El odio

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Luego de haber visitado a Tom en su partido de basketball, di vueltas sin sentido alrededor del parque favorito de mis hijos, en mi auto, quería despejar un poco mi mente.

Puedo apostar que Tom en estos momentos se encuentra pensando justo ahora en qué hacer y cómo reaccionar ante esta nueva situación que se nos ha presentado. Lo que más me preocupaba era que él pusiera en duda que era su hijo sólo por el hecho de que tuvimos bastantes problemas acerca de las infidelidades por así decirlo.

Llegué a casa, abrí la puerta y Tom estaba sentado en las gradas muy pensativo.

- Hola - lo mire.
- Los niños se quedarán con mi madre hoy - dijo sin siquiera mirarme.
- Tenemos que hablar - deje las llaves en la mesa donde se encuentra nuestro teléfono, allí aproveche de fijarme en el identificador por si había llegado alguna llamada.
- Ya lo sé - asintió algo irónico a mi parecer - ¿Qué tiempo tienes?
-No lo sé - mire el reloj que estaba en mi muñeca derecha - Las 06:30 pm. ¿Por qué preguntas? - él sonrió.
- Me refiero al embarazo, no a la hora  -levantó su mirada y me miró por un segundo, como si me analizará luego la volvió a bajar.
- Como un mes y medio o quizás dos, lo más probable es que este en el segundo mes.
-La última vez que lo hicimos fue en ese tiempo, al menos hay algo bueno que salió de todo esto.

-- puse mis manos sobre mi estómago ligeramente hinchado - Tom está situación debe unirnos más que nunca.
- No... Ahora lo entiendo - me miró - Tú causaste tantas peleas entre nosotros, ya no viste salida y ahora apareces embarazada. Todo tiene sentido para mi ahora.
- ¿Qué? - lo miré furiosa y me acerqué a él, hasta estar en su delante.
- Yo no fui quién comenzó esto, no quería que nuestra vida matrimonial sea así, odio pelear contigo y odio tener que imaginarte con ella gozando de las cosas que hacían y te odio a ti, por hacerme pasar por esta situación. ¡ Te odio! ¡Te odio! ¡Todo es tu culpa! ¡Te odio! - me volví loca por un momento, estaba hecha furia, él se levantó he intentó abrazarme - ¡No me toques maldito! - le di una fuerte cachetada, luego le arañe el cuello y lo estire de la camisa, él no reaccionó.

Perdí el control de mis emociones, jamás le había gritado, jamás lo había golpeado o arañado y jamás lo había odiado, pero él se lo ha buscado...

Él me ha decepcionado repetidas veces en estos últimos meses, me ha fallado, me ha engañado y me ha orillado hasta un punto en el que quiero matarlo, en que lo odio y siento que él igual, siendo éste el nuevo sentimiento que compartimos como pareja.

Se ha hecho cada día más normal pasar del amor al odio, se convirtió en algo habitual, cada día de nuestra vida es otro mal episodio en esta novela interminable de malos acontecimientos.

Lo empujé hacia un costado y subi las escaleras llorando, casi gritando, me encerré en el baño, indirectamente tenía la esperanza y contaba con que dentro de unos minutos podría sentirlo subir, con la intención de percatarse de que estaba bien, pero no se asomó por el lugar en el que me había aislado para evitar seguir con las discusiones que se vuelven cada vez más usuales, como el pan de cada día, pero él no subió, no se acercó, ni siquiera se asomó y eso fue muy decepcionante.

No puedo creer que a pesar de haber pasado por tantas cosas similares a esta, me refiero a las actitudes que asume Tom y a las discusiones que no llegan a ningún lado o a algo concreto, no he aprendido, no he aprendido que no debo esperar que Tom se arrepienta, que actúe como todo un caballero y que actúe como la persona que yo quisiera que sea, que se transforme de un sapo a un príncipe azul, pero me gusta más el rojo, en un príncipe rojo.

Lloré, no estoy consciente de por cuánto tiempo, pero si fue hasta yo quedarme dormida en el suelo con la cabeza apoyada a la pared, una muy mala posición de hecho.

Al despertar me sentía horrible, me dolía la cabeza y el cuello, asume que fue por la postura en que pase la noche, además que me dolía la espalda, quizás porque me hice pasar con el frío proveniente del suelo; salí del baño y fui a la cocina aún con los ojos semi cerrados, al llegar vi que ya había amanecido, mi mente me forzaba a no recordar mucho de lo sucedido la noche anterior, hasta que pude divisar en frente de mi aquella escena...

Infiel    TOM HOLLAND ©   T1 Y T2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora