¿Ahora Qué Hago?

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Estaba por salir de la ducha, cuando escucho que los niños llegan haciendo mucho ruido y riendo.

Tengo un dolor de cabeza tremendo y no me sentía capaz de poder soportarlos, pensaba que volverían aproximadamente a las 06:30 p.m. sino es que más tarde, pero al parecer no fue así, este día es uno de los peores que he tenido.

Me pongo mi bata y bajó las escaleras, estaba frustrada, Nicky me sonríe atenta al verme, yo le devuelvo una sonrisa fingida y falsa. Los niños corren a mi y me muestran unos juguetes nuevos que su abuela les había comprado.

Sus vocecitas molestas e irritantes pidiendo que juegue con ellos y sus figuras de acción recién compradas, resonaban en mi cabeza muy fuerte y me ponía cada vez un poco más histérica, siempre he tenido mucha paciencia con mis hijos, pero ahora el estrés me está matando.

Estoy aburrida de mi vida, tengo un bebé creciendo en el estómago que llegará en unos meses en un hogar casi destruido por completo, una amiga infeliz, problemas con un extraño que quiere violarme, a mi suegra todos los días metida en mi casa sospechando, unos hijos molestos, una crisis emocional a cada hora y un marido infiel, que está haciendo, quién sabe qué, mientras está de viaje con la mujer con la que me engaño a la cual le tengo muchos celos.

- ¡CÁLLENSE YA! - gritó con fuerza - ¡Estoy muy cansada, podrían irse a jugar en el patio y evitar hacer ruido!

Mis hijos salieron corriendo al patio con lágrimas en los ojos, yo me tiré al sofá , tapándome la cara con las manos, Nicky se acerco a mi, al levantar yo la mirada y esta cruzarse con la de ella, vi la decepción que sentía y un poco de rencor, negó con la cabeza y se fue directo para el patio.

Fui a la cocina y me lave el rostro, cogí un vaso y me serví un poco de jugo frío del refrigerador, suspiré varias veces hasta calmarme por completo.

Al estar yo ya más tranquila hice calentar un poco de leche para los niños, saqué un paquete de galletas de la alacena, las acomode en unos platitos junto con pedazos de fresas y las puse en una charola, junto a los vasos de leche con chocolate, que tanto les encantaba.

Salí al patio trasero, cargando la charola, mis hijos me miraron y corrieron donde su abuela buscado protección, parecían estar asustados de mi. Me acerqué y puse la charola cerca de ellos, encima una mesa blanca que tenemos allí.

- Niños lo lamento, no quise gritarles, ni tampoco hacerlos sentir mal, lo lamento muchísimo.

Ellos me miraron y se acercaron lentamente a mi, ambos me abrazaron muy dulcemente y me dieron a entender que me habían perdonado.

Les di a ambos un beso en la frente, con ellos ya estaba todo bien, pero al mirar a Nicky, ella no tenía una sonrisa en el rostro, estaba seria, muy seria, casi nunca está así.

Me senté junto a ella y los niños corrían por el jardín agarrados de sus galletitas y juguetes nuevos.

- No tenías porque hacerte pagar tus problemas con ellos... - dijo Nicky - Ellos son niños y no tienen nada que ver con tus problemas con Tom o con quien hayan sido.
- Yo...
- No les hacen bien, ninguno de ustedes dos, se la pasan peleando y ellos se dan cuenta de ello, créeme, hablé con ellos y me lo contaron, me contaron cómo se sienten al respecto.
- Nosotros...

- Es momento que tomen una decisión, ambos, esto no es sano para nadie, yo te apoyo si te quieres divorciar de Tom - dijo y me miró fijamente a los ojos - No te aferres a algo que te hace daño y hace daño a tu familia, quizás para ti es difícil superar lo que él te hizo, pero debes salir a flote, madura, debes cuidar a tus hijos y a ti y dejar todo aquello que te hace daño y daña a tu entorno a tus hijos y al bebé que tendrás. Tu pide el divorcio y sigue con el papeleo y yo te apoyaré, te daré el dinero si así lo requieres.

¿Ya sabía lo del bebé? ¡Voy a matar a Tom, maldito indiscreto!

Me levanté de la silla sin decir nada y me dirigí al interior de la casa, con un paso acelerado, solo oía a Nicky llamar mi nombre, subí las escaleras, entre al cuarto de mi hijo.

Cerré la puerta y grité y lloré, como nunca, golpee la puerta y mi cabeza contra ella, me mata la idea de dejar todo atrás, de acabar con mi matrimonio, de querer cambiar mi vida, la vida llena de engaños que tenía y me gustaba mucho, podía haber seguido viviendo así, si tan solo no me hubiera enterado de la verdad o mejor dicho no me hubiera resignado a aceptarla. 

Nicky sabe que pasa y ella sabe que quizás su proposición es la mejor opción en estos momentos, pero es imposible para mi poder dejar de aferrarme a Tom. Además no debería meterse en mis asuntos y los asuntos de su hijo, somos un hogar aparte, somos adultos maduros (a veces no actuamos de esa forma, pero lo somos), ya es suficiente.

Me siento en el suelo y apoyó mi cabeza en la pared y la misma pregunta gira en mi cabeza una y otra vez: "¿ Y ahora qué hago?".

Quiero seguir a mi corazón, pero este se aferra a permanecer al lado de Tom, el esposo a que amo con locura, mi mente me dice que siga con el divorcio y todo mi espíritu me dice que no me rinda, que luche por mis hijos y mi familia; mi lado oscuro dice que compre un arma y que vaya a hacerles unas cortas visitas a Miranda, Tamara y al estúpido de Burnes, para cortar mis problemas desde la raíz.

Infiel    TOM HOLLAND ©   T1 Y T2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora