La Depresión

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El dolor de aquellas palabras que salieron de su boca había cesado, ya no las recordaba con claridad, pero si lo hacía con arrepentimiento y culpa. 

Pero él ahora opto por ignorarme, había levantado contra mí una ley del hielo o es más un bloque de hielo que al parecer jamás se iba a derretir.

Él ya no duerme conmigo, duerme en el cuarto para invitados y es ahí donde se cambia, me mata su indiferencia, al menos con lo demás no a cambiado, es decir, con los niños todo sigue igual, Tom juega con ellos, los hace dormir en las noches y hasta para hacerlos felices, antes de ir al trabajo me da un frío y desinteresado beso en la mejilla.

Tengo que confesar que he estado sintiéndome algo celosa de mis hijos, ellos tenían ahora toda la atención y cariño de mi esposo, y además ellos eran los únicos que en estos momentos tenían su corazón.

Creo que lo he perdido por completo, pienso que prácticamente lo he lanzado a brazos de su zorra, pues dos noches luego de que ocurrió aquel incidente con Tony, él no llegó a casa hasta el día siguiente, con el mismo aspecto que llegaba un tiempo atrás cuando decía que trabajaba hasta tarde, haciéndome preocupar a tal punto que no dormí toda la noche y me la pasé mirando por la ventana.

En estos momentos estoy de lo peor, entre en un episodio de bulimia nuevamente, la última vez que lo tuve fue en mi adolescencia cuando los problemas se iban agrandando yo debía hallar la forma de arreglarlos sin preocupar a mi hermana, las ganas de vomitar me están consumiendo ya no como nada, y además tengo una depresión que me está volviendo loca, no duermo bien y tampoco como bien y aunque lo haga termino vomitando hasta por mis orejas, lo hago hasta 5 veces al día y me estoy quedando sin fuerzas.

Tom se ha dado ya cuenta pero creo que no le importa, no lo ha mencionado y menos me ha preguntado cómo me encuentro, aunque tampoco me habla, pero sí, mis hijos me han dicho que para ellos es doloroso vernos a mi y a su papá en una situación así, en "donde no nos hablamos como antes".

Estoy en un punto de quiebre total en donde ya no sé qué hacer, ni que decir y estoy apunto de abandonar este tormentoso juego que al parecer es interminable y cada vez más sádico, así como ese del muñeco que tiene un triciclo y la cara pintada de blanco como un mimo.

Mi aspecto está asqueroso, no me dan ganas de arreglarme tengo una ojeras que hacen que parezca un endemoniado panda, cada día me hago el mismo moño mal peinado que sujeto con una piraña y no salgo de mis cómodos pijamas de cuadros, y unas bastante cómodas pantuflas con garritas.

Además me ha dado una crisis y he tirado todos mis pinceles, cuadros y todo lo relacionado con el arte, también clausure de forma definitiva mi salón de arte. 

Ya no quiero nada, no quiero tener nada y no quiero hacer nada.

Infiel    TOM HOLLAND ©   T1 Y T2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora