El Gran Día

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¡Finalmente llegó!
¡Ya seré libre!
¡Por fin!

Hoy es el gran día de mi hermana, finalmente ella se va a casar con él que supongo que es el amor de su vida.

En estos momentos mientras organizo los detalles faltantes para que todo quede perfecto, vienen a mi mente vagos recuerdos de lo que fue mi boda con Tom.

Estuve toda la mañana, desde tempranas horas de la madrugada, corriendo de un lado a otro, viendo que todo estuviera en el lugar que debía estar, estoy completamente exhausta, tanto que no me quedan ni siquiera ganas para ir a alistarme, y faltan tan solo dos horas para que los invitados comiencen a llegar.

- ¡Diana! ¡Diana! - oí gritar a mi hermana misma que vestía con una bata de color celeste y unas pantuflas peludas del mismo color, venía a paso apresurado, con el rostro a medio maquillar y con una sola pestaña postiza puesta.

¿Ahora que? Si me dice que se arrepiente o algo así, yo la mato.

- ¿Qué sucede? Deberías estar arreglandote ahora mismo, vuelve adentro.
- ¡Melanie, muñeca aún no hemos terminado! - grito, saliendo del interior de la casa Franchesco, el estilista que con mi hermana hemos contratado.
- ¡En un segundo! - volteo ella.
- ¿Qué sucede? - pregunté mirándola algo preocupada.
- Ya deberías estar vistiendote.
- Melanie, por favor estoy ocupada en estos momentos.
- Solo faltas tú.
- Alisté a los niños temprano para no tener que preocuparme por algo tan insulso como eso, además yo solo tengo que ponerme un vestido y está listo.
- No compraste uno nuevo - dijo cruzando los brazos.
- No tuve tiempo para hacerlo. Eso va al centro de las mesas - indique a uno de los encargados.
- Ven conmigo, por favor.
- Melanie tengo cosas que hacer.
- Por favor - puso esa expresión que ponía desde chiquita, cuando quería conseguir algo, funcionaba con todos, con mi padre, conmigo y ahora funciona con Harry.
- ¿Qué quieres Mel?
- Solo que vengas conmigo, por favor, solo será un minuto.
- Bien... - accedí.

Entramos a la casa y ella me llevó de la mano hasta una de las habitaciones del piso de arriba, tapó mis ojos al entrar, me guió hasta un determinado punto y me dijo que los abriera, al hacerlo pude ver aquel vestido púrpura del cual había quedado enamorada.

- ¿Te gusta? - preguntó con una gran sonrisa.
- Si... ¿Pero... Cómo lo supiste?
- Tuve una larga charla con los niños...
- Gracias Mel - la abracé.
- Te amo hermana, ahora debo irme Franchesco va a volverse loco si no voy. Ahora vístete.

Una vez que ella salió de la habitación, yo mire el vestido por unos minutos, luego me lo puse, es un vestido de gasa púrpura con un escote en forma de "v", el corte de la falda del vestido también es en "v" y tiene una abertura en la pierna, es largo, se trata de un vestido muy elegante.

En cuanto me lo puse y me mire al espejo, pude ver como este se amoldaba a mi cuerpo, estaba diseñado para mi, me puse unos zapatos calados,con tacones altos, de color dorado.

Mientras intentaba ponerme un poco de polvo y rubor, irrumpieron en la habitación Franchesco y su equipo de estilistas.

- Ven siéntate - indicó él, arrastrando una silla - Pero ya, pero ya, pero ya - dijo aplaudiendo estruendosamente - El tiempo es oro, vamos.

Franchesco jugaba con mi cabello, lo jalaba y peinaba, además que le ponía horquillas por todo lado (honestamente no sé cómo voy a quitarlas todas de mi cabeza par a irme a dormir), uno de sus asistentes me palmeaba en los cachetes con unas suaves almohadillas, me ponía toda clase de cosas en la cara, me empezaba a desesperar su desesperación por hacerme quedar "divina" como él dijo que lo haría.

En cuanto terminó, me miró detenidamente y luego sonrió complacido de su trabajo, me mire en un pequeño espejo que me alcanzó a continuación.

Wow...

Jamás creí que podría verme tan bien, me había hecho un moño algo despeinado, con un estilo casual, que hacía que el atuendo no se vea tan cargado, mis ojos estaban delineados y pintados con colores que combinaban con mi vestido. En pocas palabras, me veía verdaderamente bien.

- Te ves hermosa - dijo Franchesco - Hicimos un trabajo estupendo, los felicito a todos.
- Gracias - dije sonriendo - ¿Y mi hermana, ya esta lista?
- Tienes que ir a verla, está preciosa.

Salí y fui a la habitación en donde se encontraba mi hermana arreglándose, toque la puerta y luego de unos segundos la abrieron, al entrar pude verla allí, parada sonriendo ampliamente, lucía hermosa con su vestido de novia, ese que le costó un mes elegir y visitas a 20 tiendas para novias, derrame algunas lágrimas al verla usando la peineta azul de mi madre, misma que yo también usé el día que me casé.

- No, no, no - se acercó Franchesco - No llores vas a arruinar mi trabajo - dijo agarrando un pañuelo y secando suavemente mi rostro.
- Te ves bellísima - dije corriendo a abrazarla.

Básicamente yo crié a mi hermana (si tiene defectos ya no son culpa mía), me hice cargo de ella desde muy pequeña cuando por desgracia nuestra madre falleció, desde siempre la he amado incondicionalmente a pesar de todos los altibajos, el amor que le tengo es inmenso, por alguna razón siento que es como mi hija y estoy tan contenta de poder estar a su lado en un momento tan especial para su vida.

Luego de halagar a mi hermana y el trabajo de Franchesco, fui a buscar a mis hijos, quienes estaban corriendo por el jardín, se habían sacado las corbatas y ensuciado sus finos trajes.

- ¡Vengan acá! - los llamé - Recuerdo haberles dicho a ustedes dos que no se ensuciarán, cuando pase el acto podrán ir a correr todo el jardín y ensuciarse cuanto quieran, ahora quiero que vayan a ayudar a su tía a terminar de arreglarse -  los regañe mientras volvía a acomodarles sus corbatas y limpiaba sus trajes.

Luego subieron corriendo empujándose entre sí y riendo.

Gracias a esta experiencia es que he podido comprender que nunca más vuelvo a aceptar este tipo de carga, no estoy dispuesta a volver a pasar por algo así de nuevo, estoy cansada, en estos momentos solo quiero ir a tirarme en mi cama y dormir, pero esto aún no empieza, nos queda solo una hora para que todos empiecen a llegar, por suerte los padres de Harrison se encargarán de recibirlos y en un par de horas más la ceremonia tendrá lugar, cuando está concluya empezará la fiesta, que para mi será otra tortura, porque debo de dirigir la cena y ultimar detalles, este día nunca llega a su fin.

Infiel    TOM HOLLAND ©   T1 Y T2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora