Una Semana Después

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Luego de haber descubierto la verdad, yo me sentía terrible, porque nada había sucedido como yo esperaba que lo hiciera.


Ya no sabía nada de Miranda y creó que Tom tampoco, ya no hacía esas cosas de antes, pero también existía la inmensa probabilidad que éste siendo mucho más precavido acerca de esto y sus reuniones están siendo más discretas que antes. 


Nuestra relación es un asco, un total y rotundo fracaso, somos dos extraños viviendo en la misma casa, casi no hablamos ni nos miramos más de dos segundos. Sé y estoy consciente de que estamos haciendo este teatro solo por nuestros hijos.

Mientras estaba perdida en mis pensamientos, sentada en una de las sillas,el teléfono sonó, aquel sonido me puso bastante nerviosa y en el tiempo en que recorría la distancia hacia el teléfono vino a mi mente aquella noche en que esa llamada llegó a mi, y destruyó todo mi matrimonio, mi vida y mi ilusión.


Conteste y era ella...

- Buenas Tardes. Disculpa. ¿Está Tom? - dijo Miranda.
- No. ¿Quiere dejarle algún mensaje? - dije con el tono más seco que pude, tenía mucha rabia contenida.
- Sí, le podría decir que esta noche lo esperaré, en la Abadía, para reunirnos, a las 8 en punto de la noche - dijo, sin pensarlo dos veces yo respondí.
- ¿Para qué? - ahí Miranda se dio cuenta que era yo, supongo que pensaba que era una sirvienta o secretaria o yo qué sé.
- ¡Oh Diana! ¿Me recuerdas, soy Miranda Clarke, socia de Tom, estuve en tu casa el 4 de Julio? Y pues respondiendo a tu pregunta es para una reunión de negocios para platicar acerca de la compra de algunos inmuebles. Nada que tú entiendas claro - río un poco y yo solo corte el teléfono. Sus palabras me habían dolido y mucho. Ella sabía lo poco que entendía acerca de los negocios y lo que mi esposo hacía en su trabajo. 


Me siento estúpida y sentía rencor hacia Tom, porque él se la pasa todos los días de su vida manteniendo pláticas de adultos y negocios que implican grandes cifras con muchos ceros en ellos, mientras que yo siempre estuve cambiando pañales y preparando leche a cada hora. No lo malinterpreten, yo amo a mis hijos pero hay momentos en que notó cuán injusto ha sido todo esto, toda mi vida de casada.

Mientras estaba en la cocina preparando la cena Tom llegó, los niños corrieron a saludarlo, pero él se veía algo enfadado, ni siquiera saludó de buena forma a los niños, lo que los extrañó, pues estos días los trataba mejor que nunca.


Entró a la cocina y sacó la botella de jugo del congelador, agarró un vaso y se sirvió un poco, caminó de nuevo a la sala, pero en todo eso ni siquiera me miró o saludo o algo.


Terminé de cocinar, serví la cena, los niños comieron y luego fueron a jugar al cuarto de juegos que tenían al lado de la sala de estar..


Me acerqué a recoger el plato del lugar de Tom y él me agarró del brazo muy fuerte evitando que me moviera y provocando que me exaltara y asustara.

- ¿Tenías que actuar así? - dijo enfadado, casi gruñendo.
- ¿Qué? 
- No hagas como si no supieras de que habló. No tenias porque tratar así a Miranda, ella estaba cumpliendo con su trabajo, mismo que por si no te enteraste comparte amplia y cercanamente conmigo en muchos aspectos.
- No sé de qué hablas, no hice nada malo  - dije intentando soltarme de su agarre.
- Ya me tienes muy cansado de todo esto y tus actitudes de niña -se levantó de su asiento- Nuestros problemas no tienen porque salir de aquí. ¿Sabes como afectaste con tus actitudes a mi trabajo? Tú eres el único problema para todo,tu eres quien controla mi mente, de cualquier forma siempre lo has hecho. Haces girar mi mundo lo vuelves mas complicado de lo que ya es y cada día lo haces un poco más enredándome en tus cosas - no entendía nada de lo que me decía- Necesitas dejar de actuar mal con Miranda, tienes que superarlo.

¡Espera! ¿La estaba defendiendo? ¿ A ella? ¿A Miranda? ¿Me estaba regañando?

- Vete al infierno - conteste, y eso fue exactamente lo que hizo, se fue muy al diablo, pero el se aseguró de llevarme con él. Hicimos él "amor" que para nada era con amor. Lo que hicimos, cada uno de los movimientos que lograban causar placer al otro era como un punto a favor, un punto que usábamos para herir al otro, todo lo hicimos con coraje y odio, un odio recíproco . Al terminar, tomé mi ropa y me dirigí al baño, mientras que Tom se quedó sentado en sofá.


Subí al baño y tome una ducha larga, el sonido del agua cayendo escondía el sonido de mis lágrimas cayendo y mis fuertes sollozos de arrepentimiento. Me arrepentía de volver a meterme con él, yo no sabía si Miranda le había contagiado o infectado algo, no sabía en qué condiciones estaba mi marido, es algo repulsivo e insano si lo analizas

Yo misma me daba asco y a él le tenía aún más, sentía que había caído un peldaño más abajo, al rebajarme a tratar a esa mujer como se lo merecía, pero perjudicando la frágil relación que apenas podía mantener con mi esposo que cada vez me hacía desear alejarme de él lo más rápido posible. Tom prefirió defender a esa mujer y pelear conmigo alegando que lo perjudica mucho en su trabajo, pero no pensó en eso al momento de meterse con esa, de tomarla de la misma forma que hizo un tiempo atrás conmigo. 

En estos momentos no veo una razón aceptable y peor saludable para seguir intentándolo, sé que juré que no le permitiría a Miranda destruir mi hogar, pero ahora si puedo divisar claramente que ya está destrozado y que yo estoy haciendo lo imposible por juntar las cenizas y escombros, pero solo me estoy haciendo apresar por las ruinas de mi antiguo hogar, que yo veía como una fortaleza próspera e indestructible.


Infiel    TOM HOLLAND ©   T1 Y T2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora