El Divorcio

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Ya tome una decisión, no era sano lo que teníamos ahora, lo pensé muy bien, por durante varias noches y  pondré en marcha el divorcio.

Fui a un abogado ayer, simplemente la idea surgió y entre a una oficina y le expliqué que quería, él me dijo que debía pelear más que todo la custodia de mis hijos, en sí yo quiero una custodia compartida, no quiero alejarme por completo de Tom, no quiero separarme de él pero me duele que todo esto esté pasando y eso me hace mucho daño.

George, mi abogado, me dio en un portafolio unos documentos, que Tom debe revisar y luego con su consentimiento acerca de qué está pasando debemos asistir juntos a una sesión de conciliación familiar, está destinada a buscar que nos reconciliemos y decidamos no seguir con el divorcio.

Llegué en la tarde con el portafolio, Tom estaba en su oficina, y los niños veían la televisión, corrieron a abrazarme y luego volvieron a sus asuntos, que eran jugar a los policías

Respire profundo y me dirigí a la oficina de mi esposo, toqué la puerta y oí su voz indicarme que entrará, lo hice y al hacerlo él me miró a los ojos, luego dirigió su mirada al portafolio que llevaba en las manos, vi como se le hizo un nudo en la garganta igual a cuando está nervioso o no puede decir groserías enfrente de los niños.

- ¿Qué es eso? -dijo mirando el portafolio y poniéndose a la defensiva.
- Traigo unos papeles que quiero que revises.
-¿De qué son, es decir, de qué tratan?

-Son para proceder con el divorcio - dije y sentí que iba a llorar, me dolía el pecho y me sentí destrozada al oírme decir eso, era algo que jamás creí pronunciar, en serio, no puedo creerlo ni yo misma.
- ¿Te quieres divorciar de mi? - oí que dijo en un tono casi burlón y una pequeña mueca que simula una risa apareció en su rostro, eso me ofendió.

En aquel momento me sentí débil, sentí que él se burlaba de mi capacidad para tomar decisiones y sentí que creía que iba a desistir, pero decidí ponerme firme.

- Si, tengo muchas razones para querer alejarme de ti.
- Déjalo allí - frunció el ceño y luego miró su computadora.
- Debemos ir a conciliación familiar luego que lo revises - salí de su oficina y me dirigí a la cocina, les preparé una merienda a los niños y luego los bañe y más tarde los acosté.

En la noche, no dormí ni una estañada está preocupada por lo que diría Tom y ciertamente tenía la esperanza de que él luchará por no desechar nuestro matrimonio y hacer que los niños no sufran esa transición, me sentí tan mal y me dieron nauseas, fui corriendo al baño, mi periodo de bulimia había terminado hace unos días, pero quizás no del todo.

Al salir del baño me sentía fatal, bajé suavemente a la cocina sin que nadie me sintiera por un vaso de agua, cuando estaba por subir las escaleras escuché a Tom hablar en el salón principal, me acerqué en silencio para mirar por la pared y él estaba recostado en el sofá más largo, estaba hablando por teléfono riendo, pensé que quizás estaba hablando con algún amigo, pero hasta que oí aquellas palabras salir de su boca...

- Si, mañana en la noche nos vemos Miranda, descansa.
Solté el vaso que tenía en mi mano, al caer se destrozó y me cortó parte del pie, corrí hasta mi habitación y cerré la puerta, no lo podía creer. Se estaba haciendo una cita con ella, con esa maldita bruja, de nuevo.

Tom tocó mi puerta interrumpiendo mis pensamientos.

- ¡ Ya vete!
- Abre la puerta. ¿Te sientes bien?

Abrí la puerta enfurecida, por el hecho de que actuará como si nada pasará, cuando él estaba por dar un paso para ingresar, sin pensarlo le di una cachetada, él se sorprendió bastante, se limitó a mirarme luego entró de golpe y cerró la puerta.

-¡¿Cuál es tu problema?! - dijo casi gritándome.

Retrocedí un poco y no le respondí

- Te oí hablando con esa otra vez. Por eso quiero deshacer nuestro matrimonio porque sigues siendo infiel conmigo, me mentiste y lo sigues haciendo. ¿Cómo puedes hacerme esto?

No me respondió.

Me puse a llorar por la impotencia de ver su indiferencia.

- ¡Yo igual debería dejar a mis 2 hijos para ir a meterme con cualquier asqueroso hombre que se cruce en mi camino y eso haré en cuanto me separé de ti, iré a acostarme con quien quiera a la hora que quiera, porque seré libre, libre de tus ataduras, por tu trabajo, tus viajes y tus noches de pasión con esa zorra!  -sentí que gritaba, pero al mismo tiempo me desahogaba.

Tom cerró los ojos, apretó sus dientes hasta hacerlos soñar en un crujido, le había dolido lo que le dije, puso sus manos en su nuca, como si quisiera evitar golpearme.

- ¡¿Quieres pegarme, no? ¿Te enoja lo que digo? Pues es la verdad, eres sólo un asqueroso infiel!
- ¡Cállate! - se acercó bruscamente apretando las manos, me asusté y lancé un grito pensé que en serio me pegaría.

Él sacudió su cabeza y retrocedió.

Escuché a David llorar, había despertado, nos escucho gritar,corrí a verlo y cuando lo levanté lo abracé con todas mis fuerzas, sabía que yo debía consolarlo, pero era más bien yo quién buscó en él consuelo, un consuelo que sólo mis hijos me podían dar, James despertó también y se acercó a mí frotándose sus ojitos también lo abracé. Entre lágrimas David me preguntó porqué había gritado, mientras pensaba una excusa razonable miré mi pie y tenía la cortadura del vaso, había sangrado así que me limité a decirles que era por eso, que se me había caído el vaso al pie y que eso me asustó, luego me pidieron que durmiera con ellos, ahí entró Tom, nos miró, sonrió y se acercó a los niños, quiénes se encontraban sentados uno en cada una de mis rodillas, despeinó el pelo medio rizado de James luego les besó la frente, les deseó buenas noches y se dirigió a la puerta, cuando estaba por cerrar, murmuró:

-Igual a ti - en un tono muy seco, lo ignore y se marchó, al final esa noche dormí con mis hijitos.

Infiel    TOM HOLLAND ©   T1 Y T2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora