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- ¿En serio planeas divorciarte? - preguntó Melanie.
-
- ¿Estás cien por ciento segura?
- Así es
- ¿Puedo saber la razón?
- Me fue infiel - dije suspirando.
- No digas - dijo sorprendida- ¿Él? ¿El Tom que conozco, te engaño?
- Ajá - dije rodando los ojos y volviendo mi vista al sartén.
- ¿Con quién?
-
Con una de su trabajo
- Qué estúpido... No sabe de lo que se pierde...
- Mel, ya, ya pasó y eso es todo.

Mi hermana ya ha estado aquí como unas 2 semanas, me han sacado por completo los yesos (¡Al fin soy libre!) y mi vida ya está volviendo a la normalidad, en cierto modo.

Lo interesante es que después de ese tiempo, recién pude encontrar el valor para contarle todo a mi hermana.

- ¿Dónde tienes pensado irte, cuando acabé el divorcio?
- ¿Irme?
- Claro, no puedes quedarte aquí luego de eso, deberás conseguir una casa o algún lugar donde quedarte.

No había pensado en eso para nada, a pesar de que es algo tan importante, deberé conseguir un empleo y buscar un lugar donde quedarnos, será bastante difícil.

- No lo has pensado, ¿verdad? - negué con la cabeza.

Luego el teléfono sonó y fue Melanie quién lo contestó.
- ¿Hola? - la oí decir - No, no se encuentra - hizo una pausa- No, no soy ella, ¿quiere que la comunique con ella? - al decir aquello, yo me dirigí hacia donde se encontraba.
- ¿Quién es? - pregunté en voz baja.
- Esta bien, le daré el mensaje. Adiós - se despidió Mel.
- ¿ Quién era?
- Una mujer, buscaba a Tom, dijo que su nombre era Miranda.
- ¿Qué quería? - dije seria
- Pues quería hablar con él, sobre la firma de unos documentos, algo que dice que no concluyeron y que era urgente.
- Es ella - dije mirándola a los ojos.
- ¿Es quién?
- La mujer con la que Tom se metió, con quien me engaño.
- Lo lamento - dijo mostrando una expresión de miedo y pena.
- Esta bien, ya no me afecta tanto como debería - dije y sonreí.

Volvimos a la cocina y seguí preparando la cena, mis hijos jugaban en el patio, cuando los oí correr hacia la puerta, pues su padre había llegado del trabajo.

Corrieron hacia él y se pusieron a contarle sobre los helados que su tía les invitó, cada una de sus palabras salían de sus bocas con gran emoción y rapidez, como unos loritos.

- Tom - dijo en voz alta Melanie, casi gritando.
- ¿Dime? - respondió él y vino hasta la cocina.
- Ha llamado una mujer...zuela - dijo bajo y tosiendo- Llamada Miranda, dijo algo de la firma de unos papeles - al oír aquel nombre, Tom, volteó rápidamente a verme con cautela, más yo no puse una expresión de enojo, ni nada similar, ya no afecta como antes.
- Gracias - dijo Tom.
- Dijo que le devolvieras la llamada en cuanto antes.
- Lo haré luego - dijo incómodo al ver que lo interrogaban.
- ¿Por qué? ¿Quieres hablar a solas con ella?
- Melanie, pásame los platos por favor - dije interrumpiendo aquella rara conversación.
- Claro - dijo levantándose y buscando en la vitrina.
- ¿Te ayudo en algo? - dijo Tom refiriéndose a mi.
- No, pero ahora que lo mencionas debemos hablar sobre algo luego.
- ¿Sobre qué?
- Llamó su abogado sobre los papeles de divorcio - dijo Melanie metiéndose a la conversación.

Hoy en la tarde, el teléfono sonó y pues era mi abogado, Christopher Green, de hecho fue gracias a su llamada que Melanie se enteró de todo, así que no fue una iniciativa enteramente mía la de decirle la verdad, me vi forzada a hacerlo, pero me quito un peso de encima.

- ¡Deja de meterte en cosas que no te incumben! - dijo Tom mirándola amenazante.
- Oye, no la trates así, ¿cuál es tu problema? - dije inmediatamente defendiendo a mi hermana.
- Jamás te atrevas a levantarme la voz de nuevo - dijo Melanie, buscando quizás una pelea.
- Tu sal de aquí - dije a ella sin mirarla.
- Pero...
- ¡Que salgas, ahora! - la miré amenazante, luego ella salió de la cocina.
- Y tú, no tienes ningún derecho de levantar la voz a mi hermana - dije mirando a Tom.
- No tiene nada que ver en nuestra vida privada, no tiene que meterse en nuestros asuntos. 
- Tiene que, desde el momento en que se lo conté todo absolutamente todo, y yo se lo permito.
- ¿Se lo contaste?
- Sí, de todas formas en algún momento se iba a enterar, no creas que por ti voy a fingir que todo está bien o esperabas que cuide de tu reputación.
- No tenías porqué hablar de nuestros problemas personales con esa.
- ¿Esa? - dije perdiendo la paciencia por completo, no iba a permitir que insulte a mi hermana - Esa, será tu madre y la zorra con la que te acostaste. Jamás vuelvas a llamar a mi hermana de esa forma.
- Pues eso es lo que es, anda como una vagabunda, como hippie, viajando y haciendo cosas que no sabemos.
- Cuidado con lo que dices.
- ¿Me vas a decir que tu hermanita es una santa, una virgen? - dijo riendo sarcásticamente, a lo que yo le di una cachetada, la más fuerte que había dado en mi vida y esta vez creo que asi fue me dolio hasta la mano y su mejilla se puso roja en ese mismo instante.
- Vuelve a decir algo así de mi hermana y te juro que te arranco los huevos, con ella no te metas nunca, porque te va a ir muy mal.

Salí de la cocina completamente enfurecida, me dirigí al comedor donde estaban todos.

- ¡A lavarse las manos! - dije a los niños y a Melanie, quiénes sólo me miraban algo asustados y confundidos- ¡Ya! - recién salieron corriendo.
- Hermana...
- ¡Cállate! ¡Ve con ellos! - luego la vi perderse por el pasillo, luego a Tom desaparecer por las escaleras con rumbo al piso de arriba.

Infiel    TOM HOLLAND ©   T1 Y T2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora