Bendita Transmisión

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El día de la exposición había llegado tan rápido como había sido planeada, yo estaba en la galería y todo el mundo se movía de un lado a otro como hormigas, era un total caos. Y Tom había pedido a Nicky que recogiera a mis hijos de la escuela, por lo que no estaba tan preocupada. Aún teníamos unas horas pero nunca se sabe qué sucederá.

- Claudia, ¿ya revisaste la iluminación de todas obras? - pregunté mientras veía cómo algunos empleados acomodaban los cuadernos para comentarios.
- Todo funcionando como debería.
- ¿La música de fondo?
- Programada y lista
- Genial, ¿Bitia te dijo algo sobre la transmisión esa?
- No, pensé que te dijo algo a ti
- Pues no... supongo que tiene todo bajo control.

Uno de los chefs contratados por Bitia, me acercó una bandeja con uno de cada bocadillo que se serviría durante la exposición, habían canapés con atún, canapés de paté de camarón y canapés de caviar. Una enorme variedad de chocolates y caramelos de café y dulce de leche caseros. Además, unas pequeñas pizzas con albaca.

- Se ve delicioso, gracias. ¿Ya tienen claro cómo pedí acomodarlos?
- Sí, señora. Tenemos todo claro.
- Gracias - se alejó y yo le acerqué uno de los canapés a Claudia - ¿Quieres probarlo?

Fue una terrible idea porque la pobre Claudia empezó a vomitar de forma incontrolable al sentir el olor a atún. Sin embargo, a pesar de que estaba preocupada por ella, el show debía continuar, seguí vigilando los preparativos cuando llegó Bitia.

- ¡Mi niña! Que hermoso se ve todo - me dijo sonriendo y admirando el lugar.
- ¿Hice un buen trabajo, verdad?
- Perfecto, me encanta - fingió aplaudir pero sin hacer ruido.
- Gracias, quería preguntarte, ¿cómo se hará esa transmisión?
- No lo sé, nena, tú dime - dijo comiendo el canapé de caviar de la bandeja en mis manos.
- ¿Qué?
- ¿No te dije que no entendía nada y qué te encargaras?
- ¡No!
- Já, mi error, cada día estoy un poco más vieja.
- Pero... pero, ¿y ahora?
- Improvisaremos, le diré a Joshua que le cayó un rayo al operador o algo así, esta comida está fenomenal... - comentó comiendo.
- Bitia, no podemos hacer eso.
- ¿Tienes otra idea?

En realidad no tenia ideas, pero conocía alguien que tal vez podría ayudarnos. Llamé a Nate un millón de veces, Claudia también y por alguna razón no contestaba. Bitia llamó a su esposo pero él le recomendó contactarnos con nada más y nada menos que... Tom.

- No voy a llamarle seguro debe estar trabajando - protesté.
- ¿Y yo si voy a llamarlo? - dijo Bitia frunciendo el ceño.
- ¿Yo olvidé hacer mi trabajo?
- Oye, estoy vieja, que lo llame ella - señaló a Claudia.
- ¿Yo?
- Sí, tú, eres mi asistente.
- Oye, Diana, tú vives con él llámalo de una maldita vez - protestó Bitia.
- Esta vez estoy demasiado molesta contigo, no puedo creer las cosas que me haces hacer, Bitia.

Tomé el teléfono y llamé a Tom, sonó un par de veces antes de que contestara.

- ¿Pasó algo, Diana?
- Hola... este... sí
- ¿Son los niños?
- Mmm no
- ¿Entonces?
- ¿Dónde estás?
- De camino a una reunión, ¿qué pasa?
- ¿Conoces a alguien que sepa hacer transmisiones de aquí a Suecia?
- ¿Qué?
- No sé, mira, Bitia olvidó que Joshua pidió específicamente hacer transmisiones digitales a Suecia de esta exposición y ahora no tenemos nada, no sé qué hacer.
- ¿No tienen un departamento de telecomunicaciones?
- ¿Sabes qué? Sí, lo olvidé, está junto al que se encarga de nuestros viajes a la luna - él soltó una carcajada.
- Hablaré con alguien de mi equipo, ¿para qué hora lo necesitas?
- Al menos 1 hora antes del evento.
- ¿A qué hora es?
- Empieza a las 5
- Está bien.
- ¿Puedes llamarme cuando lo consigas? Para ver si debo buscar a alguien más, Bitia dice que lo dejemos pero no quiero tener que decirle a Joshua que no podremos hacerlo y...
- Oye nena, relájate, te avisaré cualquier cosa.
- Claro, gracias Thomas
- Suerte con lo demás.

Colgué el teléfono y miré a Claudia y Bitia, les avisé que nos ayudaría. A Bitia no le importó mucho y Claudia se veía más aliviada.

- Entonces, fuera de eso, tenemos todo lo demás, ¿cierto?
- Cierto

Una hora más tarde, Tom apareció con unas 10 personas aproximadamente, cargaban cables, cámaras y computadoras. Bitia les explicó qué era lo que se tenía planeado, hablaron con algunos de los técnicos de la galería y en un abrir y cerrar de ojos, tenían todo listo para empezar aquella dichosa transmisión. No entendí una pepa de su explicación pero aparentemente de vería hasta en el perfil de redes sociales de Joshua.

Estaba sentada en un rincón del recibidor cuando Tom se acercó a mí.

- ¿Demasiado agotador?
- ¿Todo esto? - señalé con la cabeza.
- Sí, se ve increíble pero te ves cansada.
- Me estreno más de lo que me canso y me canso de estresarme, así que - me encogí de hombros - Gracias, Tom.
- No hay de qué, solemos hacer estas cosas muy seguido.
- Lo imagino, tu lujosa vida no te permite nada menos - dije como intento de bromear.
- Es que no siempre se puede estar en Londres, Taiwan y Suiza al mismo tiempo, ni con avión privado - me siguió la broma metiendo sus manos a los bolsillos de su pantalón.
- Claro, ¿llamaste para preguntar cómo están los niños?
- Vivos y hambrientos como siempre.
- Genial, todo bien, entonces. ¿Te quedarás?
- No, volveré a la oficina, tengo que hacer algunas cosas.
- Me gustaría que te quedes.
- También me gustaría pero no podré esta vez.
- Claro - solté un suspiro - Cuando esto acabe necesitaré una buena siesta. Mi hermana vendrá, el doctor le dijo que es buena idea que camine más.
- ¿No debería estar a punto de tener a su hijo?
- Hija - corregí - Sí, de hecho ya es la etapa final. Anda más irritable de lo usual.
- No me sorprende, Harry le tiene mucha paciencia.
- La ama demasiado.
- Sí, lo sé, quedó inmediatamente prendido de ella cuando la conoció.
- Ella igual, solo no quería aceptarlo.
- ¿Está mejor? Me refiero, luego de lo que pasó con tu padre.
- Sí, sí, como siempre, fue solo un capricho.
- No creo que haya sido un capricho, Di.
- Como sea, ya no importa, está mejor y ahora estará feliz de tener una mini ella pronto.
- Vaya, si eso es ser feliz...
- Cuidado - lo apunté con el dedo, mostrándome amenazante pero siguiéndole la broma.
- Bueno, suerte con tu exposición, mis mejores deseos - sonrió y caminó hacia la puerta.
- Oye Tom - me levanté para mirarlo.
- ¿Si? - volteó.
- Mañana igual la tendremos.
- No me la perderé entonces.
- Bien, gracias.
- Nos vemos en casa, Di.

Eso había sonado tan extraño: "Nos vemos en casa, Di"...

Carajo, necesito empezar a pensar cómo echarlo de mi casa.

Infiel    TOM HOLLAND ©   T1 Y T2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora