Lo lamento...

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Entre a la cocina y allí vi a Tom parado frente al refrigerador, estaba sin camisa y debo aceptar que se veía realmente bien, me ruborice al verlo fue como si extrañará verlo de dicha forma, hacía un tiempo que no teníamos momentos de intimidad, aunque tampoco se puede decir que yo los extrañaba.

Volteó y levantó levemente la mirada y me miró, además de dedicarme una sonrisa forzada.

No entendí al principio, pero luego me percaté de que mis hijos y Nicky estaban allí sentados en la sala, ella estaba agarrando una pelotita en la mano con una gran sonrisa.

-¡Mami! - se acercó a mí con los brazos abiertos David, lo abracé fuertemente y cerré los ojos suspirando, besé su frente y él se fue a seguir jugando con su hermano, a quien luego le dediqué una sonrisa tierna y él me correspondió con una similar.

La cara de mi suegra había cambiado, la veía no enojada sino más bien decepcionada y algo preocupada. Quería hablar con ella pero me hizo un gesto con la cabeza, que me indicaba que fuera a hablar con Tom, al parecer Nicky contaba con unas antenitas de vinilo invisibles que la hacían captar las cosas que pasaban en nuestras vidas antes de que nosotros se las contemos.

Fui a la cocina, muy nerviosa, estaba temblando y mis manos sudaba, en mi consciencia estaban abstractos fragmentos de lo sucedido ayer.

-Hola - sonreí, quería apaciguar lo que había sucedido en especial por las cosas que hice y de las cuales me arrepiento bastante.
- Hola, toma - alzó la ceja y señaló con un movimiento de cabeza una aspirina, con un vaso de agua al lado.
- Gracias -tome la pastilla y al fin pude notar que demonios había hecho.

El cuello de Tom tenía unas marcas rojas de mis uñas, estaba marcado por los arañazos y un poco de sangre que estas habían provocado al cortarlo.

Tenía miedo de hasta pedirle disculpas, pues mi arrepentimiento estaba mezclado con una pequeña dosis vergüenza sin igual, pues nunca había hecho nada así a nadie, ni siquiera lo hacía de pequeña cuando peleaba con Melanie.

- Tom...yo lo lamento - agache la cabeza y mire mis manos - Jamás quise hacerte algo así lo siento muchísimo, perdóname...
- Bien... -dijo y llevó un tazón de galletas y fruta a mis hijos, en la otra mano tenía fruta picada, imagino que eran para su madre.

Su respuesta era muy confusa, no sabía si me había perdonado, ignorado o estaba resentido. Me dolía no saber qué quiso decir, odio estos mensajes indescifrables.

Cuando entró a la cocina nuevamente, me acerqué a él y le revisé el cuello.

- ¿Te duele? - lo miré y roce suavemente las marcas en su cuello.
- No, déjalo no es nada - disimuladamente apartó mi mano- Yo debo ir mañana a un viaje de negocios, ¿puedes quedarte con los niños o prefieres estar sola?
- Puedo cuidarlos no te preocupes - lo dije muy relajada o mejor dicho con hipocresía, pues a mi mente vino la triste realidad de que estaría con Miranda, y quizás que buscaría consuelo en ella, pues las cosas para Tom estaban poniéndose difíciles y yo al menos hasta ahora no lo hacia necesariamente más fácil, en ese momento comprendí que estaba siendo molesta y desconsiderada, sólo que aún me dolía en el alma su traición. Ya no sé cómo debería actuar o si debería de esperar que él actúe por mí y luego responder yo.

- Bien -me dijo y sonrió sin mostrar los dientes.
-Pero... Sería bueno la ayuda de tu madre - dije sonriendo y era eso si era verdad, amaba tener a su madre en mi casa, le daba cierta calma a mis ocupaciones hogareñas, solo que a veces me resultaba algo irritante que ella quisiera hacer las cosas a su modo y cambiar mi rutina; algunas veces también me desautoriza delante de mis hijos y eso es algo que no soporto de nadie.
- Claro, yo extrañaba poder hablar así contigo - dijo y está vez su sonrisa fue sincera al igual que sus palabras, lo pude notar en su mirada, sus ojos jamás me mienten.

Sólo que yo no estaba siéndolo en esta ocasión, actúe calmada y servicial con él, porque me sentía culpable de haberlo herido físicamente, además quería estar tranquila y darle tranquilidad al bebé que en estos momentos está en mi vientre formándose, aunque aún no puedo olvidar lo que hizo, lo que hizo esta tan metido en mi cabeza como su fuera un tumor o triquinosis, hasta creo que me ha provocado un trauma o algo, porque cuando escucho una determinada palabra en la TV o en la calle a mi mente se vienen ideas de conspiración contra él o bien mi imaginación despierta y me lleva a imaginarme cosas sobre Miranda y él.

Me siento traumada y enferma con esto, constantemente estoy pensando en ello, también me sucede que hago algo y pienso que Miranda, una mujer preparada y con un grado de educación mayor al mío, lo haría mejor. Está situación está afectando mis nervios y está afectándome a mi, lo cual vuelve algo inevitable que afecte de igual manera a mi familia, principalmente a mis hijos, los cuales aún no saben las cosas que les esperan.

Aún hay clavos sueltos en esto, debo lidiar con que me dirá Nicky cuando nos encontremos las dos solas y además debo de cuidar mis palabras cuando vaya a hablar con ella, porque no quiero mencionar cosas que ella aún no sabe, porque eso podría llegar a complicar las cosas entre nosotras dos. Y a eso se añade que Tom irá otra vez con Miranda de viaje, lo cual me pone susceptible y nerviosa a todo.

Al menos creo que con Tom las cosas se apaciguaron y nos encontramos relativamente bien en estos momentos, tenemos un cese de disparos y tranquilidad, cosa que me quita una gran carga de los hombros (algo momentáneo) y el pesar de culpabilidad que me atormentaba aquella mañana está casi desapareciendo por completo, tomaré su respuesta extraña como un simple sí, si te perdono.

Infiel    TOM HOLLAND ©   T1 Y T2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora