La misma química de antes

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Pasó una semana desde mi reclamo y ese pequeño rastro de mal humor desapareció. Las cosas empezaron a mejorar o eso parece.

Entre últimas noticias, he descubierto que soy toda una bruja, Claudia efectivamente está embarazada. Me lo contó en la oficina, se veía muy contenta pero indispuesta (y entiendo perfecto el porqué), las nauseas de los primeros meses son terribles. Aún no se lo dijo a Nate pero ya pronto lo hará, preparará algo especial o eso me dijo.

Y hablando de embarazadas, mi querida hermana está más insoportable que nunca. La noche anterior se hizo llevar al hospital y alarmó a todos, porque sentía que ya estaba entrando en labor, pero no pasó nada. Tom y yo estuvimos esperando noticias hasta las 3 de la mañana, ambos dormitando en el auto fuera del hospital.

Pero de una u otra forma, el parto de mi hermana está cada vez más cerca. Todos estamos nerviosos pero ella está más ansiosa que nunca. Quiere librarse del dolor espalda que le ha provocado su abultado vientre.

En lo referido a mis hijos, están contentos por tener a su padre en la misma casa y esperan conocer a su nueva prima. Tom se ha estado comportando como un buen padre, él los lleva a la escuela y los recoge. Ambos los ayudamos con los deberes, él especialmente con las matemáticas, yo hago el resto. Aunque hace 3 días me ayudó hasta la medianoche a hacer una maqueta del sistema solar para James.

En realidad se la pasó maldiciendo en voz baja, cada que se quemaba los dedos con la pistola de silicona caliente.

- Fíjate bien el orden de las bolitas, no quiero rehacerlas- comenté riendo mientras pintaba una bolita de poliestireno que se suponía iba a ser Urano.
- Sé el orden del sistema solar, Diana
- ¿Júpiter antes de la Tierra? - levanté las cejas mirando la maqueta.
- Me lleva... - empezó a despegar la bolita con cuidado de no romperla.
- ¿Y si mejor pones los cartelitos con los nombres en los palitos de allí? - señalé los materiales que mencioné.
- Soy capaz de pegar esto, Diana
- Tom, esta maqueta tiene que quedar bien
- ¿Por qué? Solo es una nota
- No es solo una nota, debemos enseñarles a esforzarse en lo que sea que hagan - fruncí el ceño recriminandolo- Y de todas formas, sería irónico que yo sea artista y mi hijo tenga un trabajo plástico feo - comenté en un cierto tono burlón moviendo las cejas.

Yo terminé acomodando todos los planetas, arreglando con pintura las partes que habían quedado algo dañadas al despegar los planetas mal colocados (gracias Thomas), pero el resultado nos hizo sentir orgullosos, se veía muy bien.

- Y eso sería todo - comenté pintando algunas pequeñas estrellas de color  blanco.
- En serio que quedó bien - asintió Tom mirando la maqueta con los brazos cruzados - Somos buen equipo
- Lo somos - sonreí y levanté la mano para que la chocara. Tom la chocó también sonriendo.
- Debemos dejar que todo se seque, mañana tengan mucho cuidado al llevarla, por favor.
- Lo haremos - Tom estiró los brazos bostezando - Ya son las 12 - comentó mirando el reloj en su muñeca.
- Ve a dormir, yo guardaré todo - empecé a tapar los botes de pintura.
- No, déjame que te ayude.
- Hey, está bien, yo lo haré. Ya vete
- Si insistes - se acercó y dejó un beso en mi frente para luego irse a su habitación debajo de la escalera.

Me quedé en silencio, no sé cómo tomar aquella demostración de cariño. Terminé de lavar los pinceles y me dirigí hacia mi estudio para dejar todo en su lugar.

Antes de irme a dormir bajé a la cocina por un vaso de jugo, me encontré con Tom allí. Estaba de espaldas, descalzo, sin camiseta y usando unos pantaloncillos de pijama de color gris oscuro, comía una manzana.

Entonces me detuve en la puerta tratando de no producir ningún sonido y lo observé con detenimiento, sus músculos, su cabello, su porte, todo él se veía perfecto ante la poca iluminación que entraba por las ventanas de mi cocina.

- Diana, ¿qué estás mirando? - se volteó a mirarme apoyándose en la encimera.
- No estaba mirando nada, no sé de qué estás hablando - balbucee un poco y entre a la cocina caminando al congelador para sacar el jugo.
- Ujum - murmuró y estoy segura que estaba sonriendo.

Me acerqué en su dirección y pasé mi mano por la parte de su cintura, noté que sus músculos se tensaron y los vellos de mis brazos se erizaron al sentirlo tan cerca. Entonces estiré la mano y tomé un vaso de detrás suyo y serví el jugo en él, rogando de que no se notará el ligero temblor de mi mano.

- Que tengas una buena noche - le dije y me alejé saliendo de la cocina con la caja de jugo y todo.
- Espera, espera - me siguió hasta las escaleras
- ¿Sí? - me volteé a mirarlo con algo de recelo.
- Yo también quiero jugo - me quitó la caja de las manos con delicadeza e hizo un gesto con la cabeza como si dijera "gracias".
- Duerme bien, ¿si? - con la mano que tenía libre le di dos palmaditas en la coronilla y volví a subir las gradas sin voltearme. En todo ese pequeño recorrido noté su mirada fija en mí, suerte que no me tropecé.

A las 5:30 de la mañana los dos nos despertamos al mismo tiempo, él ya estaba entrando a la cocina (vestido de la misma forma que horas antes), cuando bajé a preparar el desayuno.

- ¿Cómo dormiste Harry Potter? - lo miré y caminé en dirección a la alacena donde guardaba el cereal de mis hijos.
- De maravilla, tuve un sueño algo  interesante - comentó y se paró detrás mío extendiendo su brazo sobre mi cabeza para tomar una caja de cereal nueva - Ya no queda mucho en esa - me dijo y la dejó en la encimera a nuestro lado.
- Gracias - murmure por lo bajo y serví el resto de cereal en un tazón - ¿De qué se trataba tu sueño?
- ¿Por qué el interés?
- Sacar conversación nada más - abrí el otro cereal y serví los dos bowls para mis hijos.
- No te gustará esta conversación - sonrió y caminó hacia el refrigerador.
- Tienes razón, porque es contigo - comenté rodando los ojos y lavando unas manzanas para cortarlas para el lunch de James y David.

Entonces sentí nuevamente su mirada sobre mí.

Infiel    TOM HOLLAND ©   T1 Y T2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora