi memoria me llevó a recordar mi boda, cuando yo entraba por ese estrecho pasillo, con mi hermoso vestido de novia y mi mirada se cruzó con la de mi futuro esposo mientras que en la espalda cargaba todos mis sueños, que pensé que mi esposo haría realidad.

Aún lo amo, estoy consciente de ello, pero estoy enojada con él porque no peleó por estar conmigo, es decir, fue algo decepcionante cuando él aceptó el divorcio sin mucha batalla, dentro de mí algo no estaba en paz, no lo dije, pero quería que él luchará por mí, que no me perdiera tan fácil.

Siempre he querido eso de él, quería que luche con dragones y bestias para rescatarme, que se enfrente a las peores plagas por protegerme, que se sacrifique por salvarme, eso en un sentido figurativo, pero quería algo así, necesitaba algo así y aún lo hago, necesito un héroe, necesito que sea mi Spider-Man y me defienda ante cualquier mal, lo necesito a él, como necesito el aire para respirar.

No necesitaba una mansión, ni un auto último modelo, ni mucho dinero para tener felicidad, la felicidad la encontraba en tenerlo a él como compañero, como mi compañero, para siempre hasta que la muerte nos separe, tal y como nos juramos aquel día en el altar.

En mi corazón aún hay algo que me impulsa a ir con él, y me dice que estoy lista para olvidar todo y perdonarlo.

Infiel    TOM HOLLAND ©   T1 Y T2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora