La Inauguración

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Tom tenía la inauguración de nuevas instancias para su empresa este fin de semana, más específicamente hoy. Los niños se quedarán con Nicky. Mientras que nosotros asistimos al maldito acto en donde habrá el discurso de un inversionista de Tom que seguramente durará al menos la mayor parte de la noche, son insufribles estos actos, duran una eternidad. Le dije a Tom que odiaba ir a esas inauguraciones desde siempre, pero él siempre insiste en que debemos ir como pareja y que yo debo ser quién lo anime a seguir adelante a no dormirse en todo el discurso, pero de cualquier forma ambos nos dormimos.

Los primeros años de casados todo fue grandioso, iba a cada inauguración con él y recuerdo que mientras hablaban todos adelante, nosotros nos sujetábamos las manos y cuando estábamos muy aburridos teníamos una lucha de pulgares. Eso duró poco pues a medida que nuestra familia crecía, los negocios de Tom igual y más rápido de lo quisiera admitir, nos vimos obligados a distanciarnos de esas costumbres.

A las 06:30 la madre de Tom llegó y se llevó a los niños, dándome tiempo para alistarme. Me puse un vestido rojo y me pinte los labios del mismo color, me recogí el pelo haciendo un moño y me puse un collar de perlas que me había regalado mi suegra.

Tom usaba un terno de color azul y una camisa blanca. Y llevaba el pelo peinado pero con unas cuantos cabellos alejados de su peinado, lo hacía ver tan hermoso...

Baje las escaleras y él recogió las llaves de la mesa y se encaminó hacia la puerta, al salir abrió la puerta del auto y en cuanto entre él cerró la puerta, luego subió al auto y condujo hasta llegar al lugar; en todo el camino no dijimos ni una palabra y hubo mucho silencio dentro el carro, pues ni siquiera encendió la radio.

Al bajar del auto él alcanzó su brazo para que lo sujetara como usualmente solía hacer, pero hoy no era el caso, camine ignorando su gesto hacia la entrada, su sorpresa fue muy grande él no supo cómo reaccionar y solo me siguió en silencio.

Al entrar intentó tomar mi mano, pero fue una acción que no le permití, mientras él estaba por decirme algo, Miranda se aproximó a nosotros con un hombre al lado suyo.


- Tom, Diana. Buenas noches - se acercó Miranda, dándome un beso en la mejilla y dándole uno a Tom muy cerca de sus labios, maldita bruja.
- Les presentó al señor Morrison, es el nuevo inversionista y colaborador del ex-inversionista Tony Burnes - él nos saludó muy cordialmente a ambos, me dio escalofríos oír aquel apellido.

Luego Miranda y Tom se alejaron de nosotros, según ella a discutir un asunto en privado. El señor Morrison y yo decidimos ir a pedir un trago.

- Señora Holland, disculpe la indiscreción pero ¿ a qué se dedica? -preguntó Morrison.
- Emm...en este momento sólo soy ama de casa si lo podemos llamar así...
- A usted no le atraen las finanzas como a Tom, que interesante. ¿Qué le atrae? -dijo muy amable Morrison.
-El arte, señor Morrison.
- Por favor llamame Charles y pues un placer aclararle que de la misma manera que a usted me atrae el arte. Si alguna vez se interesa por visitar alguna de mis galerías, tenga mi tarjeta - me alcanzó el papel y yo sonreí y le agradecí.

En toda el tiempo que estuve con Charles note que era carismático, educado y sencillo. Me caía muy bien ademas que vi que teníamos muchos gustos compatibles, su percepción del arte contemporáneo me pareció algo digno de admirar.

Con Tom solo nos reunimos para el brindis el señor Osterfield y Harrison, su hijo y mejor amigo de Tom, fueron quienes dieron las palabras de honor.

Harrison Osterfield es el mejor amigo de Tom, fueron amigos desde hace muchos años, francamente eran muy unidos. Hasta yo creía que eran gays cuando conocí a Tom. Los dos ahora con ayuda del padre de Harrison trabajan juntos y son socios con su próspera empresa, misma que creció muy rápido y eso impresiona, pues son bastante jóvenes.

Harrison aún no está casado, pero tienes los ojos fijos en Melanie, mi hermana, ella es menor que yo por un año, pero estos dos se conocieron en mi noche de boda. Ella era mi dama y Harrison el padrino, sé que desde ese momento ellos dos se gustan.

Luego de brindar Tom me pidió que lo siguiera, me llevó hacia una fuente que se encontraba en patio trasero del establecimiento.

- ¿Qué tanto hablaste con Morrison? -dijo Tom algo furioso.
- ¿Qué tanto hablaste con Miranda?
- De negocios - dijo apretando los dedos de su mano, formando un puño como si aguantará su furia- Responde a mi pregunta.
- Negocios - dije y entré de nuevo al lugar, 

Perdí el tiempo recorriendo el lugar mientras que una mujer explicaba todo acerca del lugar.

A las 12:00 volvimos a casa. Todo el camino Tom y yo peleamos acerca de con quienes habíamos hablado toda la noche. A él le parecía inapropiado que hablará con Charles y en cuanto a mí, odiaba que hable con Miranda en mis narices.

¡No me importa lo que creas!, intentaré nuevamente incursionar en el arte, no pienso dejar mis sueños atrás, por ti como lo hice todos estos años
- ¡No necesitas trabajar, yo les doy todo y siempre lo haré, además quien decidió dejarlos fuiste tú no yo. Tu fuiste quien no quiso entrar a la escuela de arte a retomar tus estudios!
-me respondió a gritos.

Pues si... Cuando conocí a Tom tenía 19 y el 21, estaba cursando el primer año de bellas artes en la universidad, pero me casé y lo abandoné todo, quería volver a intentarlo pero salí embarazada y ya no pude.

Al llegar a casa me fui al cuarto de mi hijo a dormir, dormí con la misma ropa, ni siquiera me importo cambiarme o las súplicas de Tom para que saliera y fuera a nuestra habitación. Yo solo quería estar sola y pensar sobre lo que había hecho con mi vida y que podía hacer para solucionarlo.

Lo peor es que nada, solo sobrevivir a mi, a Tom y a mis hijos...

Infiel    TOM HOLLAND ©   T1 Y T2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora