Infiel TOM HOLLAND © T1 Y T2

Tom:

Hoy es la boda de Harrison, como era de esperarse yo soy el padrino, aunque hace un tiempo tuvimos algunos problemas, lo que más importa son los buenos momentos que pasamos juntos, nos conocemos hace muchos años y lo que más feliz me hace es poder estar a su lado hoy, es un día muy especial para él.

No soy un fanático de las bodas, pero a esta no podía faltar, estoy básicamente obligado a asistir, Harry se casa con la hermana menor de mi ex-esposa, Melanie, ella es una chica inmadura y rebelde, no entiendo como pudieron enamorarse estos dos, son distintos en muchos sentidos, no le veo gran futuro a su relación.

Nosotros dos llegamos tarde a la boda, nos quedamos dormidos, anoche lo lleve a un club de bailarinas exóticas del cual salimos con la misma rapidez con que entramos, porque Harry le había hecho una promesa a su futura esposa y no quería romperla, me impresiona como algunos cumplen sus promesas al pie de la letra y yo no pude hacerlo; luego lo lleve a un bar, nos quedamos ahí hasta las 2 de la mañana, volvimos a su casa y continuamos bebiendo, cuando ya era de despertar nuestros cuerpos no nos hicieron caso alguno.

Al darnos cuenta de la hora salimos corriendo rumbo a la casa de campo de los padres de Harrison, terminamos de alistarnos en el auto, cuando bajamos la madre de Harry nos llamó la atención, yo solo rogaba que se callara, sus sermones no ayudaban en nada a mi dolor de cabeza, nos llevó corriendo hasta el altar, nos acomodamos en nuestros puestos (dando la espalda al público) y esperamos a que la novia y su dama de honor, mi ex-esposa, salieran.

Hacía mucho que no la veía, más de un año, ni siquiera la veo cuando voy a recoger a mis hijos, en sí lo hace mi madre, yo ni me asomó por ahí, tampoco la vi en el ensayo de la boda, no pudo asistir, pero si hable con ella por teléfono, escuchar su voz de nuevo desde el otro lado del teléfono de Harry, despertó algo en mi que hizo que me pusiera nervioso.

¿Por qué? Tengo mis razones.

Esperamos un largo rato a que la novia se digne a caminar hacia el altar, era desesperante que tardará tanto, no entiendo qué demonios hacen.

Cuándo los aplausos se intensificaron entendí que era porque estaban cerca de nosotros, en medio de la alegría escuché a la gente preguntar a alguien si se encontraba bien.

La curiosidad mata al gato y me mató a mi, volteé a ver qué sucedía y allí la vi.

De nuevo, después de tanto tiempo...

Nuestras miradas se cruzaron y pude sentir que volaba o flotaba en el infinito, no quería que ese momento acabara, nunca, pero lo hizo, cuando ella volteo a mirar a otro lado incómoda.

Dios, simplemente se ve tan hermosa hoy, no puedo dejar de mirarla, aún recuerdo cuando mis dedos tocaban su suave piel, cuando mis labios gozaban de los suyos, cuando en su mirada veía la dulzura del amor que sentía por mí.

Es tan hermosa, no puedes cansarte de mirarla, es imposible hacerlo, ella es arte, arte no es lo que se supone hace, es sino ella, por sus ojos, por su cabello, esa sonrisa, esa sonrisa que mata y consuela a la vez, esos brazos que cuando te abrazan te hacen sentir que tienes el mundo a tus pies.

Aún la amo, es más jamás he dejado de hacerlo, la amo desde el primer momento en que la vi, desde aquella vez que la vi sonreír, desde esa noche que jamás dejó de hablar allí acostada a mi lado, no podía cansarme de ella, jamás pude dejar de pensar en esa parlanchina de cabello castaño que pintaba castillos en el aire rodeados de cerditos alados, tenía fantasías que apenas se podían entender y eran poco probables, pero las contaba con una emoción y con ese brillo en sus ojos, que daría lo que sea por verlo en su rostro una vez más.

Es perfecta, ella ha sido hecha para mi, y yo para ella, finalmente lo comprendo mejor.

No puedo creer que fui capaz de engañarla, desde hace tiempo que no dejo de arrepentirme de ello, le he hecho daño, mucho daño y he faltado a las promesas que un día le hice.

Aquellos votos que le leí el día de nuestra boda, eran sinceros, yo fui sincero, quizás como nunca antes lo había sido, por primera vez en mi vida me creí capaz de poder dejar que otro ser me consuma por completo, me entregué entero a ella, bueno no, deje que ella lo hiciera y yo solo lo acepte y deje que se conformará con lo poco que le ofrecí, ella no merecía eso, ella merecía que cumpla mis promesas y la ame con toda mi alma, no, la amo con toda mi alma, el problema está, en que no se lo demostré cuando tuve la oportunidad, debí hacerlo cada día y debería seguir haciéndolo.

Pero ahora, cuando la veo ahí enfrente de mi, parada con ese vestido púrpura tan elegante, del brazo de su hermana, puedo entender todo perfectamente.

¡LA AMO!

Quiero gritarlo, quiero acercarme a ella justo ahora, mandar la boda al demonio, tomarla de la cintura y besarla, que todos ahí sepan cuánto la amo y que la extraño con todo mi ser.

Desde que se fue de mi vida, siento que camino con medio corazón en mi pecho, algo me falta, me falta su sonrisa, me faltan sus caricias, me falta su mirada y me falta ella, la quiero de vuelta, la quiero ver de nuevo en casa al volver del trabajo y que me reciba con un beso, quiero verla jugar con mis hijos, quiero verla limpiar de nuevo como lo hacía antes, tarareando canciones de los 80's, forzándome indirectamente a que sonría, si tan solo me diera la oportunidad sé que esta vez lo haría diferente y lo haría mejor, la haría feliz  tal y como siempre soñó...

Una vez oí decir que empezamos a extrañar las cosas cuando ya no lo tenemos, pues extraño mi vida, ella lo era, ella era mi vida y aún lo es, sin ella siento que estoy muriendo.

No puedo creer que hice, que le hice algo tan horrible, ella quien jamás pidió nada, quiero decir, ella no pide que le entregues joyas y castillos, ella sólo pide ser apreciada con la misma intensidad que se aprecia una buena obra de arte.

Si tan solo me perdonará y me diera otra oportunidad, yo haría lo que antes debí hacer, solo la necesito a ella, podría dejar todo atrás solo para estar de nuevo con ella...